Creo que te amo...

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Vegeta observaba con apatía el televisor sin encontrar nada que fuera de su agrado...

Empezó a cambiar los canales uno tras otro mientras pensaba que ese día había sido agotador.

Hizo un recuento mental de los hechos...

Primero había sido el entrenamiento, y todo iba bien... ¡pero Kakaroto había salido con su idea del súper sexo!

Y aunque no podía negar que la idea le causó bastante curiosidad, intentó concentrarse en el entrenamiento.

Pero... ¡claro!... ¡Kakaroto tenía que usar sus sucias estrategias para desconcentrarlo!

Una sonrisa se dibujó en su rostro sin poder evitarlo... ¡no podía engañarse a mismo!...

Porque la verdad es que... ¡le había encantado!

Después de eso, Kakaroto tuvo la brillante idea de regresarlo a la casa del río, ¡olvidando su ropa en quién sabe dónde rayos!

Aunque, ¡debía admitir que el lugar era agradable!

Y luego...- su semblante se ensombreció al recordar lo siguiente- ¡esos horribles recuerdos que inclusive lo hicieron vomitar!

Cruzó sus brazos sobre el pecho mientras se reacomodaba en el sillón y exhaló un suspiro.

Pensó en el asqueroso lagarto... ¡ojalá y estuviese pudriéndose en el infierno!

Se alegró de que fuera la sangre real sayayin la que le dió la muerte.

Freezer estaba muerto...¡Trunks lo había matado... y él ya no tendría que preocuparse jamás por la lagartija esa!

Ese pensamiento lo hizo sentir tranquilo, se reacomodó en el sillón y usó un cojín como improvisada almohada, el televisor captó su atención de nuevo, se trataba de un documental sobre...¡¿gusanos?!

Sintiéndose asqueado cambió el canal.

La imagen de un extraño personaje apareció en la pantalla, trepaba por las paredes y lanzaba telarañas; y se hacía llamar " El hombre Araña"

«¡Patético!» pensó Vegeta al ver esos poderes tan ridículos y ese nombre tan poco original.

Cerró los ojos y sintió que el sueño lo vencía lentamente, y se dejó llevar sin oponer resistencia.

Sintió un roce en su mejilla, pero el sueño era tan placentero que no quiso despertar.

Creo que te amo... escuchó que decía Kakaroto, eso perturbó su sueño.

«¿Acaso Kakaroto diría algo como eso?...¿a se preguntó semidormido.

Haciendo un esfuerzo despertó, pero se encontró solo en la sala.

Su cara reflejaba confusión cuando Gokú apareció por las escaleras.

-¡Vegeta!... ¿quieres algo de cenar?...

- Ehhh... yo.... si...- contestó Vegeta aún confuso, pues habría jurado que lo que escuchó había sido real.

****************

Gokú preparaba unos sencillos sándwich mientras se regañaba mentalmente:

¡Así no!  2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora