Capítulo-86: "Un trato con el demonio"

66 8 0
                                    

DANIEL OVIEDO

Mi madre agarra mi mano y la miro. Se que ella también esta sufriendo con todo esto. Un médico se acerca a nosotros y nos levantamos. Preguntamos por su estado y pir la del bebé. Por su cara se que no son buenas notícias.

-Ha perdido mucha sangre y necesita urgentemente una transfusión.

-Yo le doy toda la que necesite pero favor salvelos a los dos.

-La enfermera los acompañará para hacerles la prueba de compatibilidad. En cuanto tengamos los resultados les avisaré.

-Doctor en caso de que ninguno pudiéramos donar ¿habría otra alternativa?

-El banco de sangre, pero sería más difícil y tardaríamos más.

El se marcha y mi madre me abraza. Baja a la cafetería junto a los padres de Yovana. Las horas pasan y el Doctor se acerca a nosotros. Me siento en silla y cierro los ojos con fuerza. Paso a la habitación en la que esta y me bajo la mascarilla para poder besar sus labios. Agarro su mano y Jesús entra.

-¿Cómo esta? –Salimos.

-Mejor, esta descansando. Puderion extraer la vala a tiempo pero el Doctor dijo que no podría donar, puesto que esta muy débil y perdió sangre.

-Al menos una buena notícia.

-¿Hablaste con el Doctor?

-Si, ninguno podemos ser donantes.

-¿Ninguno?

-Al parecer necesita un componente especial que tiene en la sangre.

-¿Qué vamos a hacer? Necesita una transfusión de sangre urgentemente.

-¡Lo se! Y me estoy volviendo loco. No solo esta en peligro su vida si no tamvien la de mi hijo.

-¿Qué hijo?

-Esta embarazada.

-¿Vas a ser padre? ¿Otra vez? Dios hermano que puntería tienes.

Voy al baño y me echo un poco de agua en la cara. Agarri papel y me seco. Mi móvil suena y descuelgo. Al instante me arrepiento de haberlo echo y le digo que voy a colgar.

-Si lo haces juro que tu novia se muere.

-¿Cómo lo sabes?

-Daniel a veces eres tan ingenuo.

-¿Fuiste tu cierto?

-¡Bingo! Yo mande a ese chico, pero por lo visto es un inepto.

-No tengo tiempo para tus tonterías.

-Yo puedo salvarle la vida. Si quieres saber más ya sabes donde encontrarme.

-¿Cómo se que no me estas mintiendo?

-Muy pocas personas tiene ese componente especial en la sangre. Hasta donde yo se las horas pasan y ella cada vez esta más débil. Me necesitas Daniel, solo yo puedo salvarla.

Cuelga y furioso lanzo el móvil contra la pared. Mi hermano entra y coge mi móvil del suelo. Le pido que cualquier cosa me avise y voy hasta mi auto. Conduzco hasta la comisaría donde Sandra sigue detenida, mañana será llevada al reclusorio femenino hasta que salga la fecha del juicio. Me acerco a un oficial y suspiro.

-¿En que puedo ayudarle?

-Necesito ver a una detenida.

-Acompáñeme.

-Es ella. –Asiente.

-La llevarán a la sala de interrogatorios.

El oficial se marcha y dos policías traen a Sandra esposada. Nos dejan solos y ella ríe apoyadando sus manos encima de la mesa. Me siento frente a ella.

-Sabía que vendrías de inmediato.

-¿Qué quieres a cambio?

-Chico listo. Lo primero que retires los cargos contra mi para que pueda salir de aquí.

-Ambos sabemos que no puedo hacer eso, fuiste cómplice en el secuestro de mi novia.

-Nadie sabe de mi verdadera identidad si tu retiras los cargos en mi contra yo le dono la sangre a tu novia.

-¿Cómo se que dices la verdad?

Con toda tranquilidad se quita las esposas y ríe ante mi cara de asombro. De su chaqueta saca una hoja y tras leerla suspiro. Es un informe médico. Me levanto y la miro.

-Esta bien, te sacaré de aquí.

-No he terminado.

-¿Qué más quieres?

-Ati. –Sonríe.

-¿Te has vuelto loca?

-Tu me sacas de aquí, yo le dono la sangre a la estupida esa y nos vamos del país.

-No la voy a dejar.

-Entonces ve comprando flores, serán dos entierros en lugar de uno.

Dos Almas Y Un ¡Te Odio! ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora