Capítulo 4

513 22 3
                                    

Solamente una vez en mi vida me había sentido de esta forma. Fue hace tiempo cuando pasó y sinceramente ya lo había olvidado, pero ahora que lo pienso… Las circunstancias no son las mismas.

Meliodas: Ya veo… El zorro está en la prisión Baste y el oso en la Capital de los muertos… Muchas gracias pequeño Gil. Iremos a ver qué encontramos.

Miré mi mano. Aún no pasan las 24 horas completamente. Eso significa que aún puedo… Levanté mi mano y la dirigí a la espada de Rosadito. Apliqué un poco de fuerza y pude recibir el poder de su espada.

Meliodas: Terminaremos esto la próxima.

Gilthunder: Eso no sucederá.

Sacó su espada e intentó atacarlo pero Meliodas lo esquivó. Estuvo así hasta que volvieron a terminar frente a nosotras dándonos la espalda. Le pedí a Diane que me bajara sin llamar su atención. Estaba sorprendida por mi repentina recuperación. Aunque no durará mucho.

Gilthunder: Esto terminará ahora —dijo con su espada sobre el hombro derecho de mi hermano.

________: Lo dudo —levanté mi mano y al mismo tiempo la espada se levantó. Sonreí.

Gilthunder: ¿Qué es esto?

________: Aprovecho mi habilidad especial, eso es todo —sonreí—. Entonces te pediré amablemente que no le hagas daño —volví a sonreír.

Meliodas: Adiós.

Diane lo tomó y se preparó para lanzarlo. Rosadito usó sus rayos para liberarse pero no sirvió y Diane lo lanzó. Los tres lo despedimos con la mano y cuando salió de la zona del bosque mi vínculo con su espada se rompió y volví a mi vínculo con Meliodas.

________: Eso fue raro. Sonreí mucho.

Meliodas: Demasiado…

________: ¡Auch! —las heridas que Meliodas tenían se habían hecho presentes en mí— ¿Por qué no me dijiste que te había quemado?

Meliodas: Creí que te habías dado cuenta.

Hawk: ¡Te crees muy valiente! —dijo llegando junto a 107— ¡Es mi turno estúpido puerco!

Meliodas: ¿Cómo que tu turno?

Hawk: ¿Dónde esta ese puerco?

Meliodas: Pero el puerco eres tú —reí.

________: Creo que aún no me configuro bien.

Meliodas: Sí, aún no.

Elizabeth: Señor Meliodas, su herida.

Meliodas: No es la gran cosa.

Elizabeth: Pero está sangrando —se acercó a él.

Diane: ¡No lo toques!

________: 107, aléjate —me miró.

Elizabeth: Usted también está herida.

________: No me digas.

Meliodas: Deberás acostumbrarte a qué si yo estoy herido ella también lo estará de la misma forma.

Hawk: ¿Y qué hay de mí? ¡Me pateó en mi trasero!

Meliodas: ¿Aquí? —tocó sus costillas.

Hawk: ¡Esas son mis costillas!

________: ¿Aquí? —toqué su naríz.

Hawk: ¡Esa es mi naríz! —iba a reír pero algo me hizo no hacerlo. Que raro.

Salimos del bosque y ahora estamos decidiendo a dónde ir primero.

Nanatsu no taizai: La guardianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora