-¡Kakaroto... espera! - le pidió Vegeta.
Pero Gokú se llevó un par de dedos a la frente.... ¡y desapareció!
Vegeta suspiró frustrado...
«¡Claro!... ¡huye como un cobarde Kakaroto!» pensó molesto.
- ¿Papá?... - preguntó Trunks esperando su respuesta.
Vegeta tomó una silla y se sentó, resignándose a la patética huida del otro sayayin y a tener que contestar a la incómoda pregunta...
- No hay manera de que tal cosa pase... - le contestó a Trunks
Trunks sólo encogió los hombros, como si hubiese esperado esa respuesta...
-Me lo suponía... pero de todos modos quería preguntarte... - contestó dando por terminado el tema - oye papá... ¿y qué vamos a desayunar?...
«¡Rayos!...» pensó Vegeta.
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Apareció en medio de un prado...¡y se dió cuenta de su error enseguida!...
«¡No puedo creer lo que acabo de hacer!... ¡soy un estúpido!..
Pero la verdad es que...¡me dió miedo!... me dió miedo oír que tal vez si la perdonaría... ¡me aterró la idea de que Vegeta considerara la posibilidad de recuperar a su familia!...
¡No me importa que eso suene egoísta!... yo... ¡yo no quiero que esto se acabe!...
No quiero ser la aventura de Vegeta... porque... ¡yo en verdad lo amo!» pensó.
-¡¡¡¡AAHHH!!!! - gritó Gokú desesperado.
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Vegeta miró de reojo a Trunks, el pequeño lo miraba atentamente sin perder detalle de lo que hacía... volvió a centrar su atención en la alacena mientras buscaba algo que lo sacara del apuro...
«¡Demonios!... ¿qué se supone que yo haga de desayunar?» se preguntó Vegeta.
