Daniel Fernández
Termino de cenar y subo a mi cuarto. Acabo de enterarme que mañana cenaremos con unos amigos de papá y mamá. Pero no cenaremos en casa sino en el club, ya que habrá una reunión para los socios.
Cierro la puerta y me acuesto boca-arriba sobre mi cama, con los brazos detrás de mi cabeza. Me siento y lo miro, está sentado en mi escritorio y cruzado de brazos.
–¿Me dirás ya que fue lo que pasó con la menor de las gemelas? -Alza una ceja y asiento.
–Tampoco pasó mucho. -Suspiro.
–¿Enserio que no la besaste? ¿No hubo beso? -Se pone de pie, frente ami.
–Enserio, no lo hubo. Ella es diferente al resto. -Alza una ceja y ríe.
–¿Te gusta Yovana? -Muerdo mi labio y me encojo de hombros.
–No lo se. Pero te juro que moría de ganas por besarla y mira que hubo varias oportunidades. -Vuelve a reír y me levanto.
–Te gusta. -Afirma y sale.
La puerta se cierra y miro hacia ella. Miro al frente y niego con la cabeza. No me gusta, en absoluto. Frunzo el ceño al oír unos gruñidos en la puerta y abro, río al ver a nana, mi perrita, tumbada en el suelo.
–Entra. -Río y obedece.
–Hijo, ¿todo en orden? -Asiento y se acerca.
–Si. ¿Por qué la pregunta? -Me siento en mi cama con nana y entra.
-Te noto raro desde ayer. ¿Pasó algo en esa fiesta? -Niego y ella alza una ceja.
–No pasó nada. Puedes estar tranquila, mamá. -Besa mi frente y sale.
Vuelvo a tumbarme en la cama y nana se acuesta a mi lado. Las horas pasan y miro el reloj, son las 00:00 y no hago mas que pensar en ella.
¿Qué es lo que me está pasando? ¿Por qué no puedo sacarla de mi mente ni un maldito segundo? ¿Me estoy volviendo loco? Mi padre responde "No" y me giro.
–¿Quién es ella? -Trago saliva.
–No es nadie papá. -Ríe y niega.
–Se que una chica está rondando en tu cabeza. ¿De quien se trata? -Se cruza de brazos.
–No creo que la conozcas. -El ríe.
–¿Cuál es su apellido? -Me mira y suspiro.
–Montecarlo. No estoy seguro de que me guste, no lo se, es algo extraño. De verdad no estoy seguro. -Pone una mano en mi hombro.
–No hace falta que sigas, te gusta pero aún no lo admites. -Ríe y trago saliva.
–Supongo. -Asiente.
Salgo del baño con una toalla alrededor de la cadera y con otra me seco el pelo. Me echo desodorante y me miro en el espejo ¿por qué estoy tan nervioso? Me pongo un bóxer negro y los pantalones, después me peino.
–¿Aún estás así? -Pregunta desde la puerta y lo miro mal.
–¡Cállate! No tardo nada. -El ríe y me pasa la camisa blanca.
–¿Estás bien? Pareces nervioso. -Alzo una ceja y ambos reímos.
–Serán alucinaciones tuyas. -Asiente.
Me pongo la camisa blanca de botones y la americana. Miro a mi hermano, lleva una corbata negra en una mano y una azul en la otra. Mamá lo dejo muy claro, llevaréis corbata si o si. Mamá entra y Jesús escoge la azul, yo llevo una roja.
–¡Pero que hijos más guapos tengo! Os van a salir chicas por todos lados. -Ríe.
–Debemos irnos, se esta haciendo tarde. -Asentimos.
–Vamos Jesús. -Salimos de casa.
–Daniel, hijo. -Voy junto a él y me mira.
–Dime. -Hablo mientras ajusto mi corbata por segunda o tercera vez.
–¿Te encuentras bien? -Asiento. ¿Por qué todos me preguntan lo mismo? Suspiro y subo al auto.
Papá conduce hacia el club. Es un lugar grande, elegante y caro, para que mentir. Ahora mismo podría estar cenado pizza junto a mi hermano y nuestros amigos. Entramos y nuestros padres se quedan en el salón damos una vuelta y mi hermano y yo salimos al jardín.
–No puede ser. -Frunzo el ceño.
–Tal parece que la suerte está de nuestro lado. -Río y asiente.
–Esta es nuestra noche, no podemos fallar de nuevo. -Asiento.
–El rojo sin duda es su color. -Sonrío viéndola.
–Voy por unos tragos. -Se va.
Sonrío viendo como la hermosa chica de cabello oscuro y ojos claros conversa con su hermana y unas chicas mas. Ese mono rojo le queda de infarto y se ajusta muy bien a su cuerpo.
Todas entran y ella se queda, es mi momento. Me acerco a ella sin hacer ruido y la abrazo por la espalda. Acerco mi boca a su oído, esta temblando.
–¿Te dejaron sola bonita? -Río y beso su cuello, tras repetir la misma frase que le dije la noche de la fiesta en la playa.
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Dos Almas Y Un ¡Te Odio! ©
Teen FictionYovana es una adolescente de dieciséis años, alegre y muy risueña. Sus padres se divorciaron hace unos años y ella se fue con su padre a Barcelona, mientras que su hermana gemela; Zaira, se quedó en Sevilla con su madre. Antes de marcharse a Barcel...