DANIEL OVIEDO
Cierro los ojos tras colocarme las gafas de sol y me tumbo en la tumbona. La nana de las chicas trae bebidas y algo para picar en lo que bajan. Las chicas están todas en el agua. Fran, Tyler y Jordan juegan a las cartas. Calum y mi hermano hablan en voz baja sin quitarle ojo a las chicas. Y Sergio esta callado y serio, sentado en una de las sillas. Segundos después escucho silbidos y me quito las gafas viendo a las hermanitas que se acercan.
—Vaya Zaira, estás mejor de lo que recordaba. ¿Cuánto hace que no te vemos en bikini? Desde el embarazo ¿no? –Sergio, ríe y la castaña lo mira mal.
—El único motivo por el que estas aquí es por que eres amigo de los chicos, si no ya te habría echado. –Confiesa y sonrío.
—Tranquila, tengamos el día en paz. –Interviene su gemela.
Yovana tiene razón. Zaira, al agua. –Apoya mi gemelo, y coge a la mayor de las hermanas
—¡Ni loca! –Grita a peno pulmón y reímos.
Todos saltan al agua y solo quedamos Sergio, Yovana y yo fuera. Ella se sienta en la tumbona que hay a mi lado, dándole la espalda a Sergio.
—Te ves muy guapo con ese bañador. –Confiesa y asiento.
—Lo se, nena. Ami todo me queda bien. –Sonrío y ella pone los ojos en blanco.
—Pero serás creído. –Golpea mi hombro, de broma y río.
—¿Por qué no te quitas la ropa? Así no podrás bañarte. –Ella ríe y alzo un ceja, ¿qué dije?
—No voy a bañarme. –Se recoge el pelo en una coleta alta y dios, que bien le queda.
—Hay algo más, lo se. ¿Qué te pasa? –La miro esperando una respuesta y ella suspira, se rindió.
—Me da vergüenza. –Confiesa y casi me atraganto con mi bebida.
—¿Vergüenza? Pero si tienes un cuerpo que invita al pecado. –Le digo mirándola de pies a cabeza.
—No digas esas cosas. –Ríe y sus mejillas se enrojecen, que adorable se ve.
—Ahorita mismo te vas a quitar la ropa y te vas a tumbar aquí cerquita mía. Si alguien se atreve a decir algo sobre tu cuerpo se las verá conmigo ¿vale? –Ella asiente y se pone en pie.
Se quita los pantalones y la camiseta, mira a todos lados y se el porqué. Paso mis ojos por todo su cuerpo y ella se sonroja aun más cuando me levanto y la abrazo. Las chicas me miran y ríen por lo bajo, de seguro ellas saben algo. Le guiño un ojo y se tumba en la tumbona que hay a mi lado. Me tumbo y me pongo las gafas de sol.
—Yovana ¿vienes al agua? –Le pregunta mi gemelo, recién salido de la piscina.
—¿Esta muy fría? –El niega ante su pregunta y me mira.
—Hey, ¿venis? –Niego y Zaira se encoje de hombro.
—¿Por qué no vais vosotras? Tengo que hablar con mi hermano. –Zaira asiente y coge la mano de su hermana.
—Madre mía Yovana. Yo te hacia gemelos hasta que salieran impares. –Sergio golpea su culo y me levanto dispuesto a darle su merecido.
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Dos Almas Y Un ¡Te Odio! ©
Teen FictionYovana es una adolescente de dieciséis años, alegre y muy risueña. Sus padres se divorciaron hace unos años y ella se fue con su padre a Barcelona, mientras que su hermana gemela; Zaira, se quedó en Sevilla con su madre. Antes de marcharse a Barcel...