Capítulo-66: "Llegó la hora"

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YOVANA MONTECARLO

Los meses pasan y cada vez falta menos para que mi bebé nazca. Estamos a finales de Febrero, los gemelos ya cumplieron sus dieciocho años. Jesús y mi hermana hicieron su relación formal y están muy felices. Ganamos el juicio y esos miserables estan entre rejas, menos Sergio que finalmente murió a causa de una paliza.

-¿En que piensas?

-En todo lo que ha sucedido en estos meses.

-Mejor que no pienses en eso.

-¿Ya es la hora? –Asiente.

-Y ya vamos algo tarde.

Salimos de su casa y subimos a su auto. Ambos gemelos estaban como locos por sacarse el carnet. Al llegar al hospital vamos al ascensor y subimos a la tercera planta. Daniel no suelta mi mano y me ayuda a sentarme. La enfermera nos llama y entramos.

-Bueno pues como ya sabes esta es tu última ecografía y más que nada es para asegurarnos que todo este bien de aquí y al día del parto.

-Estoy muy nerviosa. Tengo mucho miedo.

-Yo estoy contigo. –Besa mi mejilla.

-Túmbate en la camilla.

Hago todo lo que la Doctora me dice y río al sentir el frío gel. Dani aprieta mi mano y sonrío, cada vez que venimos lloramos al ver a nuestro bebé. La Doctora frunce el ceño y ambos la miramos.

-¿Todo bien?

-Si, recordar que es un embarazo muy riesgoso. Ahora mas que nunca tienes que cuidarte, ya tienes los nueve meses cumplidos. En cualquier momento puedes ponerte de parto.

-Estoy muy bien cuidada. Dani no se sepqra de mi en ningún momento.

-Os deseo mucha suerte y que todo salga bien.

-Muchas gracias, Doctora.

Salimos del hospital y Dani conduce hasta una heladería. Lo miro de reojo y ríe cuando me cruzo de brazos. Bajamos y me siento en la terraza mientras el va por los helados.

-Mira a quién tenemos por aquí. ¿Qué tal tu día? -Bufo al ver a Sandra.

-Bien, hasta que has llegado tu. –Me levanto.

-Parece que te hayas comido un balón de playa.

-No vas a conseguir que me sienta ofendida.

-¿Dónde esta Daniel? Muero por verlo de nuevo. El otro día tuvimos un encuentro muy pasional.

-¡Mentira! –Grito.

-Besa tan ardiente, tan rico. Dios Daniel es una máquina en la cama.

-¡Cállate! –Grito.

Ella continúa gritando y la gente nos mira. Muerdo mi labio a causa de los pinchazos en mi barriga y comienzo a llorar. Daniel corre hacia mi y me ayuda a sentarme. Los pinchazos son cada vez más fuertes y cuando empiezo a sangrar grito.

-¡Aléjate de ella!

-Es una perra, merece sufrir.

-Dani, duele mucho.

-Tranquila, nos vamos al hospital.

Al llegar me suben a una camilla y llevan a una sala. La ginecóloga llega y me pide que suba a la camilla. También entra la Doctora y ambas se miran.

-Hace apenas 1 hora te dije que debías cuidarte.

-Y lo hago, pero es otra quien se empeña en hacerme daño.

-La sangre ha sido un aviso de aborto.

-¿Aborto? –Grito.

-Tranquila, tu bebé sigue contigo. Pero vamos a tener que provocarte el parto.

-Ya se cumplieron los nueve meses y ha estas alturas un sangrado puede ser muy peligroso.

-¿Hoy conoceré a mi bebé?

-Lo más seguro es que si.

Me llevan a una habitación, Daniel esta entra segundos después y me abraza. La Doctora le explica la situación y besa mi cabeza. Nos dejan solos y sollozo entre sus brazos.

-Todo va a salir bien.

-Tengo mucho miedo.

-Lo sé, pero tienes que estar tranquila.

-Promete algo.

-Lo que tu quieras.

-Prométeme que si yo muero tu serás feliz y harás tu vida con otra chica.

-No voy a prometer eso. Todo va a salir bién, ya lo verás.

Las horas pasan y al final no será necesario provocar el parto. Llevo toda la tarde con contracciones, Dani ya no sabe donde meterse.

-Ya has dilatado lo suficiente.

-¿Llegó la hora?

-Así es. Llegó la hora de conocer a vuestro bebé. –Sonrío.

Dos Almas Y Un ¡Te Odio! ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora