POV de Gokú.
¡Lo abracé... y él no me rechazó!...
Y... ¡yo podría jurar... que por un breve instante, él dejó de ser el gran y orgulloso príncipe sayayin!... y bajó la guardia....
Y eso me estremeció... porque fué entonces que pude sentir la angustia y la desesperanza que estaba sintiendo... ¡su mente era un remolino de consternación, dudas, preocupación y... también, algo de temor!... pero, no por él... sino por el incierto futuro.
«¡Basta!...» se dijo a si mismo.
Y entonces caí en la cuenta... ¡¡sin habérmelo propuesto había entrado en su mente!!... ¡me sentí como un intruso!
Pero él parecía no haber notado mi intromisión... cerró los ojos e hizo a un lado los funestos pensamientos que lo habían asaltado apenas hacía unos instantes.
«¡Ojalá esta vez tengas razón Kakaroto!...» pensó.
Después, por unos instantes, se permitió sentirse reconfortado en mi abrazo... aún así... no dejaba de hacerse mil preguntas...
«¿Por qué tengo éstas extrañas emociones que no puedo ni siquiera nombrar?...
¿Por qué me siento así?... ¿será mi extraño estado?... ¿será que éste azul planeta ejerce algún tipo de fuerza extraña sobre sus habitantes?... ¿desde cuando el príncipe sayayin se volvió tan débil, cursi y patético?...»
Un suspiro se le escapó en ese momento, su vista estaba fija en el horizonte, nada en su rostro transmitía alguna pista de lo que pensaba, lo estreché un poco más fuerte.
« Pero.... ¡por mis ancestros reales!... no puedo negar que cuando el cabeza hueca de Kakaroto me abraza así.... ¡yo me siento mejor!...» reconoció con algo de sorpresa.
«¡Seguramente el sol me está haciendo daño!... ¡estoy desvariando!» pensó.
Su débil justificación me hizo algo de gracia.
Lentamente se alejó de mí.
- Volvamos a casa Kakaroto...- murmuró mientras se ponía de pie y bajaba de la roca.
Lo observé en silencio mientras intentaba captar algo... cualquier cosa...
¡Nada!... ¡el contacto se había roto!...
