YOVANA MONTECARLO
Dejo mi servilleta sobre la mesa y corro al salón para atender la llamada de mi padre. Hablo con el unos minutos, mamá me dice que termine de cenar y le paso el teléfono. Termino mi cena y miro el sitio vacío de Zaira.
—¿Por qué Zaira no bajó a cenar? –Le pregunto a mi madre.
—Le dolía la cabeza. ¿Por qué no lo subes una pastilla? –Contesta ella.
—Si, iré a verla. –Voy a la cocina.
Cojo la pastilla y un vaso con agua. Subo las escaleras y me pato frente a su puerta, la cual esta entre abierta. Zaira esta sentada en su cama con una caja frente a ella. Toco la puerta y al verle se pasa la manos por la cara.
—Mamá me dijo que te sentías mal, te traje una pastilla. –Sonríe y la toma.
—¿Papá ha llamado? –Asiento.
—Dijo que mañana si podía llamaba para poder hablar contigo. ¿Por qué estabas llorando? –Suspira y abre la caja.
—La verdad no deberías ver nada de lo que hay aquí dentro, solo te causará dolor.
—¿Por qué dolor? –Juntos las cejas.
Ella me pasa la caja y muerdo mi labio. Tal vez tenía razón, duele, como un puñal clavado en el pecho. Hay dos trajes de bebes, algún que otro chupete, patucos, un peluche y una cajita mas pequeña. Voy a cogerla pero ella niega y me la quita. Su móvil suena y salgo. Voy a mi cuarto y una vez lista para dormir reviso mi móvil. Sonrío al ver que Dani contestó mi mensaje. Le doy las buenas noches y me acuesto. Despierto a eso de las 03:00, tengo sed y bajo por agua. Al subir paso por el cuarto de mi hermana, me paro al escuchar voces y entre abro la puerta.
—¿Qué fue lo que pasó?
—Mi padre leyó el testamento de mi abuelo.
—¿Otra vez? Pero si ese tema quedó zanjado cuando paso lo de mi secuestro.
—Mi padre piensa que Dani ya tuvo su oportunidad y que ahora yo tengo la mía.
—¿Y será con la misma condición verdad? –Asiente.
—Antes de cumplir los dieciocho años debo casarme con una chica que sea virgen y que lleve el apellido Montecarlo.
—¿Eso quiere decir que tu y yo no podemos estar juntos?
—Debo casarme con una Montecarlo, pero por desgracia no puedes ser tu. Tengo que casarme con tu hermana.
La respiración se me corta. Mi cuerpo se paraliza al escuchar esas palabras. El vaso que tengo en mis manos resbala y se hace añicos en el suelo. Ambos me miran sorprendidos y Jesús trata de acercarse a mi pero lo detengo. Mi hermana suspira y se pasa las manos por la cara.
—¿Lo escuchaste todo verdad?
—Pues claro que lo escuchó todo ¿acaso no la ves? Esta blanca. –Ke contesta mi gemela.
—Baja la voz o despertarás a tu madre. –Regaña el moreno.
—¿Por qué dijiste eso? –Miro a Jesús.
—Por que así lo decidieron nuestras familias cuando supieron de nuestra existencia.
—¿Dani lo sabe? –Ptegubyo y el asiente.
—Ahora que lo recuerdo ibas a decirme algo de Dani ¿qué era?
—En cuanto mi padre habló con el agarró la moto y se fue. No sé nada de el y temo que le pase algo.
Mi móvil suena es un mensaje de Dani "Lo siento, espero qur puedas perdonarme algún día. Te quiero". Al leer eso me temo lo peor, Jesús consigue la ubicación. Despertamos a mamá y vamos hasta ese lugar. Cuando llegamos hay un coche de policías y una ambulancia. Los padres de Daniel llegan en ese momento.
—¿Qué fue lo que pasó? –Trata de preguntar Eva.
—Chocaron, el coche iba en dirección contraria y el joven para evitar el choque giró. La moto se salio de control y cayó por el barranco. –Responde el oficial.
—Eso no puede ser. –Sollozo.
A lo lejos veo como dos personas, los forenses, cierran una bolsa y el mundo se me viene encima. Grito, lloro y pataleo pero mi madre y mi hermana me sujetan. Una mujer de unos treinta años llama al policía y se acerca a la otra ambulancia.
—No puede ser. –Susurra Jesús, a mi lado.
—Decidme que esto no es real. Por favor, esto tiene que ser una pesadilla. El no. –Grito entre sollozos.
—Tienes que calmarte. –Me pide mi hermana
—¿Cómo diablos quieres que me calme? ¡Dani esta muerto! –Lloro y caigo de rodillas al suelo.
—Hija. –Sollozo mientras mi madre me abraza.
—Lo amaba mamá. Estaba enamorada de el, pero no se lo dije. –Lloro
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Dos Almas Y Un ¡Te Odio! ©
Teen FictionYovana es una adolescente de dieciséis años, alegre y muy risueña. Sus padres se divorciaron hace unos años y ella se fue con su padre a Barcelona, mientras que su hermana gemela; Zaira, se quedó en Sevilla con su madre. Antes de marcharse a Barcel...