POV de Dimitri
No quería dejar a Maddie, pero Mike me aseguró que estaría bien.Los dejé hablar aunque quería echar a Mike y arrastrar a Maddie a la cama. Realmente quería estar con ella y asegurarme de que estaba bien.Pero tenía trabajo que hacer.Tenía que pensar en un castigo apropiado para mi madre y Savannah.
Entré en mi despacho y Will me miró inmediatamente.
—¿Dónde está Maddie?—, preguntó, mirando detrás de mí.
—Con Mike—, dije, cerrando la puerta y caminando hacia mi escritorio. —¿Dónde están?—
—Encerradas—, dijo Will, con rabia en la voz.
Me senté y asentí. Me pasé los dedos por el pelo y respiré hondo.
—¿Qué vas a hacer, Dimitri. preguntó Will acercándose a mi mesa. —¿Cómo las castigarás?—.
Suspiré y negué con la cabeza.
—No tengo ni puta idea—, dije. —Quiero matarlas a las dos, pero...
Apreté la mandíbula y apreté los puños.
—Pero una de ellas es tu madre—, Will terminó la frase por mí. Lo miré y asentí. Will suspiró y se sentó en el sillón frente a mi escritorio. Enarcó las cejas y cruzó los brazos sobre el pecho.
—Nunca pensé que tendríamos que enfrentarnos a esto, murmuró Will en voz baja.
Me tragué el nudo que tenía en la garganta y asenti. Seguía sin creérmelo. No podía creer que mi madre hiciera algo así. No entendía por qué. ¿Sólo porque Maddie se parecía a su madre?
¿Qué coño pensaba mi madre que iba a pasar? ¿Pensó que Mike la dejaría? ¿Realmente pensó que Mike haría eso? Estaba seguro de que no lo haría. Mike quería a mi madre y no le dejaría, aunque la madre de Maddie estuviera viva.Tenía que haber otra razón para que mi madre odiara tanto a Maddie. No podía creer que no me diera cuenta de que algo terrible le estaba pasando a mi compañera. Era un compañero terrible. Tan jodidamente terrible.
Gemí y enterré la cara entre las manos.
—No es culpa tuya, Dimitri—, dijo Will, haciendo que levantara la vista hacia él. -No lo sabías—.
Apoyé los brazos en el reposabrazos y apreté los puños.
—Es mi compañera—, dije. —Debería haberlo sabido. Debería haber visto que le pasaba algo. Diosa, incluso una vez vi que estaba herida y no hice una mierda al respecto—.
Esa comprensión fue especialmente dura para mí. Vi su labio partido y no hice una mierda al respecto. Estaba tan enfadado porque se fuera sin mí y por los picaros que había en mis fronteras. Estaba tan concentrado en que cumpliera 18 años para poder tenerla por fin que no me di cuenta de nada más a mi alrededor. Debería haberle preguntado más. Debería haber sabido que ella no se caería .
—¿De qué estás hablando?— preguntó Will, frunciendo las cejas.
Suspiré y me tragué otro bulto.
—Un día la vi con el labio partido—, murmuré. —Me dijo que se había caído. Mintió. Mi madre hacía eso. Will gruñó y maldijo en voz baja.
—Debería haberlo sabido—, dije, gimiendo en voz baja.
Will suspiró y se pasó los dedos por el pelo.
—No podías haberlo sabido, Dimitri—, dijo Will. —Ambas lo ocultaban muy bien—.
Saber eso no me hizo sentir mejor. Maddie era mi compañera. Ella era mi corazón y mi alma. Fallé en protegerla. No protegí mi propio corazón. Apreté la mandíbula y forcé el aire en mis pulmones. La había cagado, pero no podía cambiar lo que había pasado. Lo único que podía hacer era asegurarme de que nadie volviera a hacerle daño. Lo único que podía hacer era asegurarme de que mi madre y Savannah recibieran un severo castigo por lo que habían hecho.
—La ley es clara—, dije, apretando de nuevo los puños. —Ambas serán asesinadas por lo que hicieron—. Me ardía la lengua al pronunciar esas palabras. Se me encogió el corazón al pensar en matar a mi propia madre. Pero la ley era clara cuando se trataba de amenazar y poner en peligro las vidas de Luna y Alpha. Era un delito castigado con la muerte.
Mi madre sabía lo que pasaría si me enteraba. Sabía que no dudaría en matarla. Mi compañera era mi mayor tesoro y la elegiría por encima de todos. Mi padre me educó para hacerlo. Yo quería hacerlo. Maddie era mi todo y no iba a permitir que nadie le hiciera daño.
—Podría haber un problema con el castigo de tu madre, Dimitri-, dijo Will y enarqué las cejas.
—¿Qué problema?— pregunté. -La ley es clara. Será castigada con la muerte—. Will suspiró y me hizo un pequeño gesto con la cabeza.
—Sé lo que dice la ley, Dimitri—, dijo Will. —Estoy contigo en eso, pero no estoy seguro de que el Consejo lo esté. Ella es la antigua Luna de esta manada y una antigua Reina del Reino. Podrían estar en contra—.
Apreté la mandíbula. No había pensado en esos cabrones para nada.
-Quizá tengas que considerar otro castigo para ella—, dijo. Will.
—Soy un Rey—, dije enfadado. —El Consejo puede aconsejarme que no la mate, pero mi palabra es definitiva-.
—Lo es—, dijo Will, haciéndome un pequeño gesto con la cabeza.
—Pero tú conoces la ley, Dimitri. El Consejo tiene voz y voto en estos asuntos—.
Apreté la mandíbula y me levanté. Empecé a pasearme por mi despacho, intentando calmarme un poco. Estaba muy cabreado. Quería que la castigaran por lo que había hecho.
—No estoy diciendo que vayan a estar en contra, Dimitri—, dijo Will. —Sólo estoy afirmando que podría ocurrir y que deberías prepararte para ello. Lo miré y respiré hondo. Tenía que concentrarme muchísimo para mantener mi temperamento bajo control.
—Tendré una solución alternativa—, dije. —Pero no me echaré atrás. Haré lo que tenga que hacer para asegurarme de que recibe lo que se merece. Es mi madre, pero eso no la salvará de ser castigada—. Will me dedicó una pequeña sonrisa.
—Bien—, dijo. —Nadie hace daño a Maddie—.
Asentí y volví a respirar hondo.
Will tenia razón. Nadie hará daño a lo que me pertenecía. Teníe que mostrarles a todos lo que pasaría si lo hacían.
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Mi hermanastro es mi mate
Werewolf-Yo, Madeline Clark, rechazo...-, empecé a hablar, pero Alfa Dimitri me detuvo tapándome la boca con la mano. Me acercó más a él y gruñó. - ¿Qué demonios estás haciendo? -, gritó. -No voy a dejar que hagas esto, Maddie. Te he esperado durante meses...