YOVANA MONTECARLO
Los meses pasan y cada vez falta menos para que mi bebé nazca. Estamos a finales de Febrero, los gemelos ya cumplieron sus dieciocho años. Jesús y mi hermana hicieron su relación formal y están muy felices. Ganamos el juicio y esos miserables estan entre rejas, menos Sergio que finalmente murió a causa de una paliza.
-¿En que piensas?
-En todo lo que ha sucedido en estos meses.
-Mejor que no pienses en eso.
-¿Ya es la hora? –Asiente.
-Y ya vamos algo tarde.
Salimos de su casa y subimos a su auto. Ambos gemelos estaban como locos por sacarse el carnet. Al llegar al hospital vamos al ascensor y subimos a la tercera planta. Daniel no suelta mi mano y me ayuda a sentarme. La enfermera nos llama y entramos.
-Bueno pues como ya sabes esta es tu última ecografía y más que nada es para asegurarnos que todo este bien de aquí y al día del parto.
-Estoy muy nerviosa. Tengo mucho miedo.
-Yo estoy contigo. –Besa mi mejilla.
-Túmbate en la camilla.
Hago todo lo que la Doctora me dice y río al sentir el frío gel. Dani aprieta mi mano y sonrío, cada vez que venimos lloramos al ver a nuestro bebé. La Doctora frunce el ceño y ambos la miramos.
-¿Todo bien?
-Si, recordar que es un embarazo muy riesgoso. Ahora mas que nunca tienes que cuidarte, ya tienes los nueve meses cumplidos. En cualquier momento puedes ponerte de parto.
-Estoy muy bien cuidada. Dani no se sepqra de mi en ningún momento.
-Os deseo mucha suerte y que todo salga bien.
-Muchas gracias, Doctora.
Salimos del hospital y Dani conduce hasta una heladería. Lo miro de reojo y ríe cuando me cruzo de brazos. Bajamos y me siento en la terraza mientras el va por los helados.
-Mira a quién tenemos por aquí. ¿Qué tal tu día? -Bufo al ver a Sandra.
-Bien, hasta que has llegado tu. –Me levanto.
-Parece que te hayas comido un balón de playa.
-No vas a conseguir que me sienta ofendida.
-¿Dónde esta Daniel? Muero por verlo de nuevo. El otro día tuvimos un encuentro muy pasional.
-¡Mentira! –Grito.
-Besa tan ardiente, tan rico. Dios Daniel es una máquina en la cama.
-¡Cállate! –Grito.
Ella continúa gritando y la gente nos mira. Muerdo mi labio a causa de los pinchazos en mi barriga y comienzo a llorar. Daniel corre hacia mi y me ayuda a sentarme. Los pinchazos son cada vez más fuertes y cuando empiezo a sangrar grito.
-¡Aléjate de ella!
-Es una perra, merece sufrir.
-Dani, duele mucho.
-Tranquila, nos vamos al hospital.
Al llegar me suben a una camilla y llevan a una sala. La ginecóloga llega y me pide que suba a la camilla. También entra la Doctora y ambas se miran.-Hace apenas 1 hora te dije que debías cuidarte.
-Y lo hago, pero es otra quien se empeña en hacerme daño.
-La sangre ha sido un aviso de aborto.
-¿Aborto? –Grito.
-Tranquila, tu bebé sigue contigo. Pero vamos a tener que provocarte el parto.
-Ya se cumplieron los nueve meses y ha estas alturas un sangrado puede ser muy peligroso.
-¿Hoy conoceré a mi bebé?
-Lo más seguro es que si.
Me llevan a una habitación, Daniel esta entra segundos después y me abraza. La Doctora le explica la situación y besa mi cabeza. Nos dejan solos y sollozo entre sus brazos.
-Todo va a salir bien.
-Tengo mucho miedo.
-Lo sé, pero tienes que estar tranquila.
-Promete algo.
-Lo que tu quieras.
-Prométeme que si yo muero tu serás feliz y harás tu vida con otra chica.
-No voy a prometer eso. Todo va a salir bién, ya lo verás.
Las horas pasan y al final no será necesario provocar el parto. Llevo toda la tarde con contracciones, Dani ya no sabe donde meterse.
-Ya has dilatado lo suficiente.
-¿Llegó la hora?
-Así es. Llegó la hora de conocer a vuestro bebé. –Sonrío.
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Dos Almas Y Un ¡Te Odio! ©
Teen FictionYovana es una adolescente de dieciséis años, alegre y muy risueña. Sus padres se divorciaron hace unos años y ella se fue con su padre a Barcelona, mientras que su hermana gemela; Zaira, se quedó en Sevilla con su madre. Antes de marcharse a Barcel...