Cap 33 La muestra

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DIMITRI

- ¿Cuánto falta para que tengamos los resultados? —e pregunté al médico mientras le veía anotar algo.
Me moría de ganas de que llegaran las seis semanas y creía que me iba a volver loco esperándolas. Lo único que me mantenía cuerdo era Maddie y dormir a su lado todas las noches.
Quería tener los resultados lo antes posible. Quería mandar a Savannah a la mierda cuanto antes.
— ¿Por qué tienes tantas ganas de deshacerte de mí y de tu hija?
—preguntó Savannah mientras se limpiaba las mejillas. —Este es tu cachorro, Dimitri. Yo soy tu Luna. Deberíamos estar juntos, Dimitri.
Me puse rojo. Ella no era mi Luna y su cachorro no era mío.
- ¿Cuánto tiempo, doctor?— Pregunté, manteniendo mis ojos en
Savannah.
—Un par de semanas, Alfa—, dijo el médico, haciendo estallar la ira en mi interior.
Quería que se hiciera hoy. Quería que se hiciera ya.
Savannah sollozó y bajó la cabeza.
—Ojalá me creyeras—, dijo sollozando con fuerza. —Te vas a arrepentir de esto. Es tu cachorro, Dimitri.
Tragué saliva y apreté la mandíbula. Tenía muchas ganas de darle un puñetazo, pero no iba a hacerle daño a su cachorro. No era tan cruel.
Me acerqué a ella y le puse el dedo bajo la mandíbula. Le levanté la cabeza y estudié su cara durante unos instantes. Ella lo interpretó como una señal de que había cambiado de opinión.
Sonrió y me rodeó la cintura con los brazos. Los retiré de inmediato. Yo era de Maddie. No tenía derecho a tocarme.
Sus ojos se abrieron de par en par y otra lágrima falsa cayó sobre
su mejilla.
—Les daré un poco de intimidad—, dijo el médico mientras recogía sus cosas y salía de la habitación.
Mantuve la mirada fija en Savannah todo el tiempo. Parecía enfadada, pero me importaba una mierda. Yo era la única que tenía derecho a estar enfadada. Ella me mintió y trató de alejarme de mi pareja. Merecía ser castigada y lo sería tan pronto como diera a luz a su cachorro.
¿Estás aquí? Me conecté mentalmente con Will en cuanto el médico cerró la puerta.
Estoy aquí. respondió. Le acompaño fuera. No se preocupe.
Necesitaba asegurar la muestra. Temía que Savannah o mi madre intentaran manipularla. Temía que falsificaran los resultados para obligarme a tomar a Savannah como mi pareja. No iba a dejar que eso sucediera. El médico y la muestra que tomó contaban con mejores medidas de seguridad que yo cuando viajaba a otras manadas. No le iba a pasar nada al doctor ni a la muestra. Nadie iba a alterar los resultados.
Mantengame informado. Le dije y volví a centrarme en la mujer que tenía delante.
-Sé cuál era tu plan, Savannah—, dije, haciendo que sus ojos se abrieran de par en par. —Siempre quisiste ser Luna, ¿verdad?
Pensaste que podías hacerlo fingiendo un embarazo.
Tragó saliva y negó con la cabeza. Quería hablar, pero no la dejé.
—Tu primer plan fracasó cuando no te creí—, continué. —Mi reacción no fue la que esperabas. Probablemente pensaste que me alegraría y te aceptaría como mi compañera inmediatamente.
Te marcaría, me acostaría contigo y te quedarías embarazada.
Nunca sabría cuándo ocurrió exactamente y conseguirías lo que siempre habías deseado.
Volvió a negar con la cabeza.
—Yo no...—, habló, pero la interrumpi.
—Así que tuviste que encontrar otra forma de engañarme. suspiré. —Encontraste a un pobre hombre, te lo follaste y te quedaste embarazada, pensando que yo no cuestionaría nada. ¿ Te crees que soy estúpida e ingenua?
Me invadió la ira y tuve que empujar a Skol hacia atrás. Estaba listo para salir y destrozarla.
—Yo no me he follado a nadie—, gritó. —Este es tu cachorro.
Me reí y negué con la cabeza.
—Los dos sabemos que eso no es verdad, Savannah—, dije. —En un par de semanas, tendremos una confirmación oficial y no tendría que aguantarte más ni a ti ni a tus mentiras.
Sollozó y bajó la cabeza.
—Estoy deseando ver la expresión de la cara de mi madre cuando se dé cuenta de que has estado mintiendo—, dije, haciendo que volviera a mirarme.
Will sugirió que mi madre estaba involucrada de alguna manera en el plan de Savannah, pero yo no quería creerlo. Mi madre podía ser poco razonable a veces, pero era mi madre. Nunca me haría daño así. Sólo se emocionaba con la idea de tener un nieto. Sabía lo dolida que se sentiría cuando tuviéramos los resultados de las pruebas, pero también sabía que pronto tendría un nieto de verdad. Bueno, tan pronto como Maddie aceptó tener un cachorro conmigo. Aún era un poco joven y no me enfadaría si quisiera esperar un poco más.
Sin embargo, no podía esperar a tener cachorros con Maddie. La imaginaba embarazada y mi corazón estallaba de felicidad. Maddie y nuestro hijo me tendrían envuelto entre sus deditos. Maddie ya lo hacía, pero aún no lo sabía.
—Tu madre me cree-, gritó Savannah. —Ella sabe que es tu cachorro.
Suspiré y negué con la cabeza. —Ojalá no lo supiera. Le dolerá más cuando lleguen los resultados.
Los ojos de Savannah se abrieron de nuevo. Me agaché para mirarla a los ojos.
—Que conste—, dije en voz baja. —Lös únicos cachorros que tendré serán con mi compañera predestinada. Ella será la única que me dará un hijo y la única a la que llamaré Luna y Reina.
La ira brilló en los ojos de Savannah y yo sonreí.

—No eres nada comparada con mi compañera—, continué. —Ella lo es todo para mí y no dejaré que me separes de ella.
No esperé su respuesta.
Me di la vuelta bruscamente y salí de la habitación, cerrando la puerta tras de mi.
Tenía que salir de allí antes de perder el control. Tenía que encontrar a Maddie. Era la única que podía calmarme. Necesitaba que su olor entrara en mis pulmones y me recordara que ella era real y mia.

Mi hermanastro es mi mate Donde viven las historias. Descúbrelo ahora