DANIEL OVIEDO
Lanzo el mando al otro lado de la rinconera y agarro mi teléfono, que está sobre la mesa de cristal, son las 23:30. Entre toda la oscuridad diviso una silueta que se acerca ami. Sonrío al ver que es mi morena, lo que me extraña es lo que hace a continuación. Se sienta ha horcajadas sobre mi y mete sus manos por debajo de mi camiseta, mientras sus labios se pasean por mi cuello.
-Dios mio ya hasta sueño despierto.
-No es ningún sueño. –Muerde mi labio.
-Hace apenas una horas estabas como loca gritándome y ahora. –Me calla.
-Sh, no digas nada. Aprovechemos que los niños estan dormidos ¿si?
-Pero tu –Niega.
Ella se mantiene callada. Muerde su labio y me mira fijamente. Su nariz roza con la mia y ella cierra los ojos. Con la punta de mi nariz acaricio su cuello y ella gime. Sus manos se apoyan en mi abdomen y las mías se aferran a su cadera. Sus labios se rozan con los mios pero no llegan a tocarse por completo. La tumbo en el sofá y me subo sobre ella.
-No. –Se sienta
-¿No qué?
-Hoy quiero yo arriba. –Acaricia mi cuello.
-¿Estás segura?
-Segurísima. –Besa mi mandibula.
-¿Me vas a montar? –Muerdo mi labio.
-Te voy a montar. –Afirma.
-Yovana, pero –Me corta.
-No digas nada, solo disfruta.
Le quito la camiseta y beso su hombro ya descubierto. Mi mirada se cruza con la suya y sonríe tras morder mi oreja. Besa mi mandíbula lentamente y se mueve sobre mi haciendo que mi erección se note mucho mas. Me quito el pantalón quedando solo en boxer y se sienta sobre mi. Acaricio su cuerpo con deseo, creí que jamás volvería a tenerla así. Y cuando ya no puedo mas se aparta.
-Perdóname. –Se levanta.
-¿Qué haces? –Coge la camiseta.
-No puedo hacerlo. –Se la pone.
-¿Piensas dejarme así? –Me levanto.
-Ya sabes donde esta el baño
-¿Es una broma? –Me levanto.
-No. Lo siento. –Ríe.
Ella se marcha a la habitación y cierro mis puños con fuerza, mis nudillos están blancos. ¿Cómo demonios pude creerle? Esto fue una venganza, claro.
Bufo y camino hasta nuestro cuarto y sin mirarla voy al baño, necesito una ducha de agua bien fría para bajar la tienda de campaña que cierta niña provocó. Salgo de la ducha y agarro una toalla.-Si quieres jugar está bien, jugaremos. Pero no está en mis planes ser quien pierda. Yo también se jugar ha esto y te lo voy ha demostrar. –Sonrío.
Salgo del baño y ella rápidamente se gira haciéndose la dormida. Sonrío y una idea se cruza por mi mente, después de esto es posible que tenga que dormir en otro lado. Dejo la toalla caer y me meto en la cama desnudo. La abrazo por la espalda, su cuerpo está totalmente pegado al mio.
-¿Ya terminó la película?
-No, pero me aburrí de ella.
-Pues te sacas el parchís.
-Buena idea, ¿te apuntas? –Se gira.
-No, ¿oye te has traído el mando a la cama? –Se sienta.
-A lo mejor te apetecía cambiar de canal. –Río y aparto la sabana.
-¡Sal de aquí ahora mismo! –Se pone de pie.
-Anda ven aquí. –Tiro de ella y cae sobre mi.
-¡Aleja tu catalejo de mi! –Se aparta.
-Pues éste catalejo te ha echo dos hijos y te recuerdo que te vuelve loca. –Río y me pongo un boxer blanco.
Ella me mira desde la cama, muerdo mi labio y llevo la toalla al cesto. Mi morena esta sentada en el centro de la cama y sonrío subiéndome sobre ella, agarro sus manos por encima de su cabeza. Con la punta de mi nariz acaricio su cuello, ella se mueve debajo de mi y sonrío, se esta excitando. Con mi mano libre acaricio su muslo desnudo, sus piernas rodean mi cadera y nuestros sexos chocan.
-¿Eso es lo único que sabes hacer? –Se burla.
-Ten mucho cuidado con lo que dices, morena. –Mierdo su oreja.
-Vamos, Daniel. Sabes hacerlo mucho mejor.
-¿Para que luego me dejes con el
calentón otra vez? No, Gracias. –Me acuesto.-Espera, ¿me vas a dejar así?
-Si, tal y como tu hiciste antes.
-Esto es la guerra. –La subo sobre mi.
-Prepárate para perder, muñeca. –Se mueve sobre mi.
-Jamás me subestimes y ahora creo que debes volver al baño. –Ríe.
-Veremos si te ríes tanto cuando me supliques te haga mía y te diga que no.
Veremos quien le suplica a quien.
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Dos Almas Y Un ¡Te Odio! ©
Teen FictionYovana es una adolescente de dieciséis años, alegre y muy risueña. Sus padres se divorciaron hace unos años y ella se fue con su padre a Barcelona, mientras que su hermana gemela; Zaira, se quedó en Sevilla con su madre. Antes de marcharse a Barcel...