Nanatsu no taizai: La guardiana

Rencor de Edinburgh parte 2

Lancelot me encantó desde el primer momento. Su apariencia, su personalidad, todo de él me encantó. Había pasado los siguientes cuatro años después del accidente pensando en él día y noche, preguntándome si me odiaba o si siquiera se acordaba de mí.

Tenerlo frente a mí y saber que había pasado las últimas horas con él no era algo que me esperara en esa aventura.

«Esa hada será mía»

¡No!

El monstruo le pegó a Tristán y eso nos ayudó a salir del trance. Chocó conmigo y los dos caímos al suelo. El monstruo iba a atacarnos a los dos, pero el hada lo atacó para distraerlo.

________: ¡¿Quién eres?!

-Las flechas no son suficientes.

Tristán: Tienes que huir, es muy fuerte para ti.

-¿Es muy fuerte para mí? Pensé que ya sabían quién era.

Una nube rosa lo cubrió y se dispersó cuando comenzó a caer con dirección al monstruo para atacarlo. En ese momento supimos quién era.

No podía ser cierto.

Aterrizó frente a nosotros y nos miró.

Era él. En verdad era él.

Tristán: No puede ser... Eres tú...

________: Lancelot.

Lancelot, el chico del que estaba enamorada.

Tristán: ¿Qué haces aquí?

El monstruo cayó y muchos gigantes y demonios rojos aparecieron. Hablaban, pero no les prestaba atención.

Lancelot estaba frente a mí.

Tristán: ¿El monstruo era de demonios y gigantes?

¿Cómo podía mi primo estar tan tranquilo?

Lancelot: Está convirtiendo a las otras razas en monstruos.

¡Su voz era TAN linda!

Tristán me miró. Cerré la puerta de mis pensamientos. Mierda, había olvidado que teníamos la puerta abierta para comunicarnos en la pelea.

-«Gracias, princesa» -dijo un demonio en su idioma y se fue junto a los demás.

-¿Ustedes nos salvaron? -preguntó un hada- Muchas gracias.

-Tienen todo nuestro agradecimiento.

Lancelot: No agradezcan, solamente salieron bien las cosas.

¡Tan modesto!

Lancelot: Ahora deben irse, es peligroso. Su objetivo es atacar a las razas que no son humanas.

¡Tan lindo!

-Es verdad. Se los agradecemos de nuevo. -Todos los gigantes se fueron.

-Espero que podamos pagarles algún día -dijo un hada para después seguir a las demás.

Lancelot: Ya les dije que no agradezcan.

Ok, tenía que controlarme o me daría un infarto en cualquier momento.

Jamás había estado tan nerviosa en toda mi vida. Sentía mi corazón latir como loco y mis manos sudaban como si pretendieran gastar todo el suministro de agua de mi cuerpo.

Tristán: Ya entiendo, solo atacan a los no humanos, por eso cuando eras un hada te vieron como enemigo. Se me había olvidado que tu mamá es la reina de la raza de las hadas.