Gokú escudriñaba frenéticamente la nevera en busca de algo aceptable para desayunar...
-¡Rayos... ¡no hay nada! - murmuró consternado al ver que sólo había un par de zanahorias y medio litro de jugo...
-¡¿y ahora que rayos vamos a desayunar?! - se preguntó.
-¿Qué haces Kakaroto?...
Gokú se sobresaltó y se golpeó fuertemente la cabeza, ya que la tenía dentro de la nevera...
-¡Ayy!... ¡Vegeta!... ¡¿qué no puedes dejar de hacer eso?!
-¿Hacer qué?...- preguntó Vegeta extrañado, mientras se asomaba por encima de la puerta de la nevera.
-¡Pués eso!.. ¡ashh!... ¡olvídalo!- dijo Gokú mientras cerraba la puerta y se sobaba la cabeza.
Vegeta sonrió divertido ya que sin proponérselo se desquitó del trancazo que se metió en la ducha.
-¿Y qué vamos a desayunar Kakaroto?
-Mmm... pues... no lo sé.... no tengo nada.
-¡Ohh!... eso me recuerda... espera...
Vegeta accionó un pequeño botón en su armadura y de un pequeño compartimento sacó una cápsula...
-Ten, olvidé entregártela ayer...
Vegeta le lanzó la cápsula a Gokú, él la atrapó y la accionó enseguida.
Un gran contenedor apareció enseguida, al abrirlo Gokú a simple vista calculó que aquello le duraría fácilmente un par de semanas.
Había de todo, frutas, verduras, varios sixs de soda, pasteles, muchísimos platillos preparados para meter al microondas, una increíble cantidad y variedad de sopas instantáneas, varios productos lácteos etc.
-¡Wow!- exclamó Gokú sin querer, al ver que esta vez el contenedor estaba mejor surtido que la vez anterior.
- Bueno... espero que prepares algo decente para desayunar Kakaroto...- dijo Vegeta mientras salía de la cocina y se dirigía a la sala, donde pretendía esperar a que el desayuno estuviese listo mientras veía televisión.
- ¿Y desde cuándo yo soy el cocinero oficial?- preguntó Gokú siguiéndolo a la sala.
-¡Desde que yo soy el príncipe y tú... “el soldado que va a dar su mejor esfuerzo”...- dijo Vegeta mientras sonreía de forma maliciosa, desde el cómodo sillón en el que ya se había instalado.
Gokú lo observó atónito... «¡Rayos!... ¿de veras yo dije eso?» se preguntó... y con un bufido regresó a la cocina mientras Vegeta lo observaba divertido.
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En una escuela donde se celebraba el día de las madres...
¡Milk estaba furiosa!... había tenido que ir con su “horroroso vestido negro” y maldecía al sayayin de cabellos parados cada cinco minutos.
En un patético intento de disimular el vientre apretado dentro de la estructura de ese odioso vestido, caminaba ligeramente encorvada, lo que muy lejos de favorecerle, la verdad la hacía lucir peor, como si le doliera la barriga, lo que hacía que la gente la observara con más atención.
«¡Maldito sayayin!» pensó por centésima vez en esa mañana.
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En la casita junto al río...
Después de desayunar, muchos paquetes de waffles y café, Gokú y Vegeta decidieron entrenar, así que salieron a un lugar cercano y empezaron el combate...
Gokú, (como siempre) no tardó en tomar la delantera después de unos pocos minutos de combate, lo que obligó a Vegeta a ascender a su transformación de ssj.
Al igual que Vegeta, Gokú se transformó en ssj para estar a la par y reanudaron la pelea.
Gokú forcejeaba con Vegeta y le lanzaba patadas, poco a poco lo fué acorralando, hasta hacer que su espalda chocara contra una gran roca...
Al sentirse en desventaja la mirada de Vegeta se encontró con la del otro sayayin, y le dedicó una mirada que transmitía molestia, pues a pesar de lo que últimamente habían compartido, odiaba perder...
Gokú, sin embargo, no pudo evitar perderse en la mirada de Vegeta...
¡Nunca había observado con detenimiento su transformación!
Observó que bajo esas cejas que ahora eran rubias, los ojos de Vegeta en vez de ser azules como los suyos, eran de un color esmeralda muy intenso, y lo encontró increíblemente atractivo con esos colores...
Por estar distraído, Vegeta logró asestarle un fuerte golpe que lo mandó a volar, ¡pero eso no le importó!... se levantó y observó a Vegeta que caminaba hacia él con un semblante serio...
-¿Qué pasa Kakaroto? ¿ya te cansaste?...
-¿Oye Vegeta.... ¿Y si lo hacemos así?
Vegeta le dirigió a Gokú una mirada de incomprensión...
-¿Hacer así qué?...
Gokú se mordisqueó el labio inferior nervioso, pero se animó a continuar...
- Es que... ¡te ves tan bien así!...sólo piénsalo Vegeta... súper sayayines... igual a... ¡super sexo!... ¿no crees?
La cara de Vegeta era de sorpresa total, su boca se abrió un momento en señal de desconcierto, pero se obligó a cerrarla rápidamente y tratar de recomponerse, sin poder evitarlo sus mejillas se pusieron de un bonito color carmesí y desvío la vista al piso algo cohibido, mientras se preguntaba... «¿desde cuándo Kakaroto se había vuelto un fanático del sexo?»...
¡Pero no pudo evitar pensar que el planteamiento de Kakaroto sonaba bastante lógico!...
Gokú no pudo evitar sonreír al observar a Vegeta, empezaba a conocer sus gestos... y esa actitud le indicó... ¡que estaba considerando la idea!...
Continuará...
