POV de Madeline
Intenté con todas mis fuerzas ignorar a Janet y a Savannah, pero era muy difícil. Se negaban a marcharse y a dejar de insultarme.
Estaba a punto de explotar, pero no quería darles la satisfacción de saber cuánto me afectaban sus palabras.
-Pareces patética, Madeline—, gruñó Savannah. —Este no es tu sitio. No perteneces a ese escritorio. No perteneces a esta oficina.
Tú...-
—¡Basta!— Exclamé mientras me levantaba bruscamente.
Respiraba agitadamente y seguía apretando los puños.
—Basta—, repetí intentando calmarme un poco. —No he sido más que respetuosa con vosotras dos desde que llegué a esta manada.
No sé por qué me odiais tanto, pero no tengo por qué aguantar esto. Sal de mi oficina ahora—.Janet gruñó y Savannah soltó una risita.
-¿Respetuosa?— Dijo Savannah burlonamente. —¿Llamas respetuoso a robarme a mi compañero?—.
Apreté la mandíbula y respiré hondo por la nariz. Tenía que mantener la calma.
—Sal de mi despacho-, repeti con calma. -Ahora-
Janet se acercó a mi escritorio y entrecerró los ojos mirándome.
—¿Quién coño te crees que eres, Madeline?-, preguntó. -
¿Olvidas con quién estás hablando?—.
Por desgracia, no. Nunca podía olvidar con quién estaba hablando.
Nunca podía olvidar las cosas que me decían y me hacían.
—No te preocupes, Maddie-, gritó Skye. Dimitri está en camino.No volverán a hacerte daño.
—¿Qué? pregunté, tratando de ocultar mi sorpresa. ¿Por qué se lo has dicho, Skye? Está ocupado. Yo puedo encargarme de ellas-.
—Basta, Madeline—, me gruñó. Eres más importante que el trabajo. Tenemos que protegerte.
Me invadió una oleada de ira. Apreté los puños y exhalé lentamente.Tenía el valor de hablar de protegerme. Me estaba poniendo en más peligro al negarse a cambiar. Me estaba ocultando cosas sobre ella y yo. No me estaba protegiendo. Me estaba poniendo en más peligro al obligarme a estar sin mi lobo. Nunca expresé lo enfadada que estaba por eso. Lo dejé de lado porque tenía otras cosas de qué preocuparme.
Pero estaba enfadada con ella. Estaba muy enfadada y ella no tenía derecho a hablar de protegerme.
-¿Protegerme?-, le pregunté. -¿Como estás haciendo al negarte a cambiar?
—Maddie..., habló, pero la empujé hacia atrás.
No quería tratar con ella. Ya estaba bastante enfadada y no necesitaba escuchar sus excusas.
—¡Yo soy Luna de esta manada!— Janet continuó, su voz se hacía más fuerte con cada palabra que pronunciaba. -¡Soy la compañera de tu padre! No puedes hablarme así, mocosa malcriada—.
Empezó a acercarse a mi y supe lo que iba a hacer. Reconocí inmediatamente su mirada. Pero no me eché atrás. No iba a darle la satisfacción de saber lo asustada que estaba realmente. Me puse más erguida y levanté la cabeza. No iba a echarme atrás. Otra vez no.Mi postura la enfureció aún más. Me agarró del brazo y me apartó del escritorio. Me clavó las uñas en la piel y entrecerró los ojos. Empezó a levantar la mano cuando la puerta se abrió de golpe.
La mirada de Dimitri me hizo estremecer. Sabía que nunca me haría daño, pero incluso yo le tenía miedo.
Miró la mano de Janet en mi brazo y se le escapó un gruñido salvaje.
—Suéltala—, dijo Dimitri, sus ojos cambiaron de color.
Janet me sujetó el brazo con más fuerza.
-Estábamos hablando, Dimiti-, dijo Janet. —Tu preciosa compañerita está a salvo—.
Dimitri gruñó y agarró la mano de Janet, apartándola de mi brazo.
Alguien me agarró y tiró de mí hacia atrás inmediatamente.
Levanté la vista y vi a un Will muy enfadado.
-Dimitri...-, habló Savannah, pero el fuerte gruñido de él la interrumpió.
Dos guerreros entraron corriendo en el despacho y agarraron a Savannah. Empezó a gritar y a agitarse.
-¡Dimitri!-, gritó. -Ayúdame.
Intentó zafarse de sus brazos, pero eran demasiado fuertes para ella.
-¡Suéltenme!—, gritó. -¡Dimitri!—
Will me atrajo detrás de él y me apretó más contra él. No paraba de gruñir.
Pude oír los gritos de Savannah hasta que uno de los guerreros cerró la puerta al salir. El único sonido que quedaba era el gruñido de Will.
—¿Qué ibas a hacer, madre?- Dimitri habló, su voz era una mezcla de la suya y la de Skol. -¿Estabas a punto de hacerle daño a mi compañera?—,
Un suspiro quedó atrapado en mi garganta.
Los ojos de Janet se abrieron de par en par. Me miró, pero Will se puso de pie para que no pudiera verme. Incliné la cabeza para poder verla.
-¡Diselo, Madeline! gritó Skye. Dile lo que estaba a punto de hacer. Dile lo que hizo.
La ignoré y la empujé hacia atrás.
-Dimitri...—, lo llamé, pero su gruñido me interrumpió,—Nunca le haría daño—, dijo Janet, con la voz ligeramente temblorosa. —Sólo estábamos hablando.
Will me agarró con más fuerza. Empezó a temblar.
-Interesante—, dijo Dimitri. -¿Por qué tenías la mano levantada cuando llegué, madre? ¿Por qué parecía que ibas a golpearla?.
Me quedé helada. ¿Lo había visto?
—¡No lo hicel- exclamó Janet, sacudiendo la cabeza. —¡Nunca le pegaría!-
Era una buena mentirosa. Parecía ofendida de que él siquiera sugiriera eso.
-¡Díselo, Madeline!- gritó Janet, volviendo a mirarme. -¡Dile que nunca te he hecho daño!—.
Tragué saliva e intenté respirar un poco. No quería arruinar su relación con ella. No quería que tuviera que elegir entre ella y yo.
No quería hacerle daño.
—Ella nunca...—, hablé, pero Dimitri me interrumpió.
—No estoy hablando con ella, madre—, gruñó Dimitri. —Estoy hablando contigo-. Ella le devolvió la mirada y sus ojos se abrieron de par en par.
-Intenta no mentir, madre—, dijo Dimitri, alargando las garras. -Te lo ordenaré si es necesario.
Ella tragó saliva y negó con la cabeza.
—Yo nunca..—, habló, pero el gruñido de Dimitri la interrumpió.
—¡Te dije que no me mintieras!—, gritó, haciéndola estremecerse con fuerza. —¡Sé la verdad, pero quiero oirla de ti!
Mi corazón dejó de latir.
¿Él lo sabía? ¿Cómo pudo...?
-Tuve que hacerlo, Maddie, susurró Skye. Tuve que hacerlo.-
Mi cuerpo se entumeció.
No.
¡No, no, no, no, no!
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Mi hermanastro es mi mate
Werewolf-Yo, Madeline Clark, rechazo...-, empecé a hablar, pero Alfa Dimitri me detuvo tapándome la boca con la mano. Me acercó más a él y gruñó. - ¿Qué demonios estás haciendo? -, gritó. -No voy a dejar que hagas esto, Maddie. Te he esperado durante meses...