YOVANA MONTECARLO
Jesús cierra la puerta y me mira. Trato de sonreír pero se me hace imposible. Me enseña un vídeo en el que sale Dani jugando con mis bebés, al parecer ya están con el.
-Están hermosos. –Sollozo.
-Verás que muy pronto estarás con ellos.
-Es lo que más deseo.
-Ahora dime como vamos a hacer, por que te recuerdo que ésta noche es tu supuesto velatorio.
-Necesito que pongas a los niños a salvo. Ese hombre tiene pensado aprovechar el velatorio para colarse en la casa y llevárselos.
-Se me esta ocurriendo una idea. Tanto tu como ellos estaréis juntos y a salvo.
-¿Creés que funcione? –Asiente.
-Esta misma noche estarás con ellos, te lo juro.
Trago saliva y comienzo a temblar cuando escucho a Juan Carlod. Está hablando con alguien, de seguro lo esta sobornando. Jesús se esconde en el baño y el entra. Cierra y ríe acercándose.
-¿Preparada para ver como todos se despiden de ti?
-¡Largate! –Me golpea.
-¡Cállate!
-¿Qué piensas hacer conmigo?
-Te tengo una sorpresita. ¿recuerdas a donde te llevamos la ultima vez?
-Como olvidar ese lugar. -
-Sacaré a esos mocosos de tu casa y mandaré a alguien por ti. Después me encargaré del imbécil de mi hijo.
-Ni se te ocurra tocar a Dani. –Agarra mi cuello.
-Entonces mantente calladita o tendré que inyectarte de nuevo.
Suelta mi cuello y toso. El se marcha y Jesús sale. Lo agarro o es capaz de ir tras el y matarlo. El me mira y besa mi cabeza.
-Esta noche te sacaré de aquí, te lo juro.
-No puedes seguir exponiéndote, si alguien te ve aquí te mataran.
-Se como entrar y salir sin que me vean, tranquila. Además solo van a ver a un Doctor.
-Algo joven ¿no?
Se encoje de hombros y miro su bata de Doctor. Se pone la mascarilla y se marcha. Al rato entra una enfermera y la culmino con la mirada. Me entrega una pastilla para dormir, ya que si me inyecta se arriesga a que suceda como anoche y sea ella la inyectada y no yo. Entra al baño y meto la pastilla debajo de la almohada y me bebo todo el agua. Sale y me mira, abro la boca y se marcha con el vaso. Estúpida. Levanto la almohada y observo todas las pastillas que hay. Ellos creen que me están drogando pero se equivocan, no he tomado ni una sola.
-Llegó tu fin Juan Carlos, hoy dejarás de hacer daño. Y por fin podré estar con mi familia, conoceré a mis bebés. Solo espero que Dani no me odie por haberle echo creer que estoy muerta.
Las horas pasan y ya no se si es de día o de noche ¿el motivo? Estoy encerrada en una habitación sin ventanas. Me levanto de la cama y camino de un lado al otro. Tanto tiempo acostada no es bueno. La puerta se abre y me giro. No puedo creer que esté frente a mi, vestido de Doctor.
-¿Dani? ¿Qué haces aquí? –Le quito la mascarilla.
-¿Tu qué creés? Vine a rescatar a mi princesa. –Sonríe.
-Tienes que irte de aquí, corres peligro.
-De aquí no me voy sin ti.
-Le dije a Jesús que no podía decirte nada ¿por qué lo hizo?
-No fue fácil, mi hermanito es muy listo.
-Vete. –Ruego.
Niega y rodeo su cuello con mis brazos. No me había dado cuenta pero estoy llorando. El me rodea con sus brazos y pongo mi mano en su nuca. Sonrío y sin poder evitarlo me acerco a su boca. El besa mis labios como nunca antes lo había echo y me doy cuenta de cuanto lo necesitaba. Enrredo mi mano en su pelo y me aprieta contra su cuerpo.
-Después aclararemos todo, ahora tenemos que irnos.
-Tienes razón. –Susurro.
Se pone la mascarilla y agarra mi mano con fuerza. Salimos de la habitación, vamos hacia los ascensores. A lo lejos veo a la enfermera que me da las pastillas y agarro a Dani.
-Cariño, ya tendremos tiempo para esto después. –Ríe.
-Si no fuera por que eres jodidamente maravillosos ya te hubiera estrangulado.
-Sabes que no lo harías.
Tira de mi hasta el ascensor pero escuchamos el grito de una mujer, la enfermera y vamos a las escaleras. Llegamos a la puerta trasera, algo vieja. Esta cerrada con candado y miro a Dani. Saca una pistola y dispara.
-Mejor no pregunto de donde la sacaste.
-Vámonos.
Al volver de la calle hay una camioneta negra. Lo miro y subimos. Calum conduce lo más rápido posible, y me abrazo a Dani.
-Tranquila, ya estas conmigo. –Besa mi cabeza.
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Dos Almas Y Un ¡Te Odio! ©
Fiksi RemajaYovana es una adolescente de dieciséis años, alegre y muy risueña. Sus padres se divorciaron hace unos años y ella se fue con su padre a Barcelona, mientras que su hermana gemela; Zaira, se quedó en Sevilla con su madre. Antes de marcharse a Barcel...