¡Ya viste suficiente!...

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Sólo cuando la nave estuvo lejos y todo lo que se veía era obscuridad y estrellas, dejó escapar un profundo suspiro de alivio.

Cruzó los brazos sobre su pecho y dejó que su mirada se perdiera en la vista que la ventanilla le ofrecía, un astro rojo captó su atención... y no pudo evitar recordar los ojos rojos de Freezer...

Un estremecimiento sacudió su cuerpo... haciendo que se encogiera en su asiento.

-¡Qué asco!  -susurró.

-¿Vegeta?...¿todo bien?

-¡Sí Nappa!... ¡debiste ver que limpiaran bien las naves! - contestó  Vegeta de mal modo.

- Lo siento... -murmuró Nappa.

Vegeta cortó entonces la comunicación de su rastreador y suspiró frustrado, mientras  cerraba  sus ojos intentando dormir...

********* 

-¡¡Ya viste suficiente!!...- el rugido de Vegeta hizo que Gokú perdiera la concentración y los recuerdos terminaron de golpe.

-¡Ve-Vegeta... yo... no quise... - Gokú no sabía ni que decir.

Vegeta lo veía sorprendido, mientras una mezcla de vergüenza y enojo se apoderaban de él... ¡la técnica de Kakaroto lo hizo revivir todo de golpe!...

Se sintió invadido y de alguna extraña manera, agredido...

Y cómo si eso no fuera suficiente, ¡sentía que la cabeza le iba a estallar!

Se levantó aún sintiéndose mareado y sólo atinó a recoger su bóxer  de la cómoda donde lo había dejado Gokú, para luego encerrarse en el baño.

Gokú también se levantó torpemente de la cama, se dirigió deprisa al baño, pero cuando estuvo a punto de girar el pomo de la puerta, el sonido de las arcadas de Vegeta lo hizo detenerse.

-¡Demonios!... - murmuró en voz baja, sintiéndose pésimo por forzar a Vegeta a revivir esos desagradables recuerdos.

Vegeta aún se sostenía del tanque del inodoro mientras jalaba de la cadena, sintiéndose miserable por haber dejado que Kakaroto lo viese en ese estado, pues podía sentir  su ki del otro lado de la puerta.

Suspiró molesto... «¡ese idiota de Kakaroto!... ¡debió advertirme!..» pensó mientras se sobaba la cabeza, aunque para su alivio, el dolor remitía lentamente.

Recordar de nuevo al lagarto encima de él,  lo hizo sentir sucio de nuevo, se llevó una mano a la cabeza y se jaló el cabello con desesperación.

-¡Es como vivirlo de nuevo! - murmuró mientras se levantaba y abría la ducha para darse un baño.

Mientras...

Gokú se deslizó hasta quedar sentado en el piso con la espalda  apoyada contra la puerta del baño.

«¡Soy un tonto!... » pensó.

Dentro de la ducha, Vegeta se tallaba frenéticamente el cuerpo, enfocándose en su cuello y pecho... comenzó a hacerse daño, pero no le importaba, ¡sólo quería sacarse esa asquerosa sensación de encima!

¡Así no!  2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora