Capítulo-36: "Secuelas"

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ZAIRA MONTECARLO

Me siento en el sillón, junto a la cama y cierro los ojos. Mi madre entra y se sienta conmigo. Miro a mi hermana y me acerco a su cama. Se desmayó y tras revisarla el doctor le dió un calmante para dormir. Me giro y miro a mi madre.

-¿Jesús ya salió? –Asiente.

-Está con sus padres. –Cierro los ojos.

-¿Era Daniel? –Suelto con la voz entre cortada.

-¿Por qué no vas con el? Te necesita. Yo me quedaré con tu hermana.

Asiento y tras besar su mejilla salgo del cuarto. Voy camino a la sala donde estábamos y en el camino me cruzo con Jesús. Al verme sonríe y con los ojos llenos de lágrimas me abraza. A juzgar por su sonrisa se que era Daniel, que esta vivo. Nos separamos y acaricio su cara con mi mano.

-Esta vivo. –Confirma.

-Gracias a diós. –Sonrío.

-Pero su estado es muy delicado. El impacto fue demasiado fuerte. Se golpeó la cabeza y la columna. Tal vez tenga alguna secuela. –Pego mi frente a la suya.

-Dios mio. ¿Entonces el...? –Asiente.

-Mi hermano podría quedar paralítico o tal vez amnésico. –Solloza.

-Eso no va a suceder. Daniel es fuerte, nadie vence a tu hermano lo sabes bien.

-¿Cómo sigue tu hermana? –Suspiro.

Entrelazo su mano con la mia y lo llevo a la habitación donde esta ella. Mi gemela esta sentada en la cama, con el rostro serio. Al vernos entrar alza la cabeza y sonríe mientras lágrimas salen de sus ojos. Corro hacia ella y la abrazo. Me mira ami luego a Jesús y viceversa.

-Por favor dime que era el, dime que esta vivo, por favor. –Solloza.

-Era el. Dani esta vivo. –Confiesa y me mira.

-Hay algo que no me estas contando ¿verdad? Jesús responde. –Ruega.

-Antes prometenos que te vas a calmar y que no vas a salir corriendo bajo ningún concepto. – Le pido y ella asiente.

-El estado de Dani es muy delicado y puede que al despertar tenga alguna secuela por el accidente. –Ella solloza y miro a Jesús.

-Es mejor que no sigas. –La miramos a ella.

-Quiero saberlo, por favor. Necesito saber que me espera cuando el despierte, cuando lo tenga frente ami.

-Dani podría quedar paralítico o tal vez amnésico, pero no sabemos cuanto tiempo. –Finaliza.

Ella se queda muda y cierra los ojos. Comienza a respirar rápido y le pido que se calme. Comienza a gritar, trata de bajarse de la cama pero Jesús la agarra. Sigue gritando y el Doctor entra, al verla en ese estado llama a una enfermera y la inyecta de nuevo. Minutos después salen. Miro a mi madre y suspiro.

-Me duele mucho verla así. -Asiento' dandole la razón.

-Pensé que todo era un capricho.

-Verdaderamente lo ama.

-Mi hermano también la ama, pero todavía no se ha dado cuenta. –Sonríe.

-¿Que pasará si Dani queda con alguna secuela? Sabes como es el, no le gusta depender de la gente. Además sin movilidad en la piernas no podrá jugar.

-Odio esta situación. Todo esto me supera. Daría lo que fuera por estár en su lugar y que el estuviera bien.

Jesús sale de la habitación y me doy una hostia mental. Sin darme cuenta lo estoy agobiando mas. Salgo tras el y cuando lo alcanzo se gira. Sin decir nada lo abrazo. Al separarnos lo beso y tras disculparme me abraza. Escuchamos un grito y veo ami hermana correr por el pasillo. Vamos tras ella y entra al cuarto de Daniel, que esta despierto.

-Pensaba que ya no te iba a ver nunca mas y eso me daba miedo. -Solloza.

-¿Quién eres? ¿Por qué estoy aqui? ¿Qué me sucedió? –Nos mira a todos y termina en ella.

-¿No me recuerdas? -Retrocede.

-No os conozco, a ninguno. Por favor salid de aquí o llamaré a un médico para que lo haga.

Dos Almas Y Un ¡Te Odio! ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora