Cap 99 ¿Así que no lo sabes?

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POV de Madeline

Dimitri estaba un poco más tranquilo después de que pasáramos la noche juntos. No dormimos mucho, pero no me quejaba. Ambos necesitábamos estar el uno con el otro.
—Llegará en unos minutos—, dijo Will mientras se sentaba en el sofá.
Dimitri asintió y me rodeó la cintura con el brazo. Se negaba a soltarme. Estaba nervioso y miraba a todo el mundo como si fuera una amenaza para mí. Deseaba poder hacer algo para tranquilizarlo, pero nada parecía funcionar. No importaba lo que hiciera o dijera, Dimitri seguía mirando y gruñendo a todo el mundo.
Will me dijo que le diera tiempo, pero yo odiaba verlo tan alterado.
Quería ayudarle de inmediato.
—¿Cómo se llama?— preguntó Ellie.
—Oscar—, le dije. —Es estupendo. Te gustará-.
Ellie sonrió y me hizo un pequeño gesto con la cabeza.
—¿Así que los cabrones quieren otra reunión después de que se vayan los Alfas?—. preguntó Will enfadado.
Dimitri asintió. -Insinuaron que me daban tiempo para cambiar de opinión. Eso nunca ocurrirá y se lo dije. Nada me hará cambiar de opinión sobre querer a esa zorra muerta—.
Un escalofrío me recorrió la espalda. Deseé que las cosas fueran diferentes. Deseé que Dimitri no tuviera que pasar por eso.
Deseaba que no tuviera que hablar así de su madre.
—¿Fuiste a verla?— Preguntó Ellie.
—No—, dijo Dimitri, negando con la cabeza. —No quiero ver a esa zorra. Preguntó por mí, pero les dije que la mandaran a la mierda—.
—¿Y Savannah y su hijo?— preguntó Ellie.
Dimitri suspiró y se pasó los dedos por el pelo.
—El niño está con una pareja que encontramos Will y yo—, dijo Dimitri. —Siempre quisieron tener cachorros, pero no pueden tener los suyos. Estuvieron más que encantados de acogerlo.
Ellie asintió y enarcó las cejas.
—Me pregunto quién será el padre—, dijo. —¿Por qué no acogió al cachorro?—
Dimitri se encogió de hombros. —No lo sé. Ella se negó a decirme quién es y él nunca se presentó.
—Creo que el niño está mejor sin ellos—, murmuró Will. —Su padre no puede ser un buen hombre.
Respiré hondo y lo solté lentamente. Me sentía mal por aquel niño.
No se merecía unos padres así.
Dimitri me besó la mejilla y me abrazó con fuerza. Le dediqué una pequeña sonrisa.
No creía que fuera posible, pero cada día te quiero más. Me vinculó mentalmente.
Mi sonrisa creció. Le rodeé el cuello con los brazos y le abracé con fuerza.
Yo también te quiero cada día más. respondí. Mi corazón sigue creciendo. Pronto no me cabrá en el pecho.
Dimitri rió entre dientes y me frotó la espalda suavemente.
—Vale, ya está bien vosotros dos—, dijo Will mientras se levantaba y se acercaba a la puerta. —Oscar está aquí—.
Solté a Dimitri e intenté levantarme.
-Joder, no—, dijo Dimitri, tirando de mí hacia su regazo. —Te quedarás aquí, Maddie-.
Le hice un pequeño gesto con la cabeza y me volví hacia Will.
Abrió la puerta y sonrió.
-Beta Will-, oí la voz de Oscar. -Encantado de conocerte-.
—Igualmente,Oscar—, dijo Will mientras se hacía a un lado para que Oscar pudiera entrar.
Oscar  entró y yo sonreí alegremente.
—¡Maddie!— exclamó Oscar mientras se acercaba al escritorio de Dimitri. —Qué alegría verte. Estás radiante, niña—.
Mi sonrisa no hizo más que crecer. Sin embargo, Dimitri le gruñó.
Le miré y fruncí las cejas. ¿Qué había pasado?
—Ya está bien,Oscar—, dijo Dimitri con severidad.
Mis ojos se abrieron de par en par y miré a Oscar. Iba a disculparme con él, pero sonrió y asintió.
—Estás recién marcado, ¿verdad?—, preguntó mientras se sentaba en uno de los sillones frente al escritorio. —Me alegro mucho por ti. Felicidades—.
—Gracias,Oscar-, dije, dedicándole una pequeña sonrisa.
Me devolvió la sonrisa y miró a Dimitri.
—¿Por qué estoy aquí, mi Rey?—, preguntó. —Espero que nadie esté enfermo.
Dimitri apretó la mandíbula y negó con la cabeza.
—No estás aquí porque nadie esté enfermo—, dijo Dimitri. —Estas aquí por Maddie—.
Oscar e miró preocupado. —¿Va todo bien?—
Tragué saliva y respiré hondo. ¿Y si me decía que estaba loca?
—No estoy segura—, dije. —Algo raro pasó después de que me convirtiera en parte de esta manada. Pensé que era un vínculo mental, pero...-
Dejé de hablar porque me puse muy nerviosa. ¿Cómo iba a explicarle lo que estaba pasando? ¿Debía decirle que podía leer la mente de los demás?
Oscar entrecerró ligeramente los ojos.
—¿Pero?—, preguntó tras unos instantes de silencio.
Sentí pequeñas gotas de sudor rodando por mi nuca. Se me hizo un nudo en el estómago. Se me formó un enorme nudo en la garganta y no estaba segura de si sería capaz de decirlo.
—¿Maddie?— Dimitri me llamó en voz baja. —¿Quieres que lo haga?—.
Hablamos previamente y le pedí que me dejara contárselo a Oscar.
Sin embargo, no estaba segura de poder hacerlo. Así que miré a Dimitri y le hice un pequeño gesto con la cabeza. Me besó el hombro y miró a Oscar.
—Puede leer la mente—, dijo Dimitri, y sentí que se me paraba el corazón. -Sabe lo que piensan los demás—.
Dejé de respirar. Me quedé mirando a Oscar, esperando que me mirara como si estuviera loca. Pero en lugar de eso me miró y jadeó.
—¿Tu lobo es completamente negro?—, preguntó, haciéndome fruncir las cejas.
¿Por qué importaba el color del pelaje de mi lobo?
—No lo sé—, dije, intentando tragarme el nudo que tenía en la garganta. —Se negó a cambiar. Dijo que me estaba protegiendo. Pero no sé de qué—.
Los ojos de Oscar se abrieron de par en par. Miró de mí a Dimitri.
—¿Así que no lo sabes?—, murmuró en voz baja.
Noté que Dimitri se ponía tenso. Me agarró con más fuerza. Will gruñó en voz baja. Se me aceleró el corazón y sentí que se me hacía un nudo en el estómago.
—¿Saber qué? pregunté tras unos instantes de silencio.
Oliver me miró y me dedicó una pequeña sonrisa.
—Que eres un licántropo, Maddie—.

Mi hermanastro es mi mate Donde viven las historias. Descúbrelo ahora