Era muy poco lo que recordaba Ráditz de aquélla joven y bella sayayin de sangre noble...
¡Cirel... la madre de su majestad!...
Sin embargo, hizo el esfuerzo de buscar en lo más recóndito de su mente, cualquier vestigio olvidado.
- Cirel... se llamaba Cirel... eso fué lo único que él alguna vez mencionó... - dijo Vegeta después de un breve momento en silencio, en el que pareció escudriñar con cuidado en sus recuerdos.
- Sí... ese era su nombre majestad...- le confirmó Ráditz.
- ¿Y bien?...- dijo Vegeta mientras cruzaba los brazos y se recargaba en el respaldo de la silla, evidentemente a la expectativa de lo que su guardia real pudiese decirle.
Ráditz aspiró aire y lo dejó escapar lentamente, le echó una ojeada a la silla más cercana y con pasos vacilantes se dirigió a ella para, finalmente, tomar asiento...
- Yo... había alcanzado quizás seis o siete ciclos planetarios...- comenzó a recordar Ráditz.
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¡Gokú quedó hondamente impresionado!... los recuerdos de Ráditz lo hicieron darse una idea de lo que era la vida en su planeta de orígen... para ser más precisos, la vida de un sayayin de clase baja.
¡También le sorprendió saber que su destino de todos modos hubiese sido el mismo!... ser enviado a un planeta lejano, poblado de seres débiles, a los que se esperaba.... conquistara.
Lo que no sabía... ¡era que aún entre la clase baja había niveles!
Lo más bajo en esa escala eran los sayayines en los que se detectaba un nivel de poder tan vergonzoso, que eran enviados sin miramientos a otros planetas, pero, había sayayines de clase baja con un poder "aceptable"... sayayines de clase baja que tenían el honor de pertenecer a las filas del rey y servir a su planeta, sayayines que deseaban ser grandes guerreros...
¡Sayayines como su padre... Bardock y su hermano Ráditz!
Y... aunque la verdad era muy poco lo que su hermano había recordado al respecto, sus palabras habían sido bastante ilustrativas para Gokú...
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Flashback...
- Yo había alcanzado quizás seis o siete años planetarios... - comenzó Ráditz - a esa edad fuí entregado por mi padre Bardock a las Honorables instalaciones del Sector Sur 27 donde eran depositados todos los infantes de esa zona del planeta, para que fueran instruidos sobre el uso de sus poderes y sus habilidades fueran evaluadas....
Ahí permanecí alrededor de un ciclo planetario, hasta que se dió el gran aviso...
-Ráditz hizo una pausa, Gokú y Vegeta lo miraron con gran expectación sin quitarle la vista de encima...-
Nuestro monarca, el gran rey Vegeta... anunció el próximo nacimiento de su primogénito... ¡el príncipe Vegeta!...- continuó el guardia real -
No sé como se tomó la noticia entre las calles de mi sector, o cuál sería el ambiente en las grandes urbes de Vegita-Sei, pero, en el interior de las instalaciones de entrenamiento del Sector Sur 27, la noticia se recibió con gran júbilo, y el ambiente estaba cargado de optimismo y entusiasmo... pues el gran y perdurable destino de Vegita-Sei... estaba asegurado...