Capítulo-42: "Confesiones"

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YOVANA MONTECARLO

Me despido de unas amigas con las que me he cruzado y salgo de la pista de atletismo. El cielo comieza a oscurecerse y miro la hora en mi reloj, son las 21:30, dios mamá me va a matar. Camino hacia la salida y de lejos veo un grupo de chicos, entre ellos veo a Jesús y Calum, todos rodean a dos que hay en el suelo.

-¡Dani, sueltalo! -Grito, cuando estoy junto a ellos

-No lo hará, esta ciego. -Responde Jesús.

-¡Separarlos! -Grito desesperada.

-Lo hemos intentado y casi nos mata a nosotros también. -Explica Calum.

-¡Pues lo haré yo! -Suelto y me miran.

-No servirá de nada. -Dice Tyler.

-Dani, por favor déjalo. Lo vas a matar. -Ruego.

Me acerco a Dani y a Sergio. Este último está tirado en el suelo con toda la cara llena de sangre. El castaño está sobre el con los nudillos destrozados. Los miro a ambos pero no se detienen y grito de nuevo. Sergio pierde el conocimiento y le tiendo mi mano a Dani que tras dudar acaba aceptándola. Algo dentro de mi se enciende y un zoológico se despierta, supongo que mi cuerpo extrañaba su tacto.

-¿Estas bien? –Toco su cara.

-Si, tranquila el que esta echo papilla es otro.

-¿Acaso no te diste cuentas que lo ibas a matar?

-Eso es lo que quería, matarlo.

-¿Fue por el mensaje? –Niego.

-Fue por otro asunto.

-¿Un lío de faldas?

-Mas o menos. –Me aparto.

-¿Esto es por una chica?

-Si, se podría decir que si.

-¿Sabes qué? Mátalo, haz lo que te de la gana. Y búscate otra acompañante para la fogata, tal vez la tía por la que te has peleado.

El agarra mi brazo para acercarme a el y me suelto de su agarre. Me marcho de allí muy mosqueada y no se ni porqué. ¿De verdad se estaba pelando de esa manera por una chica? Aunque Dani no recuerde lo nuestro tenía la esperanza de que su corazón si lo hiciera, pero por lo visto ya esta pensando en otra. Al llegar a casa Zaira esta en el salón, también están Nana y peluche, nuestro cachorro. Mamá entra seguida de dos chicos, 3 años mayores que nosotras, muy guapos.

-Ellos serán vuestros guardaespaldas. Cada vez que salgáis ellos irán con vosotras. -Explica nuestra madre.

-Sabemos cuidarnos solas. -Respondo.

-No lo dudo, pero necesito saber que estáis protegidas en todo momento. Esos hombres han vuelto y no se para que.

Me pongo el pijama y salgo del baño. Doy un salto al ver a Daniel sentando en mi cama. Echo el pestillo a la puerta, si alguien lo ve aquí estoy muerta.

-Tienes el pelo mojado.

-Tuve que dejarlo así cuando escuché ruidos. ¿Cómo entraste?

-Por la ventana. -Responde.

-¿Estás loco? -Pregunto.

-Tenía que verte. -Explica.

-¿Qué haces aquí?

-Necesito explicarte lo de esta tarde.

-Si quieres matarte a golpes por una chica, adelante hazlo. No pienso detenerte.

Se levanta de la cama y se acerca ami. Lleva su mano derecha a mi mejilla y con su dedo pulgar retira las lágrimas que comienzan a salir. Me abraza y besa mi frente.

-No llores, por favor.

-Odio discutir contigo. –Me mira.

-¿Discutíamos mucho?

-No.

-¿Hace cuanto nos conocemos?

-Hace unos meses. Me tiraste un batido de chocolate encima.

-¿Te enfadaste mucho?

-Si. Traté de irme pero me seguiste y discutimos. Luego me robaste el móvil y tuve que salir corriendo detrás de ti.

-Y lieho tu saltaste sobre mi, caímos al césped y te besé.

-¿Quién te lo dijo? –Me separo.

-Es lo que soñé. ¿Es cierto? –Me giro

-Claro que no. Tu y yo jamás nos hemos besado.

El sigue sin creerme y hace que me gire. Se acerca muy despacio y deja su rostro muy cerca del mio. Pega su boca a la mía. Choco con la pared y el me agarra por los muslos.

-Dani, detente. –Besa mi cuello.

-Lo siento. –Nos separamos.

-¿Por qué me besaste?

-Fue un impulso.

-Pues haz el favor de guardarte tus impulsos.

-¿Me vas a decir que no te gustó?

-Es que no me gustó, besas fatal.

-Mentirosa. Ambos sabemos que me deseas tanto como yo ati.

Sin decir nada más camina hasta la ventana. La abre, me mira y giro la cabeza. Me mira de nuevo y tras decirme "perdóname por esto" se acerca ami. Pega mi cuerpo a la pared, su boca y la mia son una.

-No se que demonios me pasa contigo. Cada vez te veo algo dentro de mi se enciende y mi cuerpo tiembla. Me sudan las manos y no se que decir. Quiero besarte, abrazarte y estar contigo las 24 horas del día. Quiero protégerte, hacerte feliz y no alejarme nunca. --Sueltes con la voz ronca.

Dos Almas Y Un ¡Te Odio! ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora