¿Y cómo me siento?...

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Vegeta voló sin rumbo fijo durante algún tiempo.

Sin saber... ¿a dónde ir?... ¿que hacer?...

Ir con Kakaroto a contarle sus desventuras, definitivamente no era su estilo...

Quería estar solo.

Quizá era la necesidad de cerrar el ciclo... quizá debía pensar en lo que debía hacer con su vida, quizás... no sabía que demonios hacer...

Maldijo por lo bajo; molesto de que la situación lo afectara de esa manera...

¿Desde cuándo el príncipe sayayin se permitía sentir esas extrañas emociones terrícolas?...

¿Qué era esto que sentía?... ¿acaso era...¿tristeza?

Sacudió la cabeza enojado,  ¡el no podía permitirse sentir una emoción tan ridícula!...

Se frotó los ojos, pues de repente los sintió arder... y culpó al viento por ello.

Decidió ser práctico y ocuparse de lo que en verdad era urgente, apretó el par de cápsulas en su mano y escaneó con cuidado el panorama...

Se dió cuenta de que inconscientemente había estado volando rumbo a la casa de Kakaroto... hizo alto total y meditó unos instantes...

Pensó en Trunks, y en la silenciosa promesa que le hizo de permanecer cerca.

Ya había volado durante poco mas de media hora, y aún faltaba otra media hora para llegar al río dónde Kakaroto había instalado su casa...

Decidió que estar en el punto intermedio no era mala opción.

Divisó un pequeño lago y decidió instalar su casa en esa zona, descendió y accionó la cápsula C-25...

No pudo evitar sorprenderse cuando la enorme casa apareció ante él...

Cuando el viejo dijo que era la mejor... ¡no mentía!

La casa contaba con cinco habitaciones, tres de ellas con baño y la principal contaba  además con un jacuzzi, la sala,  cocina y comedor eran mucho más amplias que las de la C-19 que le habían dado a Kakaroto...

Se veía el lujo y el buen gusto por todos lados, era obvio que no cualquier persona podía adquirir ese modelo...

De pie en la habitación principal, Vegeta contempló su entorno hasta que algo llamó su atención...

Era una pequeña nota, en la mesita de noche, se acercó lentamente y se dió cuenta que junto a la nota había una cápsula...

Desdobló la nota y leyó con cuidado...

Querido y apuesto Vegeta: (Vegeta no pudo evitar rodar los ojos al leer esa parte)

Espero que no te moleste el que me haya tomado la libertad de comprar algunas cositas para ti, pero no pude evitar verlas y pensar que te ibas a ver muy guapo....( esa última palabra estaba tachada)... muy bien con ellas.

Lamento esta situación, mi hija es muy inteligente para muchas cosas... pero muy tonta para otras... 

¡Así no!  2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora