¡¡Emergencia...

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Afortunadamente, ese día parecía que Yamcha había decidido no ir a c.c.

Eso relajó un poco a Gokú, quien se permitió bajar la guardia y deleitarse probando los bocadillos que la mamá de Bulma le ofrecía amablemente...

Como siempre, Vegeta mostró poco entusiasmo por la comida y optó por una bebida fría...

- Querido... te esperan en el laboratorio dos...- le dijo la señora Briefs.

¡Gokú casi se atraganta con el bocado de sushi!...

¡¡¡¿Lo esperan?!!!... ¡eso sólo podía significar una cosa!...

¡¡EL ODIOSO TIPO ESE, INTENTO FALLIDO DE CIENTÍFICO ESTABA AHÍ!!

-¡¡¡ESPÉRAME VEGETA!!! - gritó al ver que su príncipe se alejaba.

Vegeta le miró extrañado, después se dió la vuelta para continuar...aunque lo hizo más despacio...

«¡¿Qué rayos le pasa?!...» se preguntó.

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Tal como Gokú se había imaginado, el doctor Briefs se encontraba acompañado por...¡ese tipejo!

-¡Vegeta... qué gusto verte!... ¿ese ese?...- preguntó el doctor Briefs señalando el plano, ansioso por tenerlo ya en sus manos.

Vegeta asintió mientras le daba el plano al anciano, él lo llevó a una mesa y lo escudriñó minuciosamente, a cada instante su sonrisa se ensanchaba más y más...

-¡Asombroso!... ¡simplemente asombroso!...- murmuraba una y otra vez el viejo.

¡Carl no pudo contener más su curiosidad!... disimuladamente se acercó para echarle un vistazo a lo que tenía tan maravillado a su jefe...

¡No pudo evitar quedarse con la boca abierta!

¡El diseño era exquisito!
sencillo en esencia... pero, ¡indudablemente eficiente!

Supo que lo que veía no era una simple mejora a un sistema... ¡No!... lo que tenía ante sus ojos era más grande... era...

-¡Esto cambiará al mundo!...- pensó en voz alta.

«¡Maldito lambiscón!...» pensó Gokú, sin saber que el cumplido del mequetrefe ese, era en verdad, algo muy apegado a la realidad.

-¡No puedo creer lo que veo!...- exclamó el doctor Briefs - toda una vida de investigación... ¡y tú... te sientas un par de días y...haces...- su voz se quebró, sus ojos se inundaron de lágrimas de emoción.

Eso desconcertó bastante a Vegeta... había esperado ver al anciano sonreír como siempre y felicitarlo, extenderle los documentos de una nueva cuenta bancaria y oírlo hablar de progreso, producción en masa y sí... más dinero... ¡¿por qué estaba triste?!... ¿estaba llorando?... ¿sería que acaso no le gustaba el diseño?

¡Así no!  2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora