Capítulo-46: "Encerrona"

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YOVANA MONTECARLO

Eric me abre la puerta y subo al auto. El tráfico es horroso. Decido entablar una conversación con el, a fin de cuentas vamos a pasar muchas horas juntos ahora que es mi guardaespaldas. Al principio es muy breve y serio, pero después se suelta.

-¿Es su novio?

-No lo se, es complicado.

-El amor es complicado.

-Lo que pasa es que el tuvo un accidente y ahora esta amnésico. No recuerda nada de lo que tuvimos antes.

-¿Y no se lo ha dicho? –Niego.

-Tengo pensado hacerlo. Pero lo que no sé es cuando.

-Las mentiras tienen las patas cortas.

-¿Tu tienes novia? –Niega.

-Terminé con ella hace 2 años.

-Lo siento, no debí preguntar.

-No lo sienta.

-¿No eras feliz con ella?

-La encontré en la cama con mi padre. Desde entonces no he vuelto a tener contacto con ninguno.

-De verdad que lo siento, soy una preguntona. –Ríe.

-Llegamos. –Se baja.
Abre mi puerta y bajo. Le doy las gracias y entramos en casa. Entro al salón y salto sobre mi padre. Hace apenas una semana y media que se fue. Nos sentamos y esperamos a que mi hermana llegue.

-¡Papá! –Corre hacia el.

-Hola, cariño. –Besa su mejilla.

-Subid y alistaros, cenaremos en el club. -Avisa muestra madre.

-Quiero hablar con vosotros.

-¿Algun problema cariño? -Pregunta mi padre.

-Es sobre el testamento del difunto Oviedo, el abuelo de Jesús y Daniel.

-Cariño, eso es cosa de mayores.

-Pero nos concierne a nosotras.

-¿Que hay de malo? Daniel y Zaira fueron novios, pueden serlo de nuevo. Tu te casaras con Jesus, es un buen chico.

-Pero es que ella no puede casarse con Jesus. -Grita mi hermana.

-¿Por qué no? –Pregunta el y mamá me mira.

-Porque yo amo a Jesús. –Confiesa.

-Y yo estoy enamorada de Daniel, aunque no me recuerde.

Mis padres se miran entre si, vaya lio que tenemos. Mi hermana agarra mi mano y subimos las escaleras. Cada una entra a su habitación para alistarse. Me doy un baño y en ropa interior comieza a peinar mi cabello. Me pongo el vestido y los tacones. Subimos al auto, papá conduce. Llegamos al club y entramos.

-Parece que hubiera alguna celebración. –Asiento.

-Hay mucha prensa. –Los miro.

-Tengo un mal presentimiento.

-Sea lo que sea espero que no se cumpla.

Vemos a nuestras amigas con sus padres y todas juntas salimos al jardín. Mi móvil suena dentro de mi bolso y lo saco "Mi Bebé♥; te ves hermosa con ese vestido blanco" sonrío y guardo el móvil.

-¿Y esa sonrisa? –Ríe Zaira.

-¿Quien es? –Pregunta María y las miro.

-Es Dani, esta aquí. –Sonrío.

-De todo corazon deseo que Danie recupere la memoria y volvais a intentarlo. -Sonrío y le doy las gracias a Inés.

-Antes de que se accidentara ¿lo habíais echo? -Pregunta Rosa.

-¿Hacer que? –Ellas se miran.

-Hay primita, que inocente eres. -Ríe Aida y suspiro.

-Que si habeis tenido sexo o no. -Ríe y comienzo a toser.

-Pero si mi hermana es virgen.

-No hemos echo nada. –Miento.

Minutos después me alejo con mi hermana. Caminamos en silencio y un camarero nos ofrece bebidas. Aceptamos y se marcha. Necesito contarle todo, desahogarme. Le confieso que ya no soy virgen, que la perdí con Dani.

-¿Cuándo pasó eso que yo no me enteré? –Muerdo mi labio.

-Ayer en la noche, casi de madrugada.

-¿Te escapaste de casa? –Niego.

-Dani estuvo en casa. Cuando salí del balo estaba sentado en mi cama. Hablamos, nos besamos, se iba air y me besó otra vez y bueno al final pasó.

-¿Ati te apetecía?

-Si. Yo quería perderla con el.

-Pues entonces no te martirices. Tu lo quieres y el te quiere, punto.

-¿No crees que soy una descarada ni nada de eso? Lo hice con vosotros en casa.

-Yo la perdí en una fiesta.

-¿Con Dani? –Niego.

-Con Jesús. Estábamos muy bebidos, el tenía "novia" y yo ya estaba con Dani.

-¿El lo sabe? –Niega.

-Pasaron 2 meses y lo hice por primera vez con Dani, me sentía fatal. Iba a decírselo pero pasó lo del secuestro y dejamos de hablarnos.

Nuestros padres nos llaman y entramos. De lejos veo como Juan Carlos le entrega a sus hijos dos cajitas rojas. Mis padres suben a la tarima con los Oviedo.

-Perdóname. –Susurra Daniel.

-¿Qué sucede?

-Tengo que hacerlo. No tengo otra opción. –Me muestra el anillo.

-Pero yo te quiero. –Sollozo

-Debo hacerlo para salvar tu vida.

Dos Almas Y Un ¡Te Odio! ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora