Capítulo-80: "Sentencia de muerte"

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JESÚS OVIEDO

Cierro la puerta y Zaira va corriendo hacia su hermana. Han pasado dos días, pero todo parece seguir igual. Sigo a mi hermano hasta la cocina y me tiende una taza de café. La cojo y el se sirve otra.

-¿Le has dicho ya la verdad?

-No y no pienso hacerlo. Ya no tiene caso, ella me odia.

-No te odia, pero trata de entenderla. Ella creé que las has estado engañando todo este tiempo.

-Te juro que eso no es así. Conocí a esos chicos en la Universidad, pero antes de eso nosotros ya estábamos mal. Ese día salí con ellos, pero por qué necesitaba despejarme y me pasé de copas.

-¿De verdad que no sabías que esa chica era Sandra?

-Te lo juro. De haberlo sabido jamás hubiera dejado que se acercase a nosotros.

-Tienes que contarle todo esto a ella, también lo del matrimonio.

-¿Cuál matrimonio? -Pregunta Zaira cuando entra en la cocina.

-Baja la voz. –Se acerca.

-Como me digas que te ibas a casar con esa tipa te juro que te mato.

-Iba a pedírselo a tu hermana.

Ella lo mira con los muy abiertos y Dani asiente. Yovana la llama desde el salón y le pido que no le cuente nada. Ella me mira, después a mi gemelo y suspira. Sale de la cocina y miro a mi gemelo, tras un largo rato hablando con el llego a la conclusión de que todo esto ha sido planeado.

-Tienes razón y solo hay una persona que puede decirme que sucedió esa noche y como llegué a esa habitación.

-¿Estás pensando en el tipo ese?
DANIEL: Si el no me dice la verdad iré por ella, y me dará igual que sea una mujer. No voy a perder a mi familia por culpa de esa loca.

-¡Ese es mi hermano!

-Me doy una ducha y nos vamos. Cuanto antes se arregle todo esto mejor.

Voy al salón y me siento junto a mi morenita, que tiene en brazos a la pequeña Aitana. La niña abre sus ojitos y me mira de una manera realmente tierna, la misma en la que ve a su padre. Supongo que es por eso, porque soy igual que el. Mi hermano se acerca a nosotros seguido de su mujer y su hijo.

-¿Nos vamos? –Me levanto.

-Si, ya estoy listo.

-Te marco al rato. –Miro a Zaira y beso su frente.

-¿Dónde váis? –Alza una ceja.

-Tengo que hace unos recados, Jesús me va a ayudar.

-¿Eso es cierto? –Me mira y asiento

-Confía en mi, por favor.

Besa a sus pequeños y a pesar de las quejas de su novia besa su frente y nos vamos. Conduce hasta la casa de Luís y al llegar vemos la puerta abierta. Todos esta tirado por el suelo, vasos y restos de comida. La casa parece estar vacía pero Luis sale de la cocina y se queda blanco al vernos.

-¿Qué haceis aquí?

-Tenemos que hablar, seriamente.

-Lo siento pero no. –Lo corta.

-Ahora. –Se acerca a el.

-Por tu propio bien es mejor que nos digas toda la verdad.

-¿Es una amenaza?

-Tómalo como quieras, ahora habla.

Bufa y camina hasta la cocina. Lo seguimos y se sienta en un taburete.  Dani esta cruzado de brazos frente a el, tiene la misma expresión que cuando golpeó a Rubén por tocarle el culo a Yovana. Este tío tiene dos opciones; decir la verdad o que Dani lo mate a golpes.

-Habla o te juro que te muelo a golpes, tu eliges. –Sonrío y me siento.

-No te tengo miedo, Oviedo.

-Si yo estuviera en tu lugar lo tendría, puedes salir muy mal.  –Río y se levanta.

-Siéntate. –Ordena y el obedece.

-Mucho mejor. Ahora habla.

-Antes muerto.

-No hagas que tenga que tomarte la palabra.

-¿Qué gano yo con todo esto?

-Seguir vivo ¿te parece poco?

-Estoy empezando a cabrearme y no creo que guste verme así.

-No me das miedo. Por cierto tu chica no esta nada mal, digo para haber tenido dos mocosos esta bien buena ¿cuanto me costaría una noche con ella?

-Acabas de firmar tu sentencia de muerte. -Confieso y mi hermano se levanta.

Dos Almas Y Un ¡Te Odio! ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora