Capítulo-53: "Quédate conmigo"

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DANIEL OVIEDO

Me levanto y mis amigos se acercan. Me preguntan por mi brazo y por el estado de Yovana. Su nueva Doctora sale y su padre se levanta. Zaira y su madre estan en la habitación.

-¿Ya le hicieron todas las pruebas?

-Aún quedan algunas pero ya tenemos el infomre de la ginecóloga.

-¿Y que salió? –Nos miramos.

-Su hija sufrió una violación múltiple, tal y como ella le explicó a la ginecóloga. ¿su hija era virgen? Se lo digo por que si lo fuera el daño hubiera sido mayor.

-Que yo sepa si, mi hija no tenía novio. –Asiente.

-Recuerdele que en una semana venga para hacerse la ecografía.

-¿Ecografía?

-Para descartar un posible embarazo.

La Doctora se marcha y echo la cabeza hacia atras. Mi madre me trae algo para comer pero niego, solo quiero verla. Me voy a volver loco en este hospital. Pasan las horas y la noche llega. Mi madre se marcha y junto a ella los padres de Yovana, Zaira quiere quedarse esta noche con su hermano. Bajo a la cafetería con mi hermano y me pido un café, la noche será larga.

-¿Por qué no te vas a descansar?

-No podría ni cerrar los ojos.

-¿Quieres hablarlo?

-No hay nada que hablar, me tiene miedo. Jamás voy a poder estar cerca de ella sin que me mire con miedo.

-No tiene que ser así. Lo que ha vivido no es fácil, tiene que superarlo y necesita nuestro apoyo en especial el tuyo.

-¿Y cómo lo hago? Ni si quiera puedo verla.

-Ven conmigo.

Pagamos y subimos. Caminamos hasta la habitación de Yovana, dos guardias estan afuera. Zaira sale y me hace un gesto para que entre, Jesus y ella se quedan afuera. Cierro la puerta y me acerco con cuidado de no despertarla. Por primera vez en días sonrío, es un ángel, a pesar de todos esas heridas que tiene. Acaricio su mejilla y comienza a moverse. Aparto la mano y me doy la vuelta.

-Lo siento, no quería despertarte.

-No pasa nada, ¿que hacés aquí?

-Necesitaba verte. –Confieso.

-Perdóname. –La miro.

-¿Perdonarte? –Asiente.

-Se que esto tampoco es fácil para ti y que también estás sufriendo con todo esto.

-Da igual como me sienta, aquí lo importante eres tu. –Niega.

-Daría lo que fuera por abrazarte, te lo juro pero no puedo. Al momento recuerdo todo y no puedo. –Solloza.

-No pienso rendirme. Lo haré me ganaré tu confianza de nuevo, tu cariño. Conseguiré que no me tengas miedo, que vuelvas a dejar que éste cerca de ti. Conseguiré que te enamores de mi por tercera vez.

-Mi vida puede ser un completo infierno, pero jamás dejaré de amarte.

-Todo va a salir bien, te lo prometo.

-Acercate.

La miro confuso pero ella asiente y me siento en la silla que hay junto a su camilla. Se sienta y al momento gruñe, quiero ayudarla pero si la toco se pondrá mal y probablemente me eche de la habitación. Me mira fijamente y comienzo a ponerme nervioso. Con miedo acerca su mano a mi mejilla y la acaricia. Sonríe y una lágrima sale de mis ojos, ella la quita y río.

-Voy a ponerme bien, por mi familia, por mis amigos pero sobre todo por ti, por que lo que mas deseo en este mundo es estar contigo. –Confiesa.

-Cuando desapareciste todo mi mundo se vino abajo. Te busqué por todos lados y no había rastro de ti. Afortunadamente encontré a Eric y el nos avisó.

-Ya me contaron lo que pasó, me alegro de que se salvara.

Hablamos un rato más hasta que una enfermera llega con su cena. Se marcha y me mira. Sonrío y agarro el tenedor, pincho un trozo de fruta y lo acerco a sus labios, ella se lo come y sonríe.

-Que nadie te robe jamás esa sonrisa.

-¿Por qué no te quedas conmigo esta noche? Digo si quieres claro. –Sonríe tímida.

Dos Almas Y Un ¡Te Odio! ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora