YOVANA MONTECARLO
Monto a los niños en el coche y me subo en el asiento del copiloto. Daniel sube y conduce hasta la casa de mis padres. Es Domingo, comida familiar. Al llegar todos nos reciben y vamos al salón. Daniel se sienta y hace que yo me siente en su regazo.
-Cada día están mas guapos. –Ríe mi hermana cogiendo al niño.
-Los nuestros saldrán mas guapos ya verás. –Coge a la niña.
-Vosotros gemelos, nosotras gemelas. Vaya cuadro. –Río y beso la mejilla de Dani.
-No me provoques. –Murmura y muerdi mi labio.
-¿Por qué? Es divertido. –Muerde mi oreja.
-Necesito ir al baño.
Río y me siento donde hace segundos estaba el. Mi hermana y mi cuñado me miran, sin entender nada. Río aun más y les encargo un momento a los niños. Subo arriba y voy a mi cuarto.
-¿No que ibas al baño? –Cierro la puerta.
-Sabía que vendrías detrás.
-No seas tan creído.
-¿Y por qué estás aquí? –Ríe y agarra mi cintura.
-Te recuerdo que es mi habitación.
Se acerca a la puerta y echa el pestillo. Me siento sobre el escritorio y el se coloca entre mis piernas. Acaricio su nuca mientras mi otra mano se enrreda en su pelo. Aparta el pelo de mi cuello y deja varios besos húmedos en el. Puedo notar su erección y sonrío, es evidente el efecto que causo en el.
-No podemos seguir así. –Muerde mi oreja.
-¿Así como? –Le quito la camiseta.
-Jugando el uno con el otro. –Me baja del escritorio y agarra mi culo.
-¿Por qué no? Es divertido. –Beso su torso.
-No es nada divertido.
-Así aprenderás que no debes subestimarme.
-Ya no recuerdo ni porque fue que comenzó todo esto.
-Hace casi 3 meses que no hacemos el amor, te comportas de una manera muy extraña. Te pasas la horas fuera ya sea en la Universidad o con esos "amigos" tuyos. Me ignoras y me hablas mal. Ni si quiera pasas tiempo con tus hijos. No te das cuenta pero estas perdiendo a tu familia y eres el único culpable.
El se aparta y se da la vuelta. Suspiro y mientras arreglo mi ropa el se pone la camiseta. Me siento en la cama y el se sienta a mi lado. Suspira y se pasa las manos por la cara. Pongo una mano sobre su hombro y el me mira.
-¿Qué nos está pasando?
-No lo se. Pero desde luego no quiero seguir así.
-Ami tampoco me gusta esta situación.
-Extraño tus besos, ¿hace cuanto que no te beso? –Suspiro.
-¿Hay otra chica?
-¿Qué?
-Sabes muy bien a lo que me refiero.
-¿Te has vuelto loca?
-Estoy mas cuerda que nunca.
-Será mejor que dejemos esta conversación.
El trata de irse pero lo retengo. Ahora soy yl la que quiere hablar. Se suelta de mi agarre y terminamos discutiendo. No consigo averiguar si me engaña o no, pero el sale de la habitación dando un portazo. Bajo al salon y todos me irán expectantes.
-¿Dónde esta Daniel?
-Se acaba de ir. -Responde mi hermana.
-¿Y los niños?
-Tranquila, están con Eva y con mamá.
-¿Qué ha pasado? -Pregunta Jesús.
-Hemos vuelto a discutir.
-¿Ahora por que fue?
-Le pregunté si habia otra chica.
-¿Estas loca? -Suelta Jesús.
-¿Qué te dijo? ¿Lo negó? -Pregunta Zaira.
-No dijo nada. -Contesto.
-¿Dónde vas? –Pregunta mi temela mirando a Jesús.
-Voy ha buscarlo. -Contesta.
Ambas nos miramos y asiento. El se marcha y mi madre entra. Nos mira y niego. Después de comer vuelvo a casa y tras acostar a los niños voy al salón. Las horas pasan y se hace de noche, son las 00:30. Llamo a Dani pero me manda al buzón, otra vez.
-¿Dónde diablos estás? Pobre de ti si me estás engañando, Daniel. Pobre de ti.
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Dos Almas Y Un ¡Te Odio! ©
Teen FictionYovana es una adolescente de dieciséis años, alegre y muy risueña. Sus padres se divorciaron hace unos años y ella se fue con su padre a Barcelona, mientras que su hermana gemela; Zaira, se quedó en Sevilla con su madre. Antes de marcharse a Barcel...