JESÚS OVIEDO
Zaira sonríe y agarra la manos de su hermana que ya está despierta. Hace un rato que sus padres salieron para que nosotros pudiéramos verla. Una enfermera entra y se lleva a mi morenita.
-Todo va a salir bien, ya lo verás.
-No hace falta que me mientas.
-No te estoy mintiendo.
-Jesús que no soy tonta.
-Vamos a encontrar a ese donante.
-El tiempo esta en nuestra contra, cada hora que pasa mi final se acerca.
-No te vas a morir.
-Sinceramente no se que habré echo para tener que pasar por todo esto. Desde que llegué todo ha sido dolor, sangre, lágrimas. Pero no me arrepiento de haber vuelto.
-La vida es dura y ser feliz cuesta.
-Dani ya se esta tardando mucho ¿no creés?
-Voy ha llamarlo. –Asiente.
Desbloqueo mi móvil y marco los números correspondientes. Suspiro y me salta el contestador, lo intento de nuevo pero vuelve a saltar. Miro a mi cuñada, pálida y cada segundo más débil. El Doctor entra y guardo el teléfono.
-Tengo una buena y una mala noticia.
-Nunca me ha gustado esa frase para que le voy a mentie. –Confieso.
-Ami tampoco.
-La buena es que apreció un donante.
-Esa noticia no es buena, es buenísima. –Sonrío.
-La mala es que si tu cuerpo llegara a rechazar esa sangre, por cualquier motivo y el desenlace sería más pronto.
-¿Si mi cuerpo no acepta esa sangre moriré? –Asiente.
-Tu cuerpo necesita urgentemente esa sangre, si la acepta te recuperarás pero si la rechaza me temo que no será así. Tu decides si esperamos a otro donante o nos arriesgamos.
-No tengo opción. El tiempo está en mi contra.
El silencio se adueña de la habitación y el Doctor sale. Ella se queda en silencio y beso su frente. La abrazo y la escucho llorar, esto no puede acabar así. Salgo d la habitación y trato de contactar a mi hermano. Dos horas después en la sala de espera todos estamos de los nervios, la transfusión se está realizando. Consigo que mi hermano me coja el teléfono y discutimos
-No tienes excusa. Es tu novia, la madre de tus hijos. ¿Dónde narices estás?
-En el aeropuerto.
-¿Y qué demonios haces allí?
-Me voy, con Sandra.
-¿Te has vuelto loco? Vente para el hospital inmediatamente.
-No puedo hacerlo.
-¿Qué no puedes hacerlo?
-Hice un trato con Sandra.
-¿Ella es la donante?
-Si y si no cumplo con mi parte todos los que quiero morirán.
-Pero no puedes irte, ella te necesita.
-Hermano, cuida de mi familia. Te lo ruego, cuidalos.
-Pero Dani. –Me corta.
-Lo siento. –Cuelga.
Guardo el teléfono y me giro, todos se levantan cuando el Doctor se acerca. Tenemos que esperar para ver cono reacciona su cuerpo ante la transfusión. Las próximas y 24h son decisivas. Voy a la habitación de mi novia y le doy la noticia.
-Dani no puede irse.
-¿Qué hago? Ni si quiera sé si se ha ido ya o a donde es que se va.
-Tu no, pero Calum si.
-Claro el puede entrar en la base de datos y saber cual es su vuelo. Cariño eres un genio.
Llamo a mi amigo y 25 minutos después conduzco hasta el aeropuerto. Corro hacia la zona de embarque, lo busco por todos lados pero no consigo verlo. Pregunto a la gente pero nadie lo ha visto. ¿Dónde están? Un avión despega y al comprobar el nombre un dolor da de lleno en ni pecho, no llegué a tiempo. Calum me llama y lo cojo
-No he llegado a tiempo.
-Nos han engañado.
-¿Cómo que nos han engañado?
-No han subido al avión.
-¿Qué estás diciendo?
-Han cancelado sus billetes antes de que el avión despegara, no han subido.
-¿Entonces donde están?
-No tengo idea. Trataré de averiguar si han ido por otro medio.
-Gracias.
Cuelgo y camino hasta mi auto. Vuelvo al hospital y cuando llego a la sala de espera esta vacía. La enfermera me lleva hasta la nueva habitación donde esta mi cuñada y beso su frente. La puerta se abre y todas sus amigas entran, se abrazan y llenan de regalos a la enferma. Zaira llega con la enfermera y sus amigas se lanzan sobre ella.
-¿Dónde esta Daniel? -Pregunta Aida, su prima.
-Eso iba a preguntar yo, es raro que te deje sola. -Apoya María.
-Jesús –Susurra mi novia.
-Mi hermano se ha marchado. -Suelto.
-¿Qué estás diciendo?
-Se iba con Sandra, lo siento.
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Dos Almas Y Un ¡Te Odio! ©
Teen FictionYovana es una adolescente de dieciséis años, alegre y muy risueña. Sus padres se divorciaron hace unos años y ella se fue con su padre a Barcelona, mientras que su hermana gemela; Zaira, se quedó en Sevilla con su madre. Antes de marcharse a Barcel...