Yovana Montecarlo
Mi espalda está totalmente pegada a su pecho, sus labios siguen besando mi cuello y sus manos presionan fuerte mis caderas. Instintivamente echo la cabeza hacia atrás dejando libertad para que sus labios besen mi cuello y llevo mi mano a su nuca.
Pega mi cadera a la suya, mi respiración se vuelve más agitada cuando noto su erección y me gira quedando cara a cara. Tengo su rostro a centímetros del mío y su respiración es agitada.
Tiene labios entreabiertos y lo hacen ver más atractivo. Puedo ver el deseo en sus ojos, ahora con un marrón mucho mas intenso. Pega su frente a la mía y muerde su labio, acaricia el mío con la llena de su dedo pulgar y los entre-abro.
-¡Yovana! -Nos separamos al oírla.
-¡Joder! -Bufa y ella alza una ceja.
-¿Interrumpo algo? -Niego y él asiente.
-¿Necesitas algo? -Acomodo mi pelo y asiente.
-Mamá y papá quieren que nos tomemos unas fotos para la prensa, ya sabes. -Asiento y ella vuelve dentro.
Entro en el salón y suspiro. Busco a mi familia y juntos posamos para la prensa.
Me piden una foto individual, para anunciar mi regreso y Daniel entra en ese preciso momento. La familia Oviedo se acerca, nos toman una fotos todos y piden una mia y de el. Lo miro y el con su perfecta sonrisa rodea mi cintura pegando mi espalda a su pecho.
-Deja de negar que te gusto. -Me susurra.
-No me gustas. -Le respondo y el ríe.
-¿Cabe la posibilidad de que sean pareja en un futuro próximo? -Nos miramos y reímos por la pregunta del periodista.
-Fue suficiente, gracias. -La prensa se marcha y Daniel me suelta.
-Voy a buscar a mi familia. -Se despide y se marcha.
Mi madre llega junto a mi hermana, ellos se van y Zaira se cruza de brazos. ¿Será que vio lo sucedido con Daniel antes? Muerdo mi labio y su cara se vuelve seria, parece enfadada. Me giro y mi rostro se vuelve parecido al sigo. Daniel y Jesús están rodeados de cuatro o cinco chicas que les coquetean.
-Iré fuera, necesito un poco de aire fresco. -Asiente y salgo al jardín.
-Espera, ¿por qué saliste así del salón? -Agarra mi brazo y lo miro.
-Eso no te importa. -Me suelto y agarra mi cintura.
-Te equivocas, todo lo que tenga que ver contigo me importa. -Pega su cuerpo al mio.
-¡Suéltame, idiota! -Golpeo su pecho.
-¿Para qué me golpees? No, gracias, quiero seguro completo. -Ríe y se muerde su labio.
-¡Te odio! -Acerca su boca a la mía.
-El sentimiento es mutuo. -Susurra en mi oreja.
Y así es como un montón de elefantes se adentraron en mi. Esta demasiado cerca y no quiero ni imaginar que pasaría si alguien de mi familia saliera y nos viera, peor si alguien de la prensa lo hiciera.
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Dos Almas Y Un ¡Te Odio! ©
Teen FictionYovana es una adolescente de dieciséis años, alegre y muy risueña. Sus padres se divorciaron hace unos años y ella se fue con su padre a Barcelona, mientras que su hermana gemela; Zaira, se quedó en Sevilla con su madre. Antes de marcharse a Barcel...