Capítulo-88: "Barcelona"

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YOVANA MONTECARLO

Aparto la mirada y mi hermana me abraza. Mira a Jesús y siento la mirada de todos sobre mi. Esta situación es dura para todos, lo sé. Peo no puedo creer que me el me haga esto

-Dejadme sola.

-¿Estás segura? -Miro a María y asiento.

-Tranquilas, estoy bien.

-Sabes que puedes contar con nosotras para lo que sea. –Inés agarra mi mano y sonrío.

-Lo sé, pero ahora quiero estar sola.

-Bien, te dejamos para que descanses un poco. –Rosa besa mi frente.

-¿Quieres que me quede contigo? -Me pregunta mi hermana y niego.

-Lo mejor es que la dejemos sola un rato, además tu debes volver a tu habitación.

-Voy a estar bien, te lo prometo.

Jesús me mira y agacha la cabeza. Miro hacia otro lado y todos salen de la habitación. Acaricio mi tripa y no puedo evitar llorar ¿por que me ha echo esto? ¿Por qué me ha dejado sola? ¿Acaso no me amaba lo suficiente? ¿No quiere a sus hijos?

-¿Por qué me has echo esto? Yo te amo.

-Cariño. –Cierra la puerta.

-¿Qué sucede? –Me seco las mejillas.

-Conmigo no tienes que fingir, soy tu madre.

-Se ha ido. –Sollozo.

-Suéltalo todo cariño. –Me abraza.

-Me mintió, mamá. Daniel no me quiso, jamás lo hizo. –Acaricia mi cabeza.

-Daniel te ama, eso me consta a ni y a todos.

-Si tanto me ama ¿por qué se ha ido con Sandra? ¿Por qué ha dejado a sus hijos?

-No lo sé, cariño. –Confiesa.

Mi madre besa mi frente y lloro desconsolada. Daniel se ha ido y no va a volver. Ésta historia se acabó. Debo empezar de cero y ser fuerte por mi, por mi familia, por mis amigos pero sobre todo por mis hijos.

-¿Qué tal va nuestra paciente?

-¿Cuándo podré irme?

-¿Tan mal te estamos tratando que ya quieres irte? –Ríe.

-Me están tratando muy bien. Pero no me gustan los hospitales.

-Mañana a esta misma hora ya estarás en tu casa ¿te parece bien?

-Perfectamente.

-He de reconocer que tu recuperación está siendo muy rápida, pero afortunadamente tanto tu como tu bebé estáis bien.

-¿Mi bebé ya no corre peligro?

-Ninguno. –Asiento.

El Doctor se marcha y mi madre me mira en silencio. El nombre de Daniel vuelve a cruzar por mi cabeza como todos los momentos que viví con el. No puedo evitar llorar de nuevo y me abraza. Mi padre entra y se acerca a nosotras. Ambos me abrazan y trato decalmarme.

-Tu puedes con esto, eres muy fuerte.

-Quiero irme, durante un tiempo.

-No se si sea lo mejor. Estás embarazada y los niños aún son pequeños para viajar.

-Necesito alejarme de Sevilla.

-¿Y a donde quieres ir?

-No lo sé, pero necesito irme.

-Tenemos la casa de Barcelona.

-¿Estás segura? –Asiento.

-Quiero volver a Barcelona.
Escuchamos a Jesús gritar y miro a mis padres. Mi padre me mira y se dispone a salir cuando la puerta se abre de golpe y entran María e Inés. Veo a Eva agarrar a Jesús que grita como loco.

-¿Qué sucede?

-No es fácil.

-¿Por qué está gritando Jesús?

-Es Daniel.

-¿Daniel?

-Sí.

-¿Qué pasa con el?

-Lo acaban de traer.

-¿Qué estáis diciendo?

-Se veía muy mal.

Dos Almas Y Un ¡Te Odio! ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora