POV de Dimitri
Maddie temblaba de arriba abajo y empecé a dudar de mi
decisión de dejar que se lo contara.
—No tenemos que hacerlo, Maddie—, le dije mientras le frotaba la espalda suavemente. —No tiene por qué saberlo todavía
—.
Me miró y negó con la cabeza.
—Tiene que saberlo, Dimitri—, dijo. —Merece saberlo. No puedo ocultarselo-.
Suspiré y miré a Will. Miraba a Maddie con una mezcla de preocupación y enfado en el rostro. Me di cuenta de que no estaba muy contento con su decisión. Yo tampoco lo estaba, pero no quería ser un imbécil. Mike era su padre y si ella quería que él lo supiera, yo no iba a hacer nada para impedírselo.
Pero no estaba seguro de su reacción. ¿Cómo reaccionaría una vez que se enterara de que ella era una Lycan?
Estaba seguro de que Mike nunca le haría daño. Nunca dejaría que se lo contara aunque hubiera una pequeña parte de mí que pensara que era un peligro para ella. Mike era muchas cosas y cometía muchos errores, pero nunca le haría daño a su hija. Estaba jodidamente seguro de eso.
¿Pero se enfadaría? ¿Se deprimiría? No tenía ni puta idea.
Le oí acercarse al despacho. Maddie empezó a mover la pierna arriba y abajo. Le puse una mano encima y la miré enarcando una ceja.
—Todavía no es demasiado tarde—, le dije.
Ella negó con la cabeza y miró hacia la puerta. Mike entró con una sonrisa que desapareció en cuanto miró a Maddie.
—¿Qué ha pasado?—, preguntó preocupado. -¿Por qué estás tan pálida?—.
Cerró la puerta y empezó a acercarse a ella.
—Hola, Michael—, habló Oliver, haciendo que Mike se detuviera y lo mirara.
Sus ojos se abrieron de par en par.
—¿Oscar?—, murmuró en voz baja.
Oscar sonrió y se levantó. Se acercó a Mike y tiró de él para abrazarlo.
—Me alegro de verte, Mike—, dijo Oliver, acariciando la espalda de Mike. —Siento mucho lo de Leah. Hice todo lo que pude—.
Pude sentir cómo Maddie se tensaba. Tomé su mano entre las mías y la apreté con fuerza.
Mike tragó saliva y soltó a Oscar.
—Gracias por estar ahí para Leah y mi pequeña—, dijo Mike. -
Gracias por hacérselo más fácil a Leah-.
Oscar asintió y le dedicó una pequeña sonrisa.
—Ojalá hubiera podido hacer algo más—, dijo Oscar. —Ojalá estuviera hoy aquí con nosotros—.
Una oleada de tristeza inundó a Maddie. Le rodeé los hombros con un brazo y tiré de ella hacia mí.
Tu madre siempre está contigo, mi amor. La conecté mentalmente. Te está cuidando. Maddie me rodeó la cintura con los brazos y yo le besé la coronilla.
Mike asintió y volvió a mirar a Maddie.—Maddie, cariño, ¿qué te pasa?—, preguntó preocupado mientras seguía caminando hacia nosotros.
—Siéntate, Mike, por favor—, le dije con calma.
Me miró y enarcó las cejas.
—Te lo explicaré todo en un minuto—, le dije, dedicándole una pequeña sonrisa. -Siéntate, por favor-.
Mike miró a Maddie y se sentó junto a Will.
—¿Estás bien, Maddie?— preguntó Mike. -¿Te pasa algo? Por favor, di algo. Me estoy volviendo loco—.
—Ella está bien, Mike—, dije. —Hay algo que necesitamos...—
-¡Soy un licántropo!— exclamó Maddie, interrumpiéndome.
La miré sorprendido. Acordamos hacerlo despacio, explicándole todo lo que sabíamos hasta el momento. Ella miraba a Mike con los ojos muy abiertos y no respiraba. También parecía sorprendida con lo que había hecho.
—Vaya, sutil, Maddie—, murmuró Will, sacudiendo la cabeza hacia ella.
Oí a Ellie resoplar en voz baja.Miré a Mike y lo vi mirando a Maddie con una expresión
confusa en la cara.
—¿Qué?—, preguntó en voz baja.
Maddie estaba en silencio ahora. Suspiré y me pasé los dedos por el pelo.
—Es una licántropa, Mike—, dije, haciendo que me mirara. —No es una loba normal—.
Sus ojos se abrieron de par en par.
—Supe que había algo diferente en ella cuando su lobo se negó a cambiar la noche de su decimoctavo cumpleaños—, empecé a explicar. —Skye dijo que se negó a hacerlo para proteger a Maddie. Entonces no sabíamos de qué la estaba protegiendo—.
Mike miró a Maddie y respiró hondo.
—Maddie empezó a oír voces el día que la hice miembro de nuestra manada—, continué, decidiendo ser lo más directo posible. —Pensó que los miembros de nuestra manada la estaban vinculando mentalmente, pero se equivocaba. Podía oír sus pensamientos. Podía leer sus mentes—.
Mike palideció visiblemente. La miró y soltó un fuerte grito ahogado.
—Es la heredera—, murmuró; con el asombro escrito en la cara.
Enarqué las cejas.
¿Cómo lo sabía?
Maddie volvió a tensarse.
—Lo siento mucho—, murmuró, con la voz entrecortada. —No lo sabía. No quería esto, Mike, te lo prometo—.
La cara de asombro de Mike se transformó en otra de confusión.
—¿De qué estás hablando, Maddie?—, preguntó en voz baja.
Maddie respiró hondo, pero se le quedó atascado en la garganta. Sabía que no sería capaz de explicárselo.
—Estaba preocupada por cómo reaccionarías—, dije, haciendo que Mike me devolviera la mirada. —Todos estábamos algo preocupados—.
Los ojos de Mike se abrieron de par en par y vi destellos de dolor en ellos.
—¿Creíais que le haría daño?—, preguntó en voz baja.
Su voz estaba llena de dolor y tristeza.—No, Mike—, dije con severidad. —Jamás. Te conozco y sé que nunca le harías daño—.
Me hizo un pequeño gesto con la cabeza y respiró hondo.
—Me preocupaba que te enfadaras—, dije. —Quizá un poco
triste—
No sabía muy bien cómo explicarlo.
Mike asintió y miró a Maddie. Volvió a respirar hondo y se levantó. Le vi acercarse a Maddie. Ella se tensó un poco y yo le froté la espalda, tratando de relajarla.
Mike se arrodilló frente a ella y le cogió las manos.
—Te quiero, Maddie—, le dijo. —Te quiero con todo mi corazón y nunca haría nada que te hiciera daño. Lo hice una vez y odio lo que nos hizo a ti, a mí y a nuestra relación. No volveré a cometer ese error—.
Maddie soltó un sollozo silencioso y Mike la estrechó entre sus brazos. Ella lo abrazó con fuerza y yo no pude evitar sonreír un poco.
Me alegraba de que lo tuviera en su vida. Mike cometió un puto error enorme, pero ahora era una persona diferente. Era el padre que ella necesitaba.
ESTÁS LEYENDO
Mi hermanastro es mi mate
Werewolf-Yo, Madeline Clark, rechazo...-, empecé a hablar, pero Alfa Dimitri me detuvo tapándome la boca con la mano. Me acercó más a él y gruñó. - ¿Qué demonios estás haciendo? -, gritó. -No voy a dejar que hagas esto, Maddie. Te he esperado durante meses...