-¡¡¡LO ENCONTRÉ KAKAROTO!!!- gritó Ráditz.
¡El corazón de Gokú dió un vuelco!... se dió la vuelta, buscando con la mirada a Ráditz, lo vió aparecer de entre los árboles.
-¡DATE PRISA KAKAROTO!...
Voló rápidamente en su dirección, Ráditz apuntaba a algún punto entre los árboles.
-¡ES POR AQUÍ!...¡VEN!...- le urgió, mientras descendía y se internaba en una arboleda.
Gokú lo siguió, sintiendo como la angustia crecía dentro de él. Al principio, cuando Ráditz aterrizó, no pudo ver nada anormal, sólo un árbol caído, pero después, entre las ramas...
-¡No!...- jadeó al percatarse de la situación.
-¡¿Qué esperas Kakaroto?!... ¡Ve como está, mientras yo muevo esto! - le gritó Ráditz al ver que se quedaba estático sin reaccionar.
Después de eso, Ráditz tomó una de las ramas del árbol, una que consideró lo suficientemente sólida como para soportar el peso de árbol, y tiró de ella para levantar el pesado tronco, lo cual no le costó ningún esfuerzo.
Mientras tanto, Gokú había llegado a lado de Vegeta y lo tomó con cuidado entre sus brazos, intentando protegerlo con su propio cuerpo de la furiosa tormenta que se negaba a ceder.
«¡¡¡ESTÁ HELADO!!!» fue la primera impresión que se llevó, enseguida, notó la herida en la cara... ¡pareciera que alguien lo hubiese atacado con una roca!
«¡Debí haber estado aquí...» se recriminó a sí mismo.
-¿Cómo está...- preguntó Ráditz mientras se arrodillaba a su lado y al igual que Gokú intentaba protegerlo del embravecido clima.
-Yo...- Gokú no atinó a responder nada, su mente estaba ocupada debatiendo sus opciones...
Por un lado, podía optar por llevarlo dónde Dendé... ¡seguramente el sabría que hacer!
Pero, cuando Vegeta estuviese bien... ¡lo más probable es que le recriminaría su falta de juicio al llevarlo a ese lugar!... ¡estaba seguro de que se sentiría humillado por quedar expuesto!... ¡¿cómo explicar que se había quedado atrapado debajo de un árbol?!... y, aunque Píccolo estaba al tanto de la situación... ¡Vegeta no lo sabía!
Si se llegaba a enterar... ¡seguramente se sentiría traicionado!
Por otro lado... ¡podía optar por llevarlo a casa y cuidar de él con ayuda de Ráditz!
- ¿Kakaroto.... ¡TIENE HIPOTERMIA... HAY QUE SACARLO DE AQUÍ!...- le gritó Ráditz al ver que no reaccionaba.
- ¡Ráditz... ¿sabes que hacer?!...- le preguntó Gokú, el tono de su voz exigía una respuesta por sí solo.
Ráditz le sostuvo la mirada a su hermano, después observó a su príncipe inconsciente ¡y cayó en la cuenta de la magnitud de la pregunta que acababa de hacerle Kakaroto!
Su hermano, ¡acababa de admitir que no sabía tratar la situación!... si contestaba que sí... ¡toda la responsabilidad recaería sobre él!
-¡Sé exactamente que hacer!...- contestó sin dudarlo.
¡Eso fue suficiente para Gokú!... al ver que Ráditz estaba tocando a Vegeta al igual que él, rápidamente se llevó un par de dedos a su frente... ¡y los tres sayayines, desaparecieron!