Capítulo-97: "¿Otro hijo?"

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DANIEL OVIEDO

El Doctor nos guía hasta la habitación de mi pequeña y nos deja solos. Yovana corre hacia ella y la abraza. La niña está perfectamente bien, solo fue un susto. Aitana sonríe y beso su frente. Pestañea y acaricio su cabezita.

-¿Cuando nos vamos?

-Mañana. -Mira a su madre.

-¿Por qué?

-Te hiciste pupa y el Doctor quiere que duermas aquí, para que te pongas bien del todo.

-¿Te duele algo?

-No. Papi, tengo hambre.

-En un rato te traeran de comer. Ahora debes dormir y nada de pucheros.

Ella asiente y se recuesta. Beso su frente y Yovana hace lo mismo. La pequeña cierra los ojos y agarro la muñeca de su madre. Salimos de la habitación y la miro. Toda su coraza se viene abajo y la abrazo mientras llora culpándose de lo ocurrido.

-Tu no tienes la culpa.

-Tenía que haber estado más atenta.

-Nadie podía saber lo que iba a pasar.

-Soy su madre. Mi deber es cuidarlos para que nada malo les pase.

-Deja de martirizarte. Aitana esta bien y eso es lo que importa.

-¿Crees que soy una mala madre?

-Claro que no. Eres la mejor madre del universo.

-Eso lo dices oara que no me sienta mal. -Mira a otro lado.

-Lo digo por que es la verdad. -Beso sus labios.

La abrazo con fuerza transmitiéndole esa fuerza y seguridad que necesita. Dejo algunos besos en su cuello y cuando se calma agarro su mano. Volvemos a la sala de espera y tras informar a todos que la niña esta bien comienzan a marcharse. Mi pequeño se acerca a mi y agarra mi pierna.

-¿Aitana? -Lo cojo en brazos.

-Tu hermanita esta bien pero tiene que dormir aquí.

-¿Por qué? -Solloza.

-Hey, no llores. Ella esta bien.

-¿Por qué lloras, mi amor? -Lo coje.

-Quiero que Aitana venga a casa.

-Mañana estará en casa.

Yovana lleva a Stefan para que vea a su hermana. Las horas pasan y solo quedamos los mas cercanos. Mi madre se fue, me costó convencerla pero lo hizo. Jesús y Zaira se acercan.

-Se esta haciendo tarde y debemos ir casa para que el niño cene. -Dice ella.

-¿Se queda con vosotros? -Ella asiente.

-Tu hijo esta en buenas manos, tranquilo. -Sonríe

-Lo sé. ¿Nos vemos mañana para correr? -Asiente.

-Obsesos del deporte. -Reímos.

-Iré por Stefan.

Camino hacia la habitacíon de la niña y entro. Ambos niños duermen acurrucados en su madre. Sonrío y con cuidado de no hacer ruido cargo a Stefan. El pequeño se mueve pero sigue dormido. Salgo de la habitación y voy con mi hermano. Beso su mejilla y se marchan.

-¿Donde esta Stefan?

-Nuestros hermanos se quedarán con el esta noche.

-Me había asustado.

-No quería despertaros. -Sonríe.

-Eres increíble. -Me besa.

-Tu me haces ser así. -Río y la beso.

-Dani. -Murmura.

-Dime, amor.
¿Tendrías otro hijo conmigo? -Trago saliva y me aparto.

Dos Almas Y Un ¡Te Odio! ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora