DANIEL OVIEDO
Dejo las llaves sobre el mueble de la entrada y voy hacia la habitación de los niños. Les doy un beso a cada uno y voy a mi habitación. Me doy una ducha y llevo una toalla alrededor de mi cadera. Salgo del baño y miro a mi hermosa morena, dormida en mi lado de la cama.
-¿Dani? –Me pongo un bóxer.
-No quería despertarte, solo vine a cambiarme.
-¿Dónde has estado? Me tenías preocupada. –Se acerca ami.
-No quiero hablar eso. Por favor, acuéstate.
-Tenemos que hablar.
-Ahora no. -Ruego.
-Dani yo –La corto.
-¡He dicho que ahora no! –Elevo la voz.
Salgo de la habitación dando un portazo lo que provoca que ambos niños se despierten. Yovana acude al llanto de los niños y yo maldigo en voz baja por lo imbécil que soy. Al día siguiente siento unas manitas en la cara y veo a mis pequeños sobre mi. Río y me siento con ellos en mi regazo.
-Será mejor que te des prisa o llegarás tarde a la Universidad.
-¿No que hoy no trabajabas?
-Una compañera se ha puesto enfermera y voy a sustituirla. Dejaré a los niños con mi madre y me iré a trabajar.
-Sigue sin hacerme gracia que tu seas quien trabaje mientras yo estudio.
-Ese tema lo hemos discutido muchas veces y ahora no tengo tiempo. Alistate y desayuna, nos vemos en la tarde.
Coge la mochila de los niños y ambos salen junto a ella tras recibir su beso como cada mañana. Voy al baño y tras ducharme me visto y voy a la cocina. Conduzco hacia la Universidad y cuando bajo del auto me topo con Sandra.
-Huy que mala cara, ¿has tenido una mala noche? -Suelta nada mas verme.
-Seguro que Luís la tendrá peor que yo. Después de la paliza que le dí no tendrá cara para venir si quiera. -Su cara cambia y río.
-Ya me enteré se vuestro encuentro. ¿Por qué lo hiciste? -Se cruza de brazos.
-Solo fue una pequeña demostración de lo que le sucede a las personas que se meten con los mios. -Sonrío.
-¿Eso quiere decir que a mi también me vas a golpear?
-No porque en este momento te vas directa a donde debes estar, la cárcel.
Mi hermano llega junto a mi y una pareja de guardias la esposa. Ella grita que la suelten y la gente se acerca. La suben al coche patrulla y se la llevan.
-Debimos haberlo echo desde que supimos quien era realmente.
-En ese momento solo pensaba en recuperar a Yovana.
-¿Cómo van las cosas con ella?
-No sabría decirte. Anoche cuando llegué quería decirle algo, por como estaba parecía importante, pero no la dejé.
-¿Le has contado que todo fue una trampa de Sandra? –Niego.
-He pensado ir a recogerla al trabajo, salir a comer fuera para despejarnos un poco y contarle todo.
-Tienes que contarle todo ya, cuanto mas tardes en hacerlo será peor.
Me despido de mi hermano y entro a clases. Terminada mi jordana estudiantil voy hacia la guardería donde ella trabaja. Marta, una de sus compañeras me recibe y me lleva hasta la sala donde están. Sonrío al verla en el suelo rodeada de niños y juguetes.
-Yovana, tienes visita. –Marta alza un poco la voz y se acerca a ella.
-¿Ha pasado algo? ¿Los niños están bien? –Corre a mi y asiento.
-Todo esta bien, tranquila. –Sonrío.
-¿Entonces?
-He venido para invitarte a comer ¿qué me dices?
-No lo se, tal vez tenga que hacer el turno de la tarde/noche también.
-Oh, entiendo. Entonces recogeré a los niños y los llevaré a casa.
-Dani, lo siento.
-Otra vez será. –Niega.
-No me refiero a lo de la comida.
-¿Entonces?
-Ya se toda la verdad. Y no sabes cuanto me odio ami misma por no haberte creído, lo siento.
-¿Cómo lo has sabido?
-Eso es lo de menos.
-¡Eso no se come! –Grita Marta corriendo tras un niño.
-¡No le tires del pelo! -Ríe Talía.
-¡No chupes el rotulador! -Grita Nerea.
-Mejor hablamos en casa, creo que te necesitan. –Ríe y me giro.
Camino hacia la salida y salgo a la calle. Ella me llama y me detengo junto al coche. Dudosa se acerca y cuando está frente a mi se pone de puntillas y me besa. Pego su cuerpo al mio y le devuelvo el beso con la misma intensidad. Echaba de menos sus besos, su cuerpo a ella por completo. La abrazo y por primera vez en días vuelvo a sentirme completo.
-Te amo, Daniel. -Susurra sobre mis labios.
ESTÁS LEYENDO
Dos Almas Y Un ¡Te Odio! ©
Teen FictionYovana es una adolescente de dieciséis años, alegre y muy risueña. Sus padres se divorciaron hace unos años y ella se fue con su padre a Barcelona, mientras que su hermana gemela; Zaira, se quedó en Sevilla con su madre. Antes de marcharse a Barcel...