Capítulo-29: "Solo bésame"

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JESÚS OVIEDO

Zaira desaparece por el pasillo y llevo las tazas a la cocina. Escucho un grito y me asomo a las escaleras. Ambas hermanas están discutiendo, no se si subir o quedarme aquí. Decido subir y Zaira sale del cuarto de su hermana, dando un fuerte portazo. Entra en su cuarto y deja la puerta abierta, me apoyo en el marco y me mira.

—¿Me dirás que sucedió? –Suspira y se apoya en el escritorio.

—¿Tu lo sabías, verdad? –Junto las cejas y ella suspira de nuevo.

—¿Saber qué? ¿Qué pasó? –Pasa las manos por su cara y alzo una ceja.

—Tu hermano y mi hermana, están...bueno en realidad no se que son. Los encontré juntos, en la cama. Ella estaba sentada sobre el y no llevaba pantalones. –Dice al borde de un ataque de nervios.

—Hay algo que no me estas contando, te conozco y se que hay más. ¿Qué viste? –Me cruzo de brazos una vez frente a ella.

—Se estaban besando. –Confiesa.

Cierro los ojos y agacho la cabeza. Suspiro y me giro, sabía que era eso. Ella no dice nada y la escucho suspirar. Me siento en el borde de la cama, con codos en mi regazo y las manos en mi cara. Sus manos separan las mías y sonrío, esta de rodillas frente ami y por primera vez en mucho tiempo veo a la verdadera Zaira.

—¿Te sigue gustando? –Ella abre los ojos y se levanta.

—No, claro que no. –Me levanto y se gira.

—Cambiaré la pregunta; ¿sigues enamorada de mi hermano? –Me mira y niega.

—Daniel forma parte de mi pasado, aunque se empeñe en estar en mi presente pero con ella. –Cierra los ojos.

—¿Por qué te afecta tanto lo que has visto? –Suspira y se acerca ami.

—Soy mayor que ella por un minuto y como tal debo protegerla y alejarla de chicos como tu hermano. –Confiesa.

—¿Y si fuera al revés? ¿Qué pasaría si en lugar de fijarse en Dani se hubiera fijado en mi? –Susoira h me mira.

Muerde su labio y se gira. Dispuesto a confesarle todo y a ser claro con respecto a mis sentimientos la abrazo por la espalda y acerco mi boca a su oído. No se aparta y me alegra. Se gira y segundos después agarra mi rostro y junta sus labios con los mios. Nos separamos.

—No digas nada, solo bésame.

Dos Almas Y Un ¡Te Odio! ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora