Yovana Montecarlo
Tras la extraña conversación con el chico de ojos café y la interrupción de mi hermana, las chicas vuelven con nosotras. Estamos un par de horas más y decidimos que ya es hora de irnos. Zaira tuvo la brillante idea de escaparnos de casa, burlando a los guardias, por lo que nos despedimos de las chicas y bajamos del auto, unos pasos atrás de la casa
-¿Cómo vamos a entrar sin que nos descubran? -Pregunto nerviosa.
-Por la puerta principal es imposible, el portero está en su puesto y es muy eficiente, créeme. Eso sin contar con los guardias que vigilan los alrededores de la casa. -Responde.
-¿Por qué hay tanta seguridad? -Ella me mira y suspira.
-Mejor te lo cuento en otro momento ¿si? -Asiento no muy convencida.
-Si conseguimos distraer a los guardias podemos entrar por detrás, pero la puerta está cerrada. -Le digo y alz la cabeza.
-Podríamos entrar por la ventana de tu cuarto, pero habría que subir por el árbol. -Propone y niego.
Abro los ojos como platos ¿se volvió loca? Tal parece que si y aquí estamos, lanzando piedras al otro lado del jardín. En esta zona son tres los guardias que hay. Zaira lanza otra pierda y le da a un cristal. Los guardias se dispersan rápidamente y sacan armas ¿enserio? Miro a mi hermana y corremos hacia el árbol y no se como conseguimos subir. Nos cambiamos de ropa.
-Faltó poco. -Suspira y se sienta en mi cama.
-¿Qué fue todo eso? -Cierro la ventana y la miro.
-¡Niñas! -Grita nuestra madre desde fuera.
-Rápido, a la cama. -Nos metemos y ella entra.
-¿Estáis bien? -Pregunta nerviosa y asentimos, ella nos abraza.
-¿Pasó algo mamá? -Pregunta y mi madre asiente.
-Parece ser que alguien se metió a la casa, rompieron un cristal. Necesito que bajéis a la sala, los guardias están haciendo su trabajo y aún no sabemos cuantos eran o si están dentro.
Bajamos a la sala y nos sentamos en el sillón. Papá entra seguido de dos guardias. Mamá y el van al despacho y miro a mi hermana. Los guardias no nos quitan el ojo de encima, escuchamos un ladrido y un disparo.
-¡Peluche! -Gritamos angustiadas al unísono.
-¿Qué fue eso? -Pregunta mamá y nos mira.
-Alguien disparó y escuchamos un ladrido. -Respondo y Zaira bufa.
-¡Era peluche! - Grita convencida.
-¿Dónde está el cachorro? -Pregunta papá a los guardias.
-El cachorro está bien. - Sonríe Nana entrando con el, en brazos.
-¡Peluche! -Grito y corro hasta el.
-¿Dónde estaba? -Habla mamá y cojo al cachorro.
-En la casita del jardinero, donde las herramientas. -Responde Nana y los guardias salen del salón.
-Pobrecito, debió asustarse y se refugió allí. -Supone Zaira.
-Bueno, será mejor que subáis a descansar. Mañana tenemos muchas cosas que hacer con respecto al instituto. - Informa papá y miro a mi hermana.
-¿Tenemos? -Pregunta mi gemela nerviosa.
-Vuestro padre ha decidido quedarse unos días con nosotras. -Contesta mamá y corremos junto a papá.
Nana se retira y dejando a peluche en el suelo, el sube las escaleras y lo perdemos de vista. Nos despedimos de nuestros padres y subimos, cada una va a su habitación, peluche duerme con Zaira. Camino hasta la ventana y me apoyo en el marco, una sonrisa se forma en mi rostro al recordar al moreno de ojos café.
-¿Quién será ese chico y por qué me puse tan nerviosa cuando lo tuve delante? -Suspiro y cierro los ojos.
-No lo hagas, por favor. -Abro los ojos y miro a mi gemela.
-No entiendo, ¿hacer qué? -Agarra mis manos y me mira.
-No caigas en sus redes o serás muy infeliz. Adme caso Yovana, si te fijas en Daniel jamás volverás a creer en el amor. -Muerdo mi labio y suelta mis manos.
-Pero no parecía un mal chico. -Lo defiendo y ella se tapa la cara.
-Los conozco muy bien a él, al idiota de su hermano y a sus amigos. Esos chicos no son buenos para una chica como tú, es mejor que no te acerques a ellos. Te lo digo por tu propio bien.
Mi hermana besa mi mejilla y sale de mi habitación. Esta noche pasaron cosas muy extrañas. ¿Por qué tanta seguridad? ¿Por qué ese chico hizo que me pusiera tan nerviosa? Normalmente me pasa cuando un chico se acerca, pero con el fue distinto. ¿Por qué Zaira habló así de él y de sus amigos?
-Muchas preguntas sin respuestas. ¿Qué es lo que pasa y por qué nadie me dice nada? Necesito saber porqué Zaira reaccionó de esa manera. ¿Será que estuvo con ese chico? No, eso no es posible.
Y no se como ni porqué, pero sólo el hecho de pensar que mi hermana y ese chico pudieron haber tenido algo, hace que mi estómago se encoja y un nudo se forme en mi garganta.
-Daniel. -Susurro y vuelvo a sonreír.
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Dos Almas Y Un ¡Te Odio! ©
Подростковая литератураYovana es una adolescente de dieciséis años, alegre y muy risueña. Sus padres se divorciaron hace unos años y ella se fue con su padre a Barcelona, mientras que su hermana gemela; Zaira, se quedó en Sevilla con su madre. Antes de marcharse a Barcel...