JESÚS OVIEDO
Cierro la puerta y Zaira va corriendo hacia su hermana. Han pasado dos días, pero todo parece seguir igual. Sigo a mi hermano hasta la cocina y me tiende una taza de café. La cojo y el se sirve otra.
-¿Le has dicho ya la verdad?
-No y no pienso hacerlo. Ya no tiene caso, ella me odia.
-No te odia, pero trata de entenderla. Ella creé que las has estado engañando todo este tiempo.
-Te juro que eso no es así. Conocí a esos chicos en la Universidad, pero antes de eso nosotros ya estábamos mal. Ese día salí con ellos, pero por qué necesitaba despejarme y me pasé de copas.
-¿De verdad que no sabías que esa chica era Sandra?
-Te lo juro. De haberlo sabido jamás hubiera dejado que se acercase a nosotros.
-Tienes que contarle todo esto a ella, también lo del matrimonio.
-¿Cuál matrimonio? -Pregunta Zaira cuando entra en la cocina.
-Baja la voz. –Se acerca.
-Como me digas que te ibas a casar con esa tipa te juro que te mato.
-Iba a pedírselo a tu hermana.
Ella lo mira con los muy abiertos y Dani asiente. Yovana la llama desde el salón y le pido que no le cuente nada. Ella me mira, después a mi gemelo y suspira. Sale de la cocina y miro a mi gemelo, tras un largo rato hablando con el llego a la conclusión de que todo esto ha sido planeado.
-Tienes razón y solo hay una persona que puede decirme que sucedió esa noche y como llegué a esa habitación.
-¿Estás pensando en el tipo ese?
DANIEL: Si el no me dice la verdad iré por ella, y me dará igual que sea una mujer. No voy a perder a mi familia por culpa de esa loca.-¡Ese es mi hermano!
-Me doy una ducha y nos vamos. Cuanto antes se arregle todo esto mejor.
Voy al salón y me siento junto a mi morenita, que tiene en brazos a la pequeña Aitana. La niña abre sus ojitos y me mira de una manera realmente tierna, la misma en la que ve a su padre. Supongo que es por eso, porque soy igual que el. Mi hermano se acerca a nosotros seguido de su mujer y su hijo.
-¿Nos vamos? –Me levanto.
-Si, ya estoy listo.
-Te marco al rato. –Miro a Zaira y beso su frente.
-¿Dónde váis? –Alza una ceja.
-Tengo que hace unos recados, Jesús me va a ayudar.
-¿Eso es cierto? –Me mira y asiento
-Confía en mi, por favor.
Besa a sus pequeños y a pesar de las quejas de su novia besa su frente y nos vamos. Conduce hasta la casa de Luís y al llegar vemos la puerta abierta. Todos esta tirado por el suelo, vasos y restos de comida. La casa parece estar vacía pero Luis sale de la cocina y se queda blanco al vernos.
-¿Qué haceis aquí?
-Tenemos que hablar, seriamente.
-Lo siento pero no. –Lo corta.
-Ahora. –Se acerca a el.
-Por tu propio bien es mejor que nos digas toda la verdad.
-¿Es una amenaza?
-Tómalo como quieras, ahora habla.
Bufa y camina hasta la cocina. Lo seguimos y se sienta en un taburete. Dani esta cruzado de brazos frente a el, tiene la misma expresión que cuando golpeó a Rubén por tocarle el culo a Yovana. Este tío tiene dos opciones; decir la verdad o que Dani lo mate a golpes.
-Habla o te juro que te muelo a golpes, tu eliges. –Sonrío y me siento.
-No te tengo miedo, Oviedo.
-Si yo estuviera en tu lugar lo tendría, puedes salir muy mal. –Río y se levanta.
-Siéntate. –Ordena y el obedece.
-Mucho mejor. Ahora habla.
-Antes muerto.
-No hagas que tenga que tomarte la palabra.
-¿Qué gano yo con todo esto?
-Seguir vivo ¿te parece poco?
-Estoy empezando a cabrearme y no creo que guste verme así.
-No me das miedo. Por cierto tu chica no esta nada mal, digo para haber tenido dos mocosos esta bien buena ¿cuanto me costaría una noche con ella?
-Acabas de firmar tu sentencia de muerte. -Confieso y mi hermano se levanta.
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Dos Almas Y Un ¡Te Odio! ©
Teen FictionYovana es una adolescente de dieciséis años, alegre y muy risueña. Sus padres se divorciaron hace unos años y ella se fue con su padre a Barcelona, mientras que su hermana gemela; Zaira, se quedó en Sevilla con su madre. Antes de marcharse a Barcel...