Capítulo-38: "El secuestro"

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YOVANA MONTECARLO

Mi hermana y Jesús entran enseguida y al ver a Daniel aquí ambos me miran. El castaño se lleva a su hermano y Zaira sigue mirándome. Se sienta ami lado y junto las cejas. Esperamos unos minutos y Jesús entra, esta vez solo. Se para frente ami, a los pies de la cama y los miro.

-¿Le dijiste algo a Dani? –Niego.

-Yovana, es importante. ¿Le dijiste algo? –Asiento.

-Que prometió no dejarme sola, que me dijo que lo intentaríamos, que quería estar seguro antes de volver a enamorarse.

-Tenemos que contarle todo o si no Dani nos descubrirá. --Explica Jesús.

-Daniel sufrió mucho cuando se enteró sobre el casamiento. Por eso es que no debe saber nada de lo que ocurrió entre vosotros.

-Trataremos de evitar esa boda, pero si Dani se enterase de lo vuestro sufriría otra vez y estando amnésico no se que pueda pasar.

-¿Qué es lo que puede saber y lo que no?

-Sabrá todo, menos lo que tuvo contigo. Ahora di tu no estas de acuerdo no seguiremos con el plan.

-Afin de cuentas tu eres la que tiene los recuerdos de los dos, tu eres quien elije que hacer.

-Esta bien, lo haremos. Todo sea por evitarle el sufrimiento. –Sollozo.

Mi hermana se levanta y me rodea con sus brazos. Algunas lágrimas se escapan y Jesús me sonríe. Mi madre entra junto al Doctor y me dice que ya puedo irme a casa. Cuando todos salen me cambio de ropa salgo. Mamá firma unos papeles y vamos al ascensor. Zaira se quedará con Jesús y en la tarde irá a casa. Cuando subo al auto miro ami madre.

-¿Cariño, ocurre algo? –Suspiro.

-Necesito que me digas toda la verdad.

-¿Cuál verdad? –Salimos del parking.

-Todo lo que ocurrió desde que me fuí a Barcelona. Lo de Zaira y su bebé, lo que le ocurrió y lo del casamiento con Jesús Oviedo.

-¿Te parece si hablamos mejor en casa? –Asiento.

Al llegar vamos al salón. Nana nos trae algo de beber y peluche viene tras ella quiere salir. Mamá suspira y me mira. Esto me va a doler, lo se, pero necesito respirar. Doy un trago a mi bebida.

-Cuando yo conocí a tu padre estaba de novia con otro chico, el padre Jesús y Daniel. Tu padre y el eran muy amigos. Con el paso de los meses me fuí enamorando de tu padre y decidí terminar con Juan Carlos.

-¿Pero acabaron bien? Digo, ahora son todos amigos. –Asiente.

-Si. Semanas después Juan Carlos conoció a Sandra, la hermana de tu padre. El padre de Juan Carlos murió cuando los gemelos tenían 3 años. Nadie supo nada hasta que leyeron su testamento, ese día mos entremaos de la condición. Jesús y Daniel eran sus únicos nietos y para heredar debían casarse antes de cumplir 18 años, con una chica que fiera pura.

-Y que llevara el apellido Montecarlo. ¿Juan Carlos lo intentó con la tía por la herencia? –Niega.

-En ese entonces nadie sabía nada. Todos los barones que porten el apellido Oviedo deben seguir esa condición, ya no por la herencia si no por tradición y honra a ambas familias.

-¿Entonces como Juan Carlos no pudo cumplirla son Jesús y Daniel quienes deben hacerlo? –Asiente.

-Daniel y tu hermana estuvieron saliendo mucho tiempo, se enamoraron y tu hermana quedó embarazada. Desde el minuto cero Dani, como todo un Oviedo, aceptó su paternidad. Dos semanas después tu hermana despreció y no tuvimos noticias de ella en una semana, la secuestraron.

-Esos son los hombres que la golpearon y por lo que ella perdió a su bebé. –Asiente.

-Tras esa tragédia Daniel y ella decidieron que lo mejor era teminar. Cada uno se culpaba así mismo y a día de hoy Daniel sigue emoeñado en encontrar a los cumplables.

-Oye, ¿jamás supisteis quienes fueron? –Niega.

No se en que momento comencé a llorar. Paso la manos por mi rostro y suspiro. Son mucha las cosas que pasaron mientras yo no estuve y sehiron que aun faltan mas. Me levanto y muerdo mi labio al ver a mi hermana, ella niega y sale al jardín. Mamá va con ella y subo a mi cuarto para darme un baño. Cuando terminó me pongo el pijama y llaman a la puerta.

-¿Puedo pasar? –Asiento.

-Ahora puedo entender mejor tu reacción cuando te conté lo de Daniel. ¿Tenías miedo a que me ocurriera lo mismo verdad? –Asiente.

-No le deseo a nadie lo que yo viví, ni a mi peor enemiga. –Cierra la puerta.

-¿Ahora que haremos? Tu quieres a Jesús, aunque sigas negandolo. Y yo quiero estar con Daniel, pero tengo que casarme con su hermano.

-Tu puedes seguir cerca de Daniel, como amiga, pero puedes. Yo debo tomar distancia con Jesús antes de que este sentimiento sea mayor.

-Pero es que yo no quiero casarme con el. Yo amo a Daniel, aunque no me recuerde. –Sollozo.

-Todo se arreglará, encontraremos la forma.

Ella sale de la habitación y me echo sobre la cama. Al instante me quedo dormida agotada por el día y todo lo que ha llevado. Despierto sobre las 03:00 por una pesadilla, tan real como la vida misma.

-¿Por qué soñé con el secuestro de Zaira? Y, ¿por qué era yo la secuestrada?

Dos Almas Y Un ¡Te Odio! ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora