100.  Mitame

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Después de aquel emotivo momento en el claro, T/N y Neji continuaron caminando juntos hacia la aldea, el aire entre ellos era más liviano, aunque ambos sabían que todavía quedaban muchas heridas por sanar. Durante el trayecto de regreso, compartieron historias de todo lo que había sucedido en sus vidas durante esos largos años de separación. Neji habló sobre su crecimiento como ninja y las batallas que enfrentó. T/N, por su parte, le confesó los momentos más duros de su vida oculta, las razones detrás de sus decisiones y la carga que había llevado por tanto tiempo.

El cielo ya comenzaba a oscurecer, teñido con tonos anaranjados y púrpuras mientras las estrellas empezaban a aparecer. Konoha, aunque sumida en la celebración por la ceremonia de revelación de T/N, lentamente volvía a su ritmo habitual, con la gente reanudando sus tareas diarias. Pero el ambiente festivo aún era palpable; las luces decorativas seguían iluminando las calles y el eco de risas y conversaciones llenaban el aire.

Cuando llegaron a la casa de T/N, la fachada estaba oscura, lo que le hizo pensar que tal vez todo el mundo ya se había retirado para descansar. Sin embargo, al encender las luces, se escuchó un coro enérgico que resonó en toda la sala:

—¡Sorpresa!

T/N puso los ojos en blanco, esbozando una sonrisa divertida. Frente a ella, muchos de sus amigos más cercanos estaban reunidos en su hogar, rodeados de una decoración sencilla pero acogedora. Las guirnaldas colgaban del techo y pequeños farolillos iluminaban los rincones de la habitación. Neji, a su lado, observaba con una expresión suave, agradecido de ver que T/N estaba rodeada de personas que la amaban.

En ese momento, Kenta, con su habitual sonrisa traviesa, se acercó rápidamente hacia ellos. Al ver a Neji, esbozó una sonrisa más amplia, como si estuviera complacido de que, finalmente, el Hyūga conociera toda la verdad sobre su hermana.

—¿Y bien? —preguntó T/N, arqueando una ceja con una mezcla de curiosidad y diversión—. ¿Qué significa todo esto?

Kenta soltó una leve risa y se encogió de hombros.

—Es una fiesta, claro. Pero esta vez, una más personal —hizo un gesto hacia la decoración—. Para celebrar tu regreso definitivo.

T/N observó la decoración con más detalle, apreciando la calidez del ambiente. Era un contraste agradable con la ceremonia pública anterior. Aquí, estaba rodeada de aquellos que habían estado en su vida desde siempre, compartiendo un momento más íntimo y sincero. Vio a Kurenai conversando con Gai y Kakashi, los tres hablando relajadamente, riendo de alguna anécdota divertida. Al otro lado, el trío InoShikaShō jugaba con la pequeña Mirai, la hija de Kurenai, quienes con sonrisas intentaban distraer a la niña que reía alegremente.

Sakura y Tenten, mientras tanto, estaban sirviendo bocadillos, sus risas llenando el espacio con una energía contagiosa. Hinata, con el pequeño Daiki en brazos, parecía un poco nerviosa, pero T/N notó algo interesante. Kiba y Naruto estaban de pie junto a ella, y aunque Kiba observaba al bebé con evidente curiosidad, Naruto no podía apartar los ojos de Hinata. La cercanía entre ellos hacía que Hinata se sonrojara constantemente, pero lo que más sorprendió a T/N fue notar que Naruto también desviaba la mirada hacia Hinata, con un leve rubor cubriendo su rostro. T/N sonrió para sí misma, sus pensamientos jugueteando con la idea de que había algo más entre esos dos.

En otra esquina de la habitación, Lee y Shino observaban a Daiki con interés, ambos aparentemente cautivados por el pequeño, mientras debatían sobre qué técnicas sería mejor enseñarle cuando creciera. El ambiente estaba lleno de risas y conversaciones relajadas, una escena que parecía casi irreal después de todo lo que había pasado.

De repente, Emi se acercó a Kenta y lo abrazó por detrás, haciéndolo sonrojar de inmediato. Ella le pidió ayuda con los bocadillos y, como si fuera un perrito obediente, Kenta la siguió rápidamente, su rostro aún rojo mientras Emi sonreía satisfecha.

• Trozo de Luna • [Itachi Uchiha]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora