POV de Dimitri
Nunca fui tan feliz como en el momento en que me desperté a su lado.
Esta vez era diferente. Esta vez estaba debajo de una manta con ella. Me rodeaba con los brazos y las piernas y estaba prácticamente tumbada encima de mí.
Me reí entre dientes y le besé la frente.
—Buenos días, princesa—, murmuré en voz baja.
Se revolvió un poco y se apretó más contra mí. La abracé con fuerza y cerré los ojos.
—A partir de ahora, nos despertaremos así todos los días—, murmuré, y una pequeña sonrisa se dibujó en mi rostro.
Sólo de pensarlo sentía un hormigueo por todo el cuerpo. Era mía de verdad y me despertaría a su lado todos los malditos días del resto de mi vida.
Me abrazó con más fuerza y suspiró satisfecha. Sonreí y abrí los ojos. La miré y el corazón me dio un vuelco. Realmente estaba en mis brazos. Realmente había sobrevivido nueve meses sin ella.
Sobreviví al intento de Savannah de alejarme de ella. Sobreviví a los intentos de Seth de alejarla de mí. Sobreviví a todo y mi recompensa fue ella.
¿Dimitri? Mi madre me conectó mentalmente y me estremecí un poco.
Estaba tan ensimismado que me sorprendió.
¿Qué, madre? La volví a vincular mentalmente mientras hundía la nariz en el pelo de Maddie.
¿Dónde estáis? preguntó ella. El desayuno está listo.
Enseguida voy. Dije mientras empezaba a frotar suavemente la espalda de Maddie.
Corté el vínculo mental con mi madre y empecé a darle besos suaves por toda la cara. Ella arrugó un poco las cejas y se removió.
—Despierta, princesa—, le dije mientras le pasaba los dedos por el pelo. —El desayuno está listo—.
—Cinco minutos más—, murmuró somnolienta.Me reí entre dientes y le di otro beso en la mejilla. Si por mí fuera, me habría quedado en la cama con ella todo el día.
Pero teníamos que levantarnos. Teníamos que ir a hablar con nuestros padres. Tenía que decirle a la manada que había encontrado a su Luna. Teníamos que preparar una ceremonia de Luna. Teníamos trabajo que hacer y tendría que esperar hasta esta noche para yacer con ella así.
—Tenemos trabajo que hacer, mi amor—, dije suavemente mientras bajaba la cabeza y le daba un suave beso en el cuello. -
Podemos volver a la cama más tarde.
Maddie gimió en silencio y abrió sus hermosos ojos. Me miró fijamente durante unos segundos antes de que sus ojos se abrieran de par en par e intentara apartarse de mí.
-¡Oh, lo siento mucho!—, exclamó y yo me quedé jodidamente confuso.
La agarré con más fuerza y tiré de ella hacia mí.
—¿Por qué lo sientes, princesa? pregunte frunciendo las cejas.
Bajó la mirada hacia nuestros cuerpos entrelazados y comprendí lo que quería decir. Me reí entre dientes y ella volvió a mirarme.
—Somos compañeros, Maddie—, dije mientras le acomodaba un mechón de pelo detrás de la oreja. —Nuestros cuerpos se buscan.Sería raro que no nos despertáramos así. Y créeme, no tengo ningún problema con ello. Si pudiera encontrar la manera de tenerte aún más cerca de mí, sería el hombre más feliz de este planeta—.
Ella tragó saliva y se relajó un poco.
—¿Has dormido bien?— le pregunté mientras me inclinaba hacia ella y volvía a besarle la mejilla.
No podía dejar de hacerlo. Si pudiera pegar mis labios a su piel, lo haría. No podía esperar a que me permitiera besar sus labios.
Estaba jodidamente celoso de Seth, que pudo hacerlo antes que yo. Esos labios eran míos para besarlos. Todo su cuerpo era mío para besarlo y adorarlo.
—Lo hice—, dijo suavemente. —¿Y tú?
Sonreí y froté la punta de mi nariz contra la suya.
—El mejor sueño de mi vida, princesa—, dije.
Ella se mordió el labio inferior y yo gruñí en voz baja. Yo también quería hacerlo. Quería morderlo suavemente. Quería besarlo.
Quería saborearlo. Joder,
Tragué saliva y respiré hondo. Le sonreí y la acerqué aún más a mí.—Tenemos que levantarnos, princesa—, le dije. -Tenemos que ir a decirles a nuestros padres que somos compañeros—.
Sus ojos se abrieron de par en par y de repente se puso nerviosa.
—No te pongas nerviosa, amor—, le dije suavemente. —Lo haremos juntos y estarán encantados—.
Sonreí y de mala gana moví los brazos para que pudiera sentarse.
—Ve primero al baño—, le dije. —Yo me vestiré aquí—.
Me hizo un pequeño gesto con la cabeza y se apartó de mí. Al instante sentí frío y quise que volviera. La vi levantarse y dirigirse al baño. Esperé a que cerrara la puerta para levantarme y arreglarme la ropa arrugada. Tenía mucho calor durante la noche, pero no quería quitarme la ropa. No quería que Maddie se sintiera incómoda.
Me senté en la cama y me puse los zapatos.
¿Will? Me puse a pensar en mi Beta mientras esperaba a que Maddie saliera del baño.
¿Cómo te fue? Respondió de inmediato.
Te lo contaré todo un poco más tarde. le dije. Maddie y yo estamos desayunando. Más tarde iremos a la manada. Informa a. la manada de que hoy celebraré una reunión.Por supuesto. Will dijo. ¿Les hablarás de Maddie?
Sí. Dije. Ella es su Luna y todos tienen que saberlo.
Estoy muy emocionada. Will dijo. Todo estará listo cuando vengas.
Gracias. Dije justo cuando Maddie salía del baño.
Por la expresión de su cara me di cuenta de que estaba muy nerviosa. Me levanté y me acerqué a ella. Le acaricié las mejillas y sonreí.
—No te pongas nerviosa, princesa—, le dije suavemente. —Todo saldrá a la perfección.
Maddie asintió con la cabeza y le besé la frente.
—Vamos, amor—, dije mientras tomaba su mano entre las mías. -
Vamos a decírselo—.
Maddie miró su mano en la mía y respiró hondo. Le levanté la mano y se la besé. No podía parar. No podía dejar de sentir su piel contra mis labios. Realmente quería pegarme a ella y no irme nunca.
Abrí la puerta de su habitación y empezamos a bajar las escaleras juntos. Tenía una enorme sonrisa en la cara y nada podía borrarla.
Por fin podía decirles a todos que Maddie era mía.
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Mi hermanastro es mi mate
Werewolf-Yo, Madeline Clark, rechazo...-, empecé a hablar, pero Alfa Dimitri me detuvo tapándome la boca con la mano. Me acercó más a él y gruñó. - ¿Qué demonios estás haciendo? -, gritó. -No voy a dejar que hagas esto, Maddie. Te he esperado durante meses...