-¡No!... ehh... yo... quisiera conocerlo mejor...- dijo Gokú.
-¿Qué dijiste? - preguntó Vegeta desconcertado.
- Ehh... yo...- Gokú se rascó la parte de atrás de la cabeza como lo hacía cada vez que estaba nervioso - bueno, quizá te estés precipitando un poco... ¿no lo crees?...
- Pero... ¡yo creí que tú...
- ¡Sí!... bueno, yo sé que dije que se la dieras cuando lo consideraras prudente... pero en éste momento.... ¡más bien me parece algo... - se quedó en silencio sin saber que palabra usar.
Vegeta arqueó una ceja y lo miró a la espera de una respuesta, la cual no llegó...
- Déjame ver si entendí... ¿no quieres que le dé la cápsula C-19 aún?...- recapituló.
Gokú asintió.
Vegeta dejó escapar un suspiro de genuina frustración y cansancio...
¡Intentar comprender a Kakaroto era agotador!
«Simplemente...¡no lo entiendo!» pensó.
- Si es lo que deseas Kakaroto... no me voy a oponer...- Gokú dibujó una leve sonrisa en su rostro - ¡pero te lo advierto... no quiero peleas!
-¡¿Cómo crees Vegeta?!... Me portaré bien...
Vegeta frunció el ceño y le lanzó una mirada furiosa a Gokú....
¡Lo cual lo hizo recordar que esa frase ya la había usado!
-¡Esta vez en serio! ¡lo juro! - se apresuró a añadir.
Vegeta negó con la cabeza dando por terminado el asunto...
«¡Kakaroto no tiene remedio!...» pensó.
El control remoto de la televisión llamó su atención, lo tomó y encendió el aparato.
- Tomaré un baño... - anunció Gokú.
Vegeta se limitó a asentir mientras recorría la programación... escuchó al otro sayayin entrar al baño.
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Después de esa tensa, pero franca y sincera conversación con Kakaroto, Ráditz se dirigió a paso veloz a la habitación que Vegeta le había dicho, ahora era suya.