Cap 36 Los resultados

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DIMITRI

Tenía una enorme sonrisa en la cara.
Estaba sosteniendo el sobre que probaba que el cachorro de Savannah no era mío y sentía que iba a explotar de felicidad.
Siempre había tenido razón. El cachorro no era mío.
—No puedo creer que hayas tenido que esperar casi tres meses para que llegaran los resultados—, suspiró Will, sacudiendo la cabeza.
—Me importa una mierda, Will—, dije, colocando el sobre sobre el escritorio. —Los resultados están aquí y eso es lo único que importa. El cachorro no es mío. Por fin puedo mandarla a la mierda.
Will se rió y negó con la cabeza.
—Ya se lo has dicho varias veces—, dijo, haciéndome poner los ojos en blanco.
—Sí, pero ahora no puede hacerme daño haga lo que haga—, dije, sonriendo de nuevo. —Incluso si va en contra de mis órdenes y se lo cuenta a alguien, su mentira no puede hacerme daño. Tengo pruebas de que el cachorro no es mío.
Abrí el sobre y volví a mirar los resultados. Sonreí alegremente.
- ¿Volverás a dormir con Maddie esta noche? —me preguntó Will.
Levanté la vista hacia él y asentí.
—Necesito hacerlo—, dije. —La echo demasiado de menos.
No había dormido en su habitación las últimas noches porque teníamos un problema con las fronteras. Prácticamente ni salía de mi oficina. No había visto a Maddie en unos días y me estaba volviendo un poco loco. Mi corazón no sería capaz de pasar otra noche sin ella.
Tragué saliva y apreté los puños. Me imaginé tumbado a su lado.
La imaginé girándose hacia mí y apoyando la cabeza en mi hombro. Me imaginé dándole un pequeño beso en la frente. Me imaginé respirando su embriagador aroma.
Echaba todo eso muchísimo de menos y me moría de ganas de ir a
verla esta noche.
—Es una noche tranquila en la frontera—, dijo Will, haciéndome volver a mirarlo. —Definitivamente tienes que ir a verla, Hoy casi le arrancas la cabeza a Peter.

Suspiré y le hice un pequeño gesto con la cabeza.
Peter era el jefe de mi patrulla y estaba furiosa con él porque ninguno de mis lobos lograba capturar a los pícaros que estaban causando problemas en mi frontera. No dejaban de atacar a mis lobos y retrocedían. Nunca intentaban cruzar la frontera, pero siempre estaban presentes allí. Quería capturar a uno de ellos y torturarlo para sacarle las respuestas.
Pero la mayor parte de mi frustración provenía de no haber visto a mi compañera durante unos días. La echaba de menos como un loco y necesitaba pasar algún tiempo con ella antes de arrancarle la cabeza a alguien de verdad.
- ¿Viene Savannah?— Preguntó Will, sonriendo un poco.
—Sí—, asentí. —Mi madre también viene. Quería decírselo cuanto antes.
Me moría de ganas de ver la cara de Savannah cuando le enseñara el periódico. Estaba un poco triste porque sabía que mi madre se sentiría decepcionada, pero le daría un nieto en cuanto Maddie
quisiera tener hijos.
Podía oír cómo se acercaban a mi despacho y no pude evitar sonreír ampliamente.
—No puedo esperar a ver la cara de Savannah—, murmuró Will en voz baja.

Lo miré y sonreí con satisfacción.
—No tendrá precio—, dije justo cuando se abrió la puerta y entraron mi madre y Savannah.
La barriga de Savannah era enorme. Sólo le faltaba un mes para dar a luz.
— ¡Tengo una noticia maravillosa! — exclamé en cuanto entraron.
Savannah sonrió alegremente. Mi madre me miró con los ojos entrecerrados.
— ¿Han llegado los resultados de las pruebas?—. preguntó
Savannah emocionada. — ¿Por fin has visto que digo la verdad?
Sonreí y el corazón me dio un vuelco. Estaba tan jodidamente feliz.
—Llegaron los resultados—, confirmé. -Y demostraron que estaba diciendo la verdad todo el tiempo. El cachorro no es mío.
Los ojos de Savannah se abrieron de par en par. Mi madre gruñó en voz baja.
Abrí el cajón del escritorio y le entregué la copia de los resultados
a Savannah.
—Siento que tu cachorro se quede sin padre—, le dije, -— Pero quizá podrías hablar con el verdadero padre y preguntarle si le gustaría participar.
Odiaba a Savannah, pero su cachorro era inocente. Se merecía al menos un padre decente. No sabía quién era el padre, pero esperaba que fuera alguien que cuidara bien de su hijo.
Savannah sollozó y miró el papel que le había dado.
Miré a mi madre y esperaba ver tristeza en su rostro. La ira que vi me sorprendió. Lo que más me sorprendió fue que no estaba enfadada con Savannah. Estaba enfadada conmigo.
— ¿Falsificaste los resultados de las pruebas por tu compañera?-, preguntó mi madre enfadada. —¿Por qué le hiciste esto a
Savannah, Dimitri? Te crié mejor que eso.
Mis ojos se abrieron de par en par y la ira estalló en mi interior. ¿De qué coño estaba hablando?
¿Sabe lo de Maddie? Will me vinculó mentalmente y pude oír preocupación en su voz.
No le contesté. No podía.
—¿De qué coño estás hablando, madre?—. gruñí. — ¿Qué pareja?
—Encontraste a tu pareja predestinada, ¿verdad?—. Savannah sollozó. —Lo supe cuando ese médico te tomó la muestra hace unos meses y hablaste de ella como si ya supieras quién era. La encontraste y falseaste los resultados.
Mi corazón dejó de latir. La he cagado.
—No la he encontrado—, dije, intentando mantener la calma. - Hablé así de ella porque me cabreó que intentaras alejarme de ella. Ni siquiera tuve la oportunidad de encontrar a mi compañera y pensaste que podías engañarme para que te convirtiera en mi
Luna.
Will gruñó en voz baja. Apreté los puños. Tenía unas ganas tremendas de darle un puñetazo.
—Lárgate de mi puto despacho—, gruñí. —En cuanto des a luz, serás exiliada de la manada. No toleraré este tipo de comportamiento.
Los ojos de Savannah se abrieron de par en par.
- ¡Dimitri!—, me regañó mi madre. —¡Puedes hacer eso! Esta es la madre de tu...
—¡No termines esa frase!— grité mientras golpeaba el escritorio con los puños. — ¡Largo de una puta vez los dos!
Estaba furioso. Tuve que esforzarme tanto, joder, para evitar que Skol saliera a la superficie y las hiciera pedazos a las dos.
Mi madre cogió la mano de Savannah entre las suyas y empezó sacarla de mi despacho. Savannah sollozaba incontrolablemente.
-Realmente necesitas ir a ver a Maddie—, dijo Will en voz baja en cuanto mi madre cerró la puerta. —Te estás volviendo loca.
Tenía razón. Necesitaba a mi princesa y la necesitaba ahora mismo.

Mi hermanastro es mi mate Donde viven las historias. Descúbrelo ahora