Capítulo-03: De Vuelta En Casa.

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Yovana Montecarlo

Me acomodo en el asiento del auto. Cierro las manos en forma de puños y froto mis ojos. Miro el cartel, aún queda un poquito. Vuelvo a cerrar los ojos y me quedo dormida. Rato después noto como mi padre me zarandea y me despierto.

-Venga Yovana, ¿no que querías ver a tu hermana? -Asiento y el ríe. -Pues vamos.

-¿Ya estamos en casa? -Miro todo a mi alrededor y sonrío con nostalgia.

-Sí, ya estamos en casa. -Esto ultimo lo dice en un susurro.

-¡Al fin! Muero por abrazar a mi hermana. -Río y desconecto los cascos del móvil.

-Bien, llegó la hora. -Conduce por una zona distinta.

-No recuerdo este camino, ¿se mudaron de casa? -Él asiente y para frente a una enorme casa. -Hubo un incendio que arrasó con todo, ahora vivirás aquí.

Paramos frente a una enorme puerta. Papá le dice nuestros nombres al portero y nos aabre el portón. Estaciona el auto frente a la enorme casa y bajamos del auto. Abro los ojos de par en par al ver el lugar en el que voy ha vivir. Mis padres tiene dinero, no lo voy a negar, pero tampoco me gusta presumirlo. Luego no sabes si la gente está contigo por que quiere o por que les interesa.

-Papá, pero esto es enorme. -Asiente y saca mis maletas del maletero.

-Así es. Todo un castillo, para mis princesas. -Lo abrazo y llama al timbre.

-¡Nana! -Grito abrazando a la mujer que acaba de abrir la puerta. -Te extrañé.

-¡Mi dios santo! -Se lleva las manos a la cara. -No lo puedo creer, ¿eres tú?

-Claro que soy yo Nana. -Río y mi padre entra.

-Señor. -Saluda a mi padre. -Pasad.

-¿Mi madre y mi hermana? -Pregunto ansiosa y mi padre me abraza.

-Tu hermana estará al llegar, salió y aún no ha vuelta pero llamó y dijo que estaba de camino. -Asentimos y vamos al salón.

-Yovana, hija mía. -Me giro llevándome las manos a la boca. -Mi pequeña.

-Mamá. -Corro hacia ella. -Mami.

-Mi niña, que grande estás. -Río y besa mi cabeza. -Estás preciosa.

-¿Dónde está? -Gritan desde la entrada y todos reímos. -Ay dios que llego tarde, huy que me mato. -Entra en el salón.

Abro los ojos de par en par. No puedo creer que después varios años la tenga frente a mi. Ella se lleva las manos a la boca igual que yo y ambas corremos la una hacia la otra. Ambas lloramos abrazadas en mitad del salón.

Después de varios minutos nos separamos. Miramos a nuestros padres, es extraño verlos juntos, pero nos hacen sentir bien. Como si volviésemos a ser una familia, ellos nos abrazan. Una abrazo de cuatro, un abrazo de familia.

-Señora. -Viene una empleada. -La cena ya está lista, pueden pasar al comedor cuando gusten.

-Sí. -Zaira ríe y da pequeños saltos de alegría. -Quiero decir, que sí, tengo hambre.

-Eso no hace falta que lo jures hermanita. -Reímos y la abrazo de nuevo.

-Vayan sirviendo la cena. -La empleada asiente y se marcha del salón.

-¿Bueno, entonces a cenar se ha dicho no? -Río por el comentario de mi padre.

La cena pasa rápida, debido a que hablamos de todo un poco. Zaira y yo aplaudimos cuando traen el postre, una tarta de chocolate, nuestra favorita. Nana nos sonríe y continuamos hablando.

-Papá, ¿te quedarás unos días con nosotras? -Pregunta mi hermana.

-No se si pueda cariño, antes tengo que hacer unas llamadas pero después te digo. -Ella asiente y comienza ha comer.

-Si quieres puedes quedarte aquí, en la casa. -Zaira y yo nos miramos, luego a ella. -Es grande y hay muchas habitaciones.

-Gracias por el ofrecimiento, pero no quiero incomodar. Pasaré la noche en un hotel. -Ella asiente y llaman a papá. -Perdón, debo cogerlo. Ahora vuelvo. -Se levanta y sale del comedor.

-Bueno cariño y cuéntanos. ¿Todo bien por Barcelona? -Asiente y dejo la cuchara.

-Sí, Barcelona es un ciudad muy hermosa. Pero os he extrañado mucho. -Abrazo a mi hermana y me levanto para hacer lo mismo con mi madre.

Vamos al salón. Mamá esta sentada en el sofá, nosotras ambos lados. Papá entra y sonríe al vernos así. Mi madre se levanta y lo abraza. Miro a mi hermana, esa mirada de cómplices. Ambas deseamos que vuelvan ha estar juntos.

-Esto promete. -Susurramos ambas al unísono y sonreímos.

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Dos Almas Y Un ¡Te Odio! ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora