Capítulo 11

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Pelear con Meliodas o conmigo, es pelear con ambos. Hacemos estrategias que solo nosotros conocemos y podemos compartir nuestras habilidades.

Aunque desde hace mucho que no peleamos en serio.

Sabía lo que Meliodas quería, quería que suplicara que se contuviera, pero no, no lo haré. Estoy dispuesta a soportar todo. Además, creo que esta vez no podré decirle nada por ser imprudente.

Love Helm: Con una altura de 152 centímetros y un peso de 50 kilogramos… ¡Meliodaf! Y con una altura de 210 centímetros y un peso de 77 kilogramos… ¡Baaan!

King: Me preocupa todo el daño que recibirás, guardiana.

________: No te preocupes. Más bien deberías preocuparte por Ban que peleará contra ambos.

Diane: ¡Mucho mejor! No te contentas, guardiana.

Reí.

________: Deberían apoyar a Meliodas, no a mí.

________: ¿Sigues enojado?

No contestó. Sí sigue enojado.

Diane: ¡Vamos Meliodaf!

King: ¡Ban, si pierdes patéticamente le diré a mi hermana!

Y un recuerdo de hace años vino a nuestras mentes.

16 años antes

________: ¿Es aquí?

Meliodas: Por lo que dijo Merlín, sí.

________: Un muerto viviente, ¿eh? ¿Qué crees que sea? No creo que sea un humano.

Meliodas: Ya lo veremos, primero vamos a entrar antes de hacer suposiciones. —Se encaminó al interior de la prisión.

________: Tienes mucha prisa, ¿no?

Meliodas: Quiero volver antes de que Elizabeth se vaya a dormir.

Rodé los ojos. Siempre todo se trata de ella.

Entramos a la prisión y fuimos recibidos por los guardias que trabajaban ahí. Al principio nos miraron raro, se preguntaron por qué dos niños estaban aquí, pero cuando nos presentamos cambiaron sus expresiones.

—Síganme, es por aquí.

________: ¿Hay algo en particular qué pueda decirnos de él?

—Pues… fue sentenciado por haber quemado el Bosque del Rey Hada. Y lo más sorprendente de él es que sigue vivo después de 33 ejecuciones. Estoy seguro de que no es humano.

Miré a Meliodas.

Meliodas: Interesante. —Llegamos a la celda—. Abre la puerta, por favor.

El caballero asintió y abrió la puerta dejándonos pasar. Meliodas se dirigió al centro de la celda y yo me recargué en la pared. El tal Ban estaba tirado recargado sobre la pared del otro lado.

Ban: ¿Otra ejecución? —preguntó fastidiado— Ya me cansé de eso, si me quieres matar tendrá que ser aquí… —nos vio—. ¿Un niño y una niña?

Meliodas: Ban, el inmortal, ¿cierto?

Ban: No sé qué hacen aquí, pero largo antes de que los mate.

Nanatsu no taizai: La guardianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora