¿Has estado enamorado Ráditz?...

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Ráditz contempló la  estela que el pequeño príncipe había dejado en el cielo.

¿Tú también te has enamorado de un chico?...

La pregunta del pequeño crío se repitió en su cabeza.

Sin poder evitarlo, se hundió en sus recuerdos.

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El pasado....

¿Cuántos años tenía?... ¿trece?... ¿catorce?...no lo recordaba bien.

Lo que sí recordaba, era el día en que lo conoció...

El príncipe Vegeta había estado bastante nervioso ese día.

Su padre, el Rey Vegeta, había decidido aparecer de improviso y presenciar su entrenamiento... ¡apenas le habían avisado unos minutos antes!

-¡Demonios!... ¿y si no le gustan mis movimientos?... ¿y si esos estúpidos saibamanes me hacen bola de nuevo?... puedo con tres sin problemas... ¡pero, cinco!

El pequeño príncipe que estaba en ese instante por cumplir los seis, se dejó caer en la cama agobiado y se tapó la cara con un almohadón.

Él sonrió sin poder evitarlo, sabía que sólo a él, el pequeño monarca le dejaba ver sus episodios de debilidad.

- No se preocupe majestad, después de todo usted es...

- ¡Sí!... ¡ya lo !...- lo interrumpió Vegeta sin quitarse el cojín de la cara - ¡el príncipe Vegeta IV!... ¡futuro sucesor al trono y... blablabla... blablabla... - bufó debajo del cojín - ¡no me estás ayudando Ráditz!... - reclamó.

- Ok... entonces veálo de esta manera... Ha entrenado diariamente durante horas para rendir ésta prueba, su nivel de pelea es el mejor jamás registrado, además... ¡su desempeño en los entrenamientos anteriores ha sido más que satisfactorio!... ¡es imposible que falle!

Escuchó al pequeño príncipe suspirar bajo el cojín...

-¿Tú crees?...- preguntó Vegeta retirándose levemente el cojín de la cara.

-¡Estoy seguro! - afirmó Ráditz con mucha convicción.

El pequeño príncipe se quedó pensativo un momento, con los ojos fijos en la bóveda de la habitación; después esa sonrisa arrogante, tan característica en él, se dibujó en sus labios...

- Tienes razón... ¡es imposible que falle!...- aventó el cojín a un lado y se levantó con determinación - ¡rápido Ráditz!... ¡mi traje nuevo... y no olvides la capa!

¡Así no!  2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora