DANIEL OVIEDO
Termino de arreglar mi pelo y me echo colonia. Jesús entra y se sienta en mi cama. Cojo las llaves, el móvil y la cartera. Me giro y el se cruza de brazos.
-¿Ha dónde vas tan arreglado?
-He quedado. –Miro mi móvil.
-¿Con quién?
-Con una chica. –Río.
-No si eso ya se nota, llevas tu colonia favorita. –Se hace aire.
-Me voy o llegaré tarde.
-Al menos dime quien es.
-Si sale bien te contaré quien es, no nos adelantemos. –Asiente.
-Suerte.
Me despido de el y salgo de casa. Antes de ir al parque paso por la floristería, mamá es amiga de la dueña, y compro una rosa blanca. Llego al parque y ella esta sentada en un banco. Me acerco por detrás y pongo la rosa delante de sus ojos. Ella ríe y se gira. Al verme coje la rosa y le doy un beso.
-No era necesario, de verdad.
-¿Te gusta? –Asiente.
-Son mis favoritas.
-Entonces no hay nada más que hablar. –Río.
-Dani, antes tengo que decirte una cosa.
-¿Es algo malo? –Niega.
-Detrás de mi, junto a un coche negro. Hay un chico, es mi guardaespaldas y debe reportarle a mi madre todo lo que hago.
-Y ella no debe saber nada esto ¿verdad? –Asiente.
-Todo por la maldita condición del testamento.
-Ami tampoco me hace gracia. Yo quiero estar contigo, no con tu hermana.
-No quiero que nos separen.
-No lo van a hacer, vamos a luchar para estar juntos.
Dejo un beso en su frente y la abrazo. Después me acerco a Eric y tras unos minutos vuelvo con ella. Agarro su mano y de nuevo un pinchazo llega ami cabeza, vuelvo a recordar la imagen del parque.
-¿Estás bien?
-Si, no es nada. ¿Quieres un helado?
-Amo los helados. –Ríe.
-Pues vamos por ellos. –Sonrío.
-¿Alguién sabe quedamos?
-No, Jesús me preguntó pero no le conté. ¿Tu le dijiste a alguien? –Niega.
-Capaz y me encierran. No podía arriesgarme.
Entramos a la heladería y compramos los helados. Volvemos al parque y nos sentamos en el cesped. La miro detenidamente y sonrío, es hermosa como un ángel. Mancho su cara de helado y ella ríe. Deja la rosa a un lado y me mancha la nariz.
-Tienes toda la cara llena de helado de nata. –Ríe y le hago cosquillas.
-Y tu tienes las mejillas y la nariz de chocolate. –Me burlo.
-No puedo respirar. –Ríe y sigo.
-Si me das un beso paro. –Niega.
-No, besas muy feo.
-Ahora veras.
Sigo haciéndole cosquillas mientras ella ríe sin parar. Ella acaba tumbada en el césped y yo sobre ella. Acerco mi boca a su cara y beso su nariz llevándome el chocolate. Ella ríe y hago lo mismo en sus mejillas. Trata de escaparse y junto mis labios con los suyos. Enreda sus manos en mi pelo y pongo mi mano en su cintura.
-Apartir de ahora pediré el helado de nata y chocolate.
-¿Te gustó la mezcla? –Ríe
-Así recordaré siempre el sabor de tus besos. –La beso otra vez.
-Cuando quieres eres todo un romántico. –Río y nos sentamos.
-Solo soy así contigo. –La siento sobre mis piernas.
-Oh, vaya, ¿y por qué eres solo así conmigo? –Juega con la rosa.
-No lo se. Contigo me siento diferente. Cuando estoy a tu lado soy feliz siento que puedo con todo.
-Vas a hacer que me ponga roja. –Beso su mejilla.
-Por si me arrepiento, voy a dejarte claro lo que siento. Siento que contigo ya no necesito nada mas, que contigo tengo todo lo que quiero.
Me besa mientras le hago cosquillas. Nos separamos y saca unas toallitas de su bolso. Me limpia la cara entre risas y más besos. Limpio lo que queda en su cara y ella se levanta para tirarlas a la basura. Ahora que lo pienso no me había fijado, pero tiene un bonito trasero. Se gira y me pilla mirándola. Yo me hago el loco y ella ríe.
-¿Me estabas mirando el culo?
-Claro que no. –Me levanto.
-Que mentiroso me saliste. –Ríe.
-Vale, lo admito. Estaba admirando las hermosas vistas que me ofreció tu trasero hace unos segundos.
-Estas loco. –La beso.
-Loco por ti, mi morena. –Me abraza.
Volvemos a la entrada del parque. Le hago un gesto a Eric y mira hacia otro lado. Ella alza una ceja y niego riendo. Agarro su cintura y acerco su cuerpo al mio. Rodea mi cuello con sus brazos y junto mi boca con la suya. Un beso lento, dulce, con sabor ha helado de nata y chocolate.
-Te quiero.
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Dos Almas Y Un ¡Te Odio! ©
Teen FictionYovana es una adolescente de dieciséis años, alegre y muy risueña. Sus padres se divorciaron hace unos años y ella se fue con su padre a Barcelona, mientras que su hermana gemela; Zaira, se quedó en Sevilla con su madre. Antes de marcharse a Barcel...