YOVANA MONTECARLO
Espero a que todos los niños se marchen y recojo el aula donde estaban pintando. Marta, una de mis compañeras se acerca y tras terminar de recoger todo salimos.
-Vamos a ir a tomar algo ¿te apuntas?
-Debería volver ya a casa.
-Apenas son las 20:00 y por un rato no va a pasar nada. --Interviene Talía.
-Además el bar al que vamos esta cerca de tu departamento. -Apoya Marta.
Finalmente subo al auto, Marta viene conmigo. Estacionamos el coche y entramos al bar. Nos sentamos en una mesa y pedidos algo de beber.
-¿Te encuentras bien? -Pregunta Marta.
-Si, solo estoy algo cansada.
-Últimamente estas muy distraída ¿seguro qué estás bien?
-Si, lo que pasa es que extraño a mis pequeños.
-Te entiendo a la perfección. Al principio esta bien, descansas un poco y eso, pero luego los echas mucho de menos. -Añade Nerea.
-Mirad quien acaba de llegar.
Miro en su misma dirección y me encuentro con Sandra, agarrada del brazo de un hombre mucho más mayor que ella. Marta murmura algo que no logro entender y agarra su vaso.
-¿La conocéis?
-Esa tipa es una arpía. -Contesta Marta.
-Trató de acostarse con mi novio. -La apoya Talía.
-Ami suegro lo drogó para quitarle dinero. -Añade Nerea.
-El que si me dió pena la verdad fue el chico de la otra noche, pobre muchacho. -Confiesa con la mirada triste.
YO: ¿Qué chico?
-Justo en la mesa que hay detrás de ti, donde los sillones. –Miro donde Talía me ha inficado y asiento.
-Había un grupo de chicos de unos 19 y 20 años, no más. Cuando llegamos ya estaban algo pasados de copas, pero aun se les entendía. -Explica Nerea.
-Uno de ellos muy guapo por cierto, insistio varias veces en que tenía que irse que su novia lo estaba esperando y sus hijos también también, pero ellos no lo dejaron. -Cuenta Marta.
-Luego llegó la tipa esa y se le echó encima. El pobre trataba de quitársela de encima pero entre la borrachera que llevaba y lo agobiante que era la chica no pudo. También les hicieron fotos, no me extrañaría que le hicieran chantaje. -Añade Talía.
-¿Y qué pasó después? -Pregunto sin poder creer todo lo que estoy escuchando.
-El chico se fue al baño y esa bruja le echo unos polvos en la copa, creo que lo drogó. Se lo llevaron arrastras, el trato de resistirse pero en su estado no pudo. Al rato llegó un chico idéntico a el, al parecer era su gemelo y lo estaba buscando. -Finaliza Marta.
-Jesús. -Susurro.
-Si, así nos dijo que se llamaba.
-No puede ser, ¿este es el chico al que se llevaron? –Les muestro una foto.
-Si, Por poco y lo desnudan en plena calle. -Afirma Nerea.
-¿Lo conoces? –Pregunta Marta y me levanto.
-Es mi novio y esa tipa una guarra que esta empeñada en destrozarme la vida pero se va a enterar.
Voy hacia Sandra, la cuál al verme se pone de pie y trata de irse. La agarro del brazo y se gira dispuesta a golpearme pero la freno. Marta y las chicas se acercan y tratan de calmarme. Sin dejarla hablar le doy una bofetada y el hombre que estaba con ella sale corriendo cuando le reclamo lo que le hizo a Dani.
-¡Estúpida! -Grita llamando la atención de los clientes.
-¿Acaso quieres otra bofetada? -Grito elevando más la voz.
-No te rebajes a su nivel, mira que tu vales mucho más que esta sinvergüenza. -Interviene Marta.
-Además ahora que ya sabes todo lo único que debe importarte es tu chico, no esta idiota. -Asiento.
-Tenéis razón a fin de cuentas Dani me quiere ami y no a ella. -Sonrío.
-Ve con tu chico. -Me anima Talía.
-Lo haré pero antes tengo que hacer una cosa. -Río.
Vuelvo a mi mesa y agarro mi refresco. Sandra niega al ver mis intenciones y aun así le tiro el contenido de mi vaso encima. Eso por calenturienta. Me despido de las chicas y subo al auto.
-Dani me quiere y yo he sido una idiota al no confiar en el. –Suspiro y dejo que las lágrimas salgan.
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Dos Almas Y Un ¡Te Odio! ©
Teen FictionYovana es una adolescente de dieciséis años, alegre y muy risueña. Sus padres se divorciaron hace unos años y ella se fue con su padre a Barcelona, mientras que su hermana gemela; Zaira, se quedó en Sevilla con su madre. Antes de marcharse a Barcel...