DANIEL OVIEDO
El Doctor nos guía hasta la habitación de mi pequeña y nos deja solos. Yovana corre hacia ella y la abraza. La niña está perfectamente bien, solo fue un susto. Aitana sonríe y beso su frente. Pestañea y acaricio su cabezita.
-¿Cuando nos vamos?
-Mañana. -Mira a su madre.
-¿Por qué?
-Te hiciste pupa y el Doctor quiere que duermas aquí, para que te pongas bien del todo.
-¿Te duele algo?
-No. Papi, tengo hambre.
-En un rato te traeran de comer. Ahora debes dormir y nada de pucheros.
Ella asiente y se recuesta. Beso su frente y Yovana hace lo mismo. La pequeña cierra los ojos y agarro la muñeca de su madre. Salimos de la habitación y la miro. Toda su coraza se viene abajo y la abrazo mientras llora culpándose de lo ocurrido.
-Tu no tienes la culpa.
-Tenía que haber estado más atenta.
-Nadie podía saber lo que iba a pasar.
-Soy su madre. Mi deber es cuidarlos para que nada malo les pase.
-Deja de martirizarte. Aitana esta bien y eso es lo que importa.
-¿Crees que soy una mala madre?
-Claro que no. Eres la mejor madre del universo.
-Eso lo dices oara que no me sienta mal. -Mira a otro lado.
-Lo digo por que es la verdad. -Beso sus labios.
La abrazo con fuerza transmitiéndole esa fuerza y seguridad que necesita. Dejo algunos besos en su cuello y cuando se calma agarro su mano. Volvemos a la sala de espera y tras informar a todos que la niña esta bien comienzan a marcharse. Mi pequeño se acerca a mi y agarra mi pierna.
-¿Aitana? -Lo cojo en brazos.
-Tu hermanita esta bien pero tiene que dormir aquí.
-¿Por qué? -Solloza.
-Hey, no llores. Ella esta bien.
-¿Por qué lloras, mi amor? -Lo coje.
-Quiero que Aitana venga a casa.
-Mañana estará en casa.
Yovana lleva a Stefan para que vea a su hermana. Las horas pasan y solo quedamos los mas cercanos. Mi madre se fue, me costó convencerla pero lo hizo. Jesús y Zaira se acercan.
-Se esta haciendo tarde y debemos ir casa para que el niño cene. -Dice ella.
-¿Se queda con vosotros? -Ella asiente.
-Tu hijo esta en buenas manos, tranquilo. -Sonríe
-Lo sé. ¿Nos vemos mañana para correr? -Asiente.
-Obsesos del deporte. -Reímos.
-Iré por Stefan.
Camino hacia la habitacíon de la niña y entro. Ambos niños duermen acurrucados en su madre. Sonrío y con cuidado de no hacer ruido cargo a Stefan. El pequeño se mueve pero sigue dormido. Salgo de la habitación y voy con mi hermano. Beso su mejilla y se marchan.
-¿Donde esta Stefan?
-Nuestros hermanos se quedarán con el esta noche.
-Me había asustado.
-No quería despertaros. -Sonríe.
-Eres increíble. -Me besa.
-Tu me haces ser así. -Río y la beso.
-Dani. -Murmura.
-Dime, amor.
¿Tendrías otro hijo conmigo? -Trago saliva y me aparto.
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Dos Almas Y Un ¡Te Odio! ©
Teen FictionYovana es una adolescente de dieciséis años, alegre y muy risueña. Sus padres se divorciaron hace unos años y ella se fue con su padre a Barcelona, mientras que su hermana gemela; Zaira, se quedó en Sevilla con su madre. Antes de marcharse a Barcel...