Cap 63 He tenido suficiente

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POV de Dimitri

—Volveré pronto, princesa—, le dije mientras la besaba suavemente.
No quería dejarla, pero tenía que volver a la recepción. Me di cuenta de que se sentía mejor cuando estaba con ella. Me di cuenta de que no quería que la dejara.
—Puedo ir contigo—, me dijo, pero vi lo cansada que estaba.
No me sorprendió. Si yo tenía razón y ella realmente podía leer la mente de las personas, eso debía ser agotador.
—No, amor—, le dije, dedicándole una pequeña sonrisa. - Quédate aquí y descansa. Volveré pronto e iremos a nuestra habitación-.
No tuve oportunidad de coger sus cosas, pero estaría bien por una noche. Podía dormir en mi camisa y yo tenía todo lo que pudiera necesitar.

—Mantenla a salvo—, dije mientras miraba a Will. —Ponme un enlace mental si pasa algo—.
Asintió y me dedicó una pequeña sonrisa.
—No te preocupes—, dijo Will. —Se pondrá bien—.
Le di un beso en la frente y la solté de mala gana. Me miró y me dedicó una pequeña sonrisa. Pero no le llegó a los ojos.
—Ahora vuelvo, ¿vale?— Dije, tratando de evitar tirar de ella hacia mí.
Si lo hacía, nunca me iría.
Ella asintió y empecé a salir de la habitación. Tenía que irme antes de que cambiara de opinión y me quedara.
Cerré la puerta tras de mí y sentí que el corazón me tiraba para volver con ella. Realmente odiaba dejarla sola. No poder verla ni tocarla me estaba volviendo loco.
Respiré hondo y me apresuré a bajar las escaleras. Cuanto antes terminara todo, antes podría volver con ella.
—¡Dimitri!— Oí la voz de Mike en cuanto volví a entrar en la recepción.
Lo miré y me hizo señas para que me acercara a donde estaban él y mi madre.
—¿Dónde está Maddie?— preguntó Mike en cuanto me acerqué a ellos. —Queríamos felicitarla—.
—Queréis felicitarla—, murmuró mi madre enfadada.
La miré y apreté la mandíbula. Ya estaba harta de su comportamiento.
—Basta, madre—, dije enfadado. —Es mi compañera y tendrás que aceptarlo—.
Mi madre puso los ojos en blanco y la ira explotó en mi interior.
—¿Qué tienes contra ella? pregunté, intentando no gruñir. -
¿Qué te ha hecho ella?—.
Mi madre apretó los puños y entrecerró los ojos.
—No está hecha para ser la Reina—, dijo enfadada. —No está hecha para ser la Luna de mi manada. No es más que una pobre huérfana que merece que la dejen de lado—.
Mis ojos se abrieron de par en par. Skol empezó a agitarse y a gruñir. Quería gritarle, pero Mike se me adelantó.
-¡Janet!—, exclamó enfadado. —¡Retira lo que has dicho! Estás hablando de mi hija-. Mi madre soltó una risita y miró a Mike.
—¿ Tu hija?—, se burló. —¿A la que abandonaste? Hace tantos años que sabías que no merecía tu tiempo. Quizá podrías hacer entrar en razón a mi hijo-.
Me puse colorado.
Pero no tuve tiempo de reaccionar. Mike gruñó y sus caninos se alargaron. Agarró el brazo de mi madre y empezó a apartarla.
¡Dimitri! Mi madre me vinculó mentalmente, pero la ignoré.
Trata con ella, Mike. Lo vinculé mentalmente a él en vez de a ella.
No vuelvas a la recepción. No quiero montar una escena.
Mike se dio la vuelta y me hizo un pequeño gesto con la cabeza.
Pude ver lo enfadado que estaba.
Yo también estaba enfadado, pero los miembros de mi manada estaban a nuestro alrededor y realmente no quería que fueran testigos de cómo estrangulaba a mi madre.
—Alfa—, oí la voz de Kendrick detrás de mí.
Me di la vuelta y lo vi sonriéndome. Su sonrisa, como todo lo que hacía y decía, era falsa.
—Kendrick—, dije cortésmente. —¿Estás disfrutando de la fiesta?

—Mucho, Alpha—, dijo inclinando un poco la cabeza. —Disfrutaría aún más si estuviera aquí tu preciosa Luna—.
Apreté la mandíbula y tragué saliva. Tuve que luchar mucho para mantener una sonrisa en mi rostro.
—Pidió que la excusaran—, dije con calma. -Ha tenido un día muy duro y está un poco cansada—.
Kendrick sonrió y se me revolvió el estómago. Siempre me daba escalofríos y esa sensación se intensificaba ahora que tenía pareja. Era un hombre de unos cuarenta años. Era calvo, pálido y siempre parecía sudoroso. Tenía sobrepeso y parecía mucho mayor de lo que era. Cada vez que lo veía, llevaba una túnica real.
Me preguntaba si tendría más ropa en el armario.
Es una pena—, dijo Kendrick, suspirando en voz baja. —Es una verdadera belleza y creo que disfrutaré pasando tiempo con ella.
Por favor, hazle saber que estoy deseando volver a verla—.
El enfado se intensificó y me costó mucho mantener la sonrisa.
Deseaba poder impedirle de algún modo que la viera, pero sabía que no era posible. Era una Reina y tenía que trabajar con los miembros del consejo.
—Se lo haré saber—, dije, intentando sonar tranquilo. -Gracias, Kendrick.

Me dedicó otra sonrisa falsa, hizo una pequeña reverencia y se marchó.
Apreté los puños y deseé poder estrangularlo. No me gustaba ningún miembro del Consejo, pero odiaba a Kendrick. Había algo en él que me erizaba la piel.
Respiré hondo y empecé a caminar entre la multitud. Me detuve a hablar con algunos miembros de mi manada. Todos preguntaban por Maddie y eso me alegraba. Ya les caía bien y se preocupaban por ella.
¿Va todo bien? Hice un enlace mental con Will.
Sí. Él respondió. Estamos hablando y conociéndonos. ¿Volverás pronto?
Sí. Le dije. Sólo necesito despedirme de todos.
Bien. Will dijo. Creo que tu presencia la ayuda con las voces. Ha estado luchando desde que te fuiste.
Mi corazón se aceleró y mi necesidad de proteger a Maddie explotó dentro de mí.
Ahora mismo voy. Dije mientras me apresuraba hacia el escenario.
De todas formas ya la echaba de menos. Quería volver con ella lo antes posible.

Mi hermanastro es mi mate Donde viven las historias. Descúbrelo ahora