Yovana Montecarlo
Suelto un suspiro de alivio cuando Daniel sale del probador y me quedo sola. Me siento en el suelo, abrazando mis piernas y apoyo mi cabeza en la pared. ¿Qué fue lo que pasó? Casi nos besamos y mi madre estuvo a punto de descubrirnos. Me cambio, salgo del probador y mi hermana llega junto a mi madre.
-Perfecto, ya tenemos los uniformes y los zapatos. -Sonríe mamá y suspiro.
-¿Compraste lazos y gomas a juego con el uniforme? -Grita Zaira y mamá asiente.
-Ahora a la tienda de informática, allí está vuestro padre. -Junto las cejas y miro a mi hermana, después a mi madre.
-¿Portátiles nuevos? -Paga y salimos de la tienda.
-Sí, el de tu hermana ya tenia mucho tiempo y estaba fallando. Y el tuyo se quedó en Barcelona. -Río y asiento.
-¿Podemos elegir nosotras los colores? -Pregunta mi gemela, ansiosa y río de nuevo.
Mamá asiente y vamos a la tienda de informática. Vemos a papá junto a otro hombre y mamá entra. Zaira y yo nos sentamos en una banca blanca y se pone pálida al ver quienes caminan hacia nosotras. Los hermanos Oviedo hablan entre ellos y mi hermana se tapa a cara.
-No puede ser. -Suspira de manera muy dramática.
-Creeme, si puede ser. -Se levanta y hago lo mismo que ella.
-Es una pesadilla. -Ríe y cogemos las bolsas.
-Nuestra pesadilla. -Corrijo y alza una ceja, tal vez niño debí decir eso.
-¿Algo que yo no sepa? -Muerdo mi labio y asiento. Ella alza una ceja.
-Mejor te cuento en casa. -Asiente.
Entramos a la tienda antes de que los hermanos Oviedo nos alcancen. Elegimos los portátiles y ambos hermanos entran en la tienda junto a una mujer. Miro a mi hermana y golpea su frente con su mano, río y mamá nos mira sin saber que sucede. Una vez listo todo salimos y vamos a una heladería. Pedimos y nos sentamos.
-¿La estáis pasando bien? -Pregunta y asentimos.
-Al final no es tan malo salir de compras en familia. -Ríe y niego por su comentario.
-Eres un caso, hermanita. -Ella sonríe.
-¿Y ya sabes que te gustaría estudiar en la Universidad? -Suelta papá mirando a mi gemela.
-La verdad es que estoy en duda. Tengo varias opciones pero no termino de escoger una. -Responde y termina su helado.
-¿Y tu cariño? -Me pregunta mamá y muerdo mi labio.
-La verdad estoy igual que mi hermana, no se cual escoger. -Ella asiente.
-Bueno, tranquilas que aún hay tiempo para que lo penséis. Paso a paso. -Asentimos dando por finalizado el tema.
-¿Seguimos? -Asentimos.
Terminamos todas las compras relacionadas con el instituto y vamos al sótano. Mi hermana me da un codazo y miro en su misma dirección. Jesús y Daniel suben a un auto junto a una mujer y el hombre que estaba en ka tienda de informática, con papá. Subimos al auto y conduce hasta llegar a casa. Dejo las cosas sobre mi cama y me siento.
-Cuéntamelo todo. -Suspiro.
-Estuve con Daniel. -Se sienta en mi cama.
-Sí, en la fiesta. -Niego y ella frunce el ceño al no entender.
-Cuando te fuiste y Jesús fue tras de ti, volví al probador y el entró conmigo. -Me explico y ella abre los ojos
-¿Te hizo algo? Mira que si fue así voy ahora mismo a su casa. -Trago saliva.
-Casi nos besamos. -Susurro y se levanta de golpe cayendo al suelo.
-¿Es enserio? -Asiento y ella se levanta.
-Mamá casi nos descubre pero pude distraerla. -Suspiro y ella se sienta de nuevo sobre mi cama.
-¿Por eso fue por mi? -Asiento.
-Fue muy extraño. -Miro hacia otro lado.
Mi fotocopia se sienta a mi lado y agarra mis manos. Suspiro y ella me abraza. ¿Por qué me siento de esta forma tan extraña? Me levanto de la cama y voy junto a la ventana. Ella se sitúa detrás de mi y me giro.
-Es mejor que no te ilusiones con él, Daniel es diferente al resto. -Suspiro.
-¿Tuviste algo con el? -Niega.
-¡No! -Ríe y juega con su pelo.
-¿Y por qué te molestó que te preguntara por el la noche de la fiesta? -Me cruzo de brazos.
-No me molestó, pero Daniel es un mujeriego y coquetea con todas las chicas que se le cruzan en el camino. No quiero que salgas lastimada. -Me mira.
-Tranquila, lo último en lo que pienso ahora es en chicos. -Sonríe.
Una de las empleadas nos llama y bajamos al comedor. Nos sentamos y empezamos a comer. Papá nos cuenta que mañana iremos a cenar a casa de unos amigos. Terminamos y subimos ha organizar todo para el Lunes, nuestro primer día de clases. ¿Estará Daniel en nuestro instituto?
-Tengo que dejar de pensar en él. ¿Por que se me hace tan difícil dejar de pensar en ti Oviedo? -Muerdo mi labio.
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Dos Almas Y Un ¡Te Odio! ©
Teen FictionYovana es una adolescente de dieciséis años, alegre y muy risueña. Sus padres se divorciaron hace unos años y ella se fue con su padre a Barcelona, mientras que su hermana gemela; Zaira, se quedó en Sevilla con su madre. Antes de marcharse a Barcel...