POV de Madeleine
Dimitri me levantó la mano y me la besó.
—¿Estás segura, princesa?—, preguntó. —Puedo entrar solo—.
Negué con la cabeza y respiré hondo.
—No—, dije. —Soy Luna y tengo que hacerlo—.
Dimitri gimió y yo lo miré, frunciendo las cejas. ¿Había dicho algo malo?
—¿Cómo es que todo lo que dices me excita tanto, joder?—.murmuró.
Me reí entre dientes y negué con la cabeza. Dimitri puso los ojos en blanco juguetonamente y abrió la puerta de la casa de Mike.
—¿Mike?—, le llamó mientras entrábamos.Oí pasos que se acercaban al salón y un segundo después Mike entró con una enorme sonrisa en la cara.
—¡Mads!—, exclamó mientras se acercaba a mí. —¡Felicidades, cariño! Es un placer tenerte por fin en nuestra manada—.
Mike parecía muy emocionado y me di cuenta de que quería abrazarme. Pero no me presionó. Sabía que no me sentía cómoda.
—Gracias—, dije, dándole una pequeña sonrisa.
—¿Dónde está mi madre?— preguntó Dimitri, haciendo que Mike lo mirara.
—Está en la cocina—, dijo Mike, devolviéndome la mirada. —He intentado hablar con ella, pero...—.
Dejó de hablar y sacudió un poco la cabeza. Dimitri apretó su mano alrededor de la mía. Podía sentir su enfado creciendo.
—No pasa nada—, dije antes de que Dimitri pudiera hacer o decir nada. —He venido a hablar con los dos—.
Mike enarcó un poco las cejas.
—¿Podemos ir a la cocina?— Pregunté, dedicándole otra sonrisa.
—Por supuesto, cariño—, dijo Mike y nos dejó pasar junto a él.
Dimitri me acercó más a él mientras entrábamos en la cocina.
Janet me miró y enseguida me asaltaron sus pensamientos.
Quiero matar a esa zorrita. Encontraré la forma de deshacerme de ella.
Jadeé en silencio y dejé de caminar. Su pensamiento fue como un puñetazo en las tripas. Enarqué las cejas confundida. No había podido oír los pensamientos de nadie en toda la mañana. El toque de Dimitri los mantenía alejados. ¿Por qué podía oír sus pensamientos entonces? Dimitri estaba a mi lado. Me tomaba de la mano. No podía oír los pensamientos de Mike, pero sí los de ella.
¿Por qué los de ella?
¿Estás bien, princesa? Dimitri me enlazó mentalmente. Podemos irnos si cambiaste de opinión.
No cambié de opinión. Tuve que hacerlo. Podía con algunos de sus pensamientos. Mantuve mis ojos en los de Janet y respiré hondo.
Estoy bien. Volví a enlazarlo mentalmente. Quiero hacerlo.
—¿Quieres café?— preguntó Mike mientras pasaba junto a nosotros y se acercaba a Janet.
—Sí, por favor—, dijo Dimitri y me miró. —¿Maddie?—
Asenti, sin apartar la vista de Janet.Pagarás por todo, Madeline. Me vinculó mentalmente. No te sientas demasiado cómoda con mi hijo. No es tuyo. Nunca será tuyo. Nunca serás Luna o Reina. Deberías haberte ido cuando tuviste la oportunidad.
Intenté con todas mis fuerzas no reaccionar a sus palabras. Intenté con todas mis fuerzas no estremecerme. Intenté con todas mis fuerzas no mostrar lo dolorosas que eran sus palabras.
Tenemos que decírselo a Dimitri', se quejó Skye. No puede hablarte así, Maddie.
Me tragué el nudo que tenía en la garganta.
No podemos', dije. Es su madre. No quiero que se pelee con ella por mi culpa. No quiero que la pierda'.
Perder a mi madre fue lo más doloroso por lo que tuve que pasar.
No quería que Dimitri pasara por eso.
Skye gimoteó pero permaneció en silencio.
—Sentaos, chicos, por favor—, dijo Mike y Dimitri tiró de mí hacia la mesa.
Mike colocó dos tazas de café frente a nosotros y se sentó. Me sonrió.
Respiré hondo y traté de recordar todas las cosas que quería decirle. Quería hablar con él antes que con Janet. Supuse que hablar con Janet sería mucho más difícil y sabía que no estaría en el estado de ánimo adecuado para hablar con Mike después de que terminara mi conversación con Janet.
—Estoy enfadada contigo, Mike—, le dije, siendo lo más directa posible. —Llevo mucho tiempo enfadada contigo. No quería venir aquí y quería irme el día que cumplí 18 años. No quería estar cerca de ti y no quería verte nunca más—.
Los ojos de Mike se abrieron de par en par y tragó saliva.
—Nos abandonaste a mí y a mi madre—, continué, esforzándome por evitar que me temblara la voz. —Necesitaba un padre y tú me lo quitaste. Elegiste el poder por encima de tu familia y eso es algo que me cuesta aceptar—.
Vi lágrimas en los ojos de Mike. Podía sentir como mi corazón se apretaba dolorosamente. Dimitri me dio un beso en la sien y me rodeó los hombros con el brazo. Podía sentir la mirada ardiente de Janet a un lado de mi cara.
No dejé que me distrajera. Tenía que seguir concentrada en Mike.
—Pero no puedo abandonar esta manada—, continué tras unos instantes de silencio. —Mi compañero está aquí. Lo amo y no quiero dejarlo—.
Yo también te quiero. Dimitri me enlazó mentalmente.Lo miré y sonreí.
—Así que necesito encontrar la manera de perdonarte, Mike, y quería empezar por decirte lo que siento sinceramente—, dije, volviendo a mirar a Mike. —Necesitaba desahogarme. Necesito empezar de nuevo. Quiero ser una buena Luna y no puedo hacerlo con esta rabia que arrastro-.
Una lágrima cayó sobre la mejilla de Mike y se acercó a la mesa para tomar mi mano entre las suyas.
-Intentaré perdonarte, Mike—, dije antes de que pudiera hablar.
—Hiciste lo que creíste mejor en ese momento. Aquí encontraste tu felicidad. Encontraste una pareja y un hijo y no quiero culparte por eso.
Respiré hondo y apreté su mano.
—Pero necesito tiempo—, continué. —Necesitaré tiempo para superar esta ira—.
Diosa, estoy tan orgulloso de ti. Dimitri me vinculó mentalmente y me acercó a su pecho. Eres una Luna increíble.
—Lo siento mucho, cariño—, dijo Mike. -Entiendo perfectamente tu enfado. Tienes razón en estar enfadada y te daré todo el tiempo que necesites—.
Mike me apretó la mano y sonrió entre lágrimas.—Ya eres una Luna increíble y estoy muy orgulloso de ser tu padre-, añadió.
Le devolví la sonrisa y respiré hondo.
Qué zorra mentirosa más patética. Estoy deseando deshacerme de ella, joder.
Los pensamientos de Janet me hicieron estremecer.
La miré y respiré hondo. Era hora de que intentara hablar con ella.
Tal vez hubiera una forma de salvar esto. Quizá hubiera una forma de que tuviéramos una relación civilizada.
ESTÁS LEYENDO
Mi hermanastro es mi mate
Werewolf-Yo, Madeline Clark, rechazo...-, empecé a hablar, pero Alfa Dimitri me detuvo tapándome la boca con la mano. Me acercó más a él y gruñó. - ¿Qué demonios estás haciendo? -, gritó. -No voy a dejar que hagas esto, Maddie. Te he esperado durante meses...