YOVANA MONTECARLO
Aparto la mirada y mi hermana me abraza. Mira a Jesús y siento la mirada de todos sobre mi. Esta situación es dura para todos, lo sé. Peo no puedo creer que me el me haga esto
-Dejadme sola.
-¿Estás segura? -Miro a María y asiento.
-Tranquilas, estoy bien.
-Sabes que puedes contar con nosotras para lo que sea. –Inés agarra mi mano y sonrío.
-Lo sé, pero ahora quiero estar sola.
-Bien, te dejamos para que descanses un poco. –Rosa besa mi frente.
-¿Quieres que me quede contigo? -Me pregunta mi hermana y niego.
-Lo mejor es que la dejemos sola un rato, además tu debes volver a tu habitación.
-Voy a estar bien, te lo prometo.
Jesús me mira y agacha la cabeza. Miro hacia otro lado y todos salen de la habitación. Acaricio mi tripa y no puedo evitar llorar ¿por que me ha echo esto? ¿Por qué me ha dejado sola? ¿Acaso no me amaba lo suficiente? ¿No quiere a sus hijos?
-¿Por qué me has echo esto? Yo te amo.
-Cariño. –Cierra la puerta.
-¿Qué sucede? –Me seco las mejillas.
-Conmigo no tienes que fingir, soy tu madre.
-Se ha ido. –Sollozo.
-Suéltalo todo cariño. –Me abraza.
-Me mintió, mamá. Daniel no me quiso, jamás lo hizo. –Acaricia mi cabeza.
-Daniel te ama, eso me consta a ni y a todos.
-Si tanto me ama ¿por qué se ha ido con Sandra? ¿Por qué ha dejado a sus hijos?
-No lo sé, cariño. –Confiesa.
Mi madre besa mi frente y lloro desconsolada. Daniel se ha ido y no va a volver. Ésta historia se acabó. Debo empezar de cero y ser fuerte por mi, por mi familia, por mis amigos pero sobre todo por mis hijos.
-¿Qué tal va nuestra paciente?
-¿Cuándo podré irme?
-¿Tan mal te estamos tratando que ya quieres irte? –Ríe.
-Me están tratando muy bien. Pero no me gustan los hospitales.
-Mañana a esta misma hora ya estarás en tu casa ¿te parece bien?
-Perfectamente.
-He de reconocer que tu recuperación está siendo muy rápida, pero afortunadamente tanto tu como tu bebé estáis bien.
-¿Mi bebé ya no corre peligro?
-Ninguno. –Asiento.
El Doctor se marcha y mi madre me mira en silencio. El nombre de Daniel vuelve a cruzar por mi cabeza como todos los momentos que viví con el. No puedo evitar llorar de nuevo y me abraza. Mi padre entra y se acerca a nosotras. Ambos me abrazan y trato decalmarme.
-Tu puedes con esto, eres muy fuerte.
-Quiero irme, durante un tiempo.
-No se si sea lo mejor. Estás embarazada y los niños aún son pequeños para viajar.
-Necesito alejarme de Sevilla.
-¿Y a donde quieres ir?
-No lo sé, pero necesito irme.
-Tenemos la casa de Barcelona.
-¿Estás segura? –Asiento.
-Quiero volver a Barcelona.
Escuchamos a Jesús gritar y miro a mis padres. Mi padre me mira y se dispone a salir cuando la puerta se abre de golpe y entran María e Inés. Veo a Eva agarrar a Jesús que grita como loco.-¿Qué sucede?
-No es fácil.
-¿Por qué está gritando Jesús?
-Es Daniel.
-¿Daniel?
-Sí.
-¿Qué pasa con el?
-Lo acaban de traer.
-¿Qué estáis diciendo?
-Se veía muy mal.
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Dos Almas Y Un ¡Te Odio! ©
Teen FictionYovana es una adolescente de dieciséis años, alegre y muy risueña. Sus padres se divorciaron hace unos años y ella se fue con su padre a Barcelona, mientras que su hermana gemela; Zaira, se quedó en Sevilla con su madre. Antes de marcharse a Barcel...