DANIEL OVIEDO
Tras finalizar nuestra jornada estudiantil volvemos a casa. Mamá esta preparando la comida y papá esta sentado leyendo el periódico. Tengo la ligera impresión de que pasa algo y el rostro de mi padre afirma mi sospecha.
—Sentaros, tenemos que hablar. –Habla con los ojos entre cerrados.
—¿Sucedió algo? –El asiente y miro a mi gemelo.
—¿Qué pasó? –Deja el periódico y nos mira.
—He hablado con vuestro entrenador. Ya estoy enterado de los nuevos cargos del equipo y la verdad estoy bastante sorprendido. –Mamá tose y el suspira.
—Esta tarde nos reuniremos con el entrenador y nos informarán de la nueva organización. –El asiente y pasamos a la mesa.
Comemos en silencio, solo se escucha el sonido de los cubiertos chocar. Papá tose y dirigimos nuestra mirada hacia el. Mamá niega con la cabeza y el asiente. Ella se levanta y va a la cocina.
—La reunión se hará aquí en casa, ya lo hablé con vuestro entrenador y no hay problema. Espero y esta vez no me decepcioneis. –Bufo y me levanto.
—¿Llegará el dia en el que dejes de tratarnos mal? Somos tus hijos, no tus esclavos. –Mi hermano me agarra.
—Ya, bro. Terminemos de comer. –Niego y suspiro.
—Se me quitó el hambre. –Doy media vuelta y subí las escaleras.
Cierro la puerta de mi habitación y me siento al borde mi cama. Desearía tener un padre normal de esos que se preocupan por ti, te animan y te apoyan, no uno que te exige y te exprime al máximo para satisfacer a sus amistades. Ni Jesus ni yo, somos muñecos de colección y hemos trabajado muy duro para entrar al equipo.
—¿Estas bien? –Cierra la puerta y alzo la cabeza asintiendo.
—Estoy harto ¿sabes? Todo el día con lo mismo, se pasa el día en la oficina o viajando y cuando está quiere ser el padre perfecto, el cual esta mas claro que solo es frente a los demás. –Suspiro y miro al frente.
—Olvídalo, el es así. Tenemos que centrarnos en el equipo, esta semana comienzan los entrenamientos y pronto los partidos, debemos estar concertados. –Río y me levanto de la cama.
—¿Y como quieres que me concentre? ¿Acaso no viste la visita tan agradable que tuvimos hoy?
—No nos quitaron el ojo de encima, te lo puedo asegurar. –Ríe y me apoyo en el escritorio.
—Una lastima que no se hagan animadoras, de verdad que se verían muy bien con mini-falda. –Río y el asiente.
—No se como, ni cuando, pero te juro que Zaira Montecarlo va ha caer, ten lo por seguro. –Bufa y coje una pelota.
—Vallamos a la cancha. –Saca su móvil y llama al resto.
—Estarán allí en unos minutos. –Asiento y bajamos.
—¿Dónde creéis que vais? –Pregunta nuestro padre y bufo.
—A la cancha. ¿Acaso no podemos practicar tampoco? –Susoira y se levanta.
—Todo lo contrario el fútbol es lo único que debe interesados ahora. Debéis trabajar duro, ahora mas que nunca. –Se cruza de brazos y mama suspira.
—Jugamos fútbol desde pequeños, nos dejamos la vida en la cancha. –Grita mi hermano y lo agarro.
—Lo damos todo en los entrenamientos y en los partidos. –Finalizo.
—Debeis esforzaros mucho mas, sobre todo ahora que tu hermano es el nuevo capitán del equipo. –Ambos nos miramos tras las palabras de nuestro padre.
—Papá, ¿de que hablas? –Pregunta mi gemelo, a mi lado.
—Daniel es el nuevo capitán de los Gladiadores. –Contesta sonríendo.
No puede ser. ¿Capitán? Dios mio, ahora si que vamos ha tener problemas. No creo que ha Sergio le guste la idea de ser destituido de su "cargo" mucho menos que sea yo quien lo reemplace. No quiero ni imaginar como se pondrá cuando se entere. Estoy seguro de que hará algo y no será bueno. Sergio es muy competitivo y caprichoso.
—Hay algo que tienes que saber. –Dice cuando salimos de casa.
—¿Es algo malo? –Suspira y caminamos.
—Depende de si Yovana Montecarlo te interesa de alguna forma. –Frunzo el ceño.
—No entiendo ¿Qué tiene que ver ella en esto? –Llegamos al parque y deja el balón.
—Sergio quiere llevársela a la cama, esta dispuesto a todo con tal de conseguirlo.
Esta muy equivocado si cree que se saldrá con la suya. Jamas, no lo permitiré. Sergio no se saldrá con la suya.
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Dos Almas Y Un ¡Te Odio! ©
Teen FictionYovana es una adolescente de dieciséis años, alegre y muy risueña. Sus padres se divorciaron hace unos años y ella se fue con su padre a Barcelona, mientras que su hermana gemela; Zaira, se quedó en Sevilla con su madre. Antes de marcharse a Barcel...